PAMI: silencio, incertidumbre y empleados divididos

PAMI: silencio, incertidumbre y empleados divididos

Hay quienes creen que un ajuste sería necesario; sin embargo, otros temen por un fuerte recorte de personal que impulsaría el nuevo gobierno

En la sede central del PAMI, en avenida Corrientes 655, en el microcentro, ayer ya no quedaban afiches escritos con leyendas contra el presidente Javier Milei. Los quitaron la semana pasada, justo antes de su asunción, detalló un empleado que salió a la vereda a fumar. Si hasta hace pocas semanas el clima dentro del organismo era de efervescencia política, ayer parecían reinar el silencio, los rumores y, sobre todo, la incertidumbre sobre quién se quedará y quién no en la planta de personal.

«Los de las jefaturas altas seguro van a volar. Después, hay mucha gente nombrada por el gobierno anterior que se está escondiendo entre los distintos equipos de trabajo para que no la echen», afirmó Verónica, de 57 años, que trabaja en este organismo estatal desde hace 34. Mientras ella fumaba, en el interior del coloso de la avenida Corrientes se reunían el director ejecutivo entrante, Esteban Leguizamo, y las autoridades salientes de la gestión de Luana Volnovich.

A pocas cuadras de allí, en la central de la Anses, donde asumió como titular el economista Osvaldo Giordano, el hermetismo de los empleados era aún mayor.

En su sede central, ubicada frente a la residencia temporaria de Milei el Hotel Libertador, algunos trabajadores aseguraban tener órdenes de no dar declaraciones.

Un ajuste sería necesario

Entre quienes sí accedían a hablar, al igual que en el PAMI, había quienes creían que un ajuste sería necesario, como también quienes temían un recorte de personal. Sin embargo, por sobre cualquier diferencia política, todos concordaban en algo: «Si tocan a los trabajadores, va a haber lío».

La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que es el sindicato más importante dentro del PAMI, ya convocó a los empleados a una marcha para el 19 y el 20 del actual contra «el ajuste en el sector público».

De hecho, ayer, en su primera reunión de gabinete, Milei ordenó una revisión de todas las contrataciones y de la planta pública de las reparticiones y exigió presencialidad plena de todos los empleados.

Resistencia «El clima está tenso. Si las medidas llegan a no gustar, ya te digo que va a haber resistencia», dijo una empleada de la Anses al ingresar al edificio. No quiso dar su nombre, al igual que la mayoría de los empleados, por temor a represalias.

Entre ellos, muchos volvían a hablar de menemismo, cuando el gobierno de ese entonces intentó realizar un ajuste en el sector público y se encontró con la resistencia de los trabajadores. «Hicimos una medida grossa, me acuerdo, muchas marchas, y así impedimos que echaran a muchos compañeros», contó Diego, de 51 años, que trabaja desde hace 31 en la gerencia económica financiera del PAMI.

Un achicamiento del organismo

«Me acuerdo de que nos vestíamos todos de negro para manifestarnos y que no hubiera más despidos», sumó Verónica, a la vez que afirmó que hoy sí estaría de acuerdo con un achicamiento del organismo. «Estamos rodeados por La Cámpora», describió. Y agregó: «Cada gobierno contrata a más gente, y cada vez hay más y más».

Los empleados con décadas de antigüedad en la empresa estatal que fueron entrevistados por la nacion no se mostraron temerosos: «Los que están preocupados son los últimos que entraron y los que tienen cargos altos, nosotros no», explicó Daniel, que iba camino al kiosco que está ubicado en la esquina de la repartición.

Él cree, aunque no se animó a decirlo dentro del edificio, que sería necesario un recorte de personal: «Toda nueva gestión trae gente. Si llegan 1000 nuevos, con el cambio de gobierno se van 300 y se quedan los otros 700. Y así se van acumulando», argumentó.
Entre los nuevos empleados que suma cada gobierno, según Jorge, abogado, que trabaja en el sector de auditoría médica desde hace 40 años, hay «muchos militantes».

«En las últimas décadas desplazaron a los que realmente sabían para poner a gente no competente, todo por razones políticas. Hace unos años, pusieron en la gerencia de auditoría médica a una abogada especialista en derechos humanos. Creo que hay que achicar, volver todo más eficaz», opinó.

Según los empleados consultados, los sindicalistas que hasta hace unas semanas pasaban por los escritorios para advertir sobre los riesgos del nuevo gobierno nacional de La Libertad Avanza ahora se mantienen expectantes ante las nuevas medidas.

Fuente: La Nación