Múltiples escenarios para el PBI y un escenario «pesimista»

Múltiples escenarios para el PBI y un escenario «pesimista»

Una recesión más profunda que la esperada, el dólar sin un techo en el corto plazo y una inflación creciente ya están afectando las proyecciones de crecimiento para el año que viene.

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, pronosticó ayer que la economía terminará el año «con una caída de uno por ciento» y anunció que se le solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) adelantar en septiembre el próximo desembolso de 3.000 millones de dólares. “Por supuesto que el crecimiento ha sido menor que el que esperábamos. El impacto directo de la sequía ha sido de 1,3 puntos del PBI, pero si uno mira los impactos indirectos sobre maquinaria agrícola, transporte, comercio, la sequía se ha llevado 2 puntos”, explicó el ministro.

Luego de que el Gobierno se acoplara a la visión de los economistas y consultoras privadas, actualmente la divergencia es sobre la profundidad y la duración de la recesión que sufrirá la actividad económica.

«Por ahora, nos mantenemos en 0%, pero es muy probable que lo modifiquemos si el informe de Cuentas Nacional confirma lo observado en el EMAE», advirtió el economista de Elypsis Gabriel Zelpo, y agregó que hubo un fuerte arrastre estadístico y hay debates por la desestacionalización del agro.

Para Melisa Sala, economista de la consultora LCG, «la mejora de la competitividad a partir de la devaluación tendrá beneficios a mediano y largo plazo», dijo, y agregó: «En el corto, la actividad indudablemente se resentirá porque la pérdida de poder adquisitivo impactará en el consumo, también por un contexto de mayor incertidumbre e inestabilidad laboral, las tasas de interés en niveles del 40% reducirán el aporte del crédito, el impulso fiscal será negativo ante la necesidad de cumplir con las metas fiscales y la llegada de inversiones seguiría demorada a la espera de una estabilización económica y política al menos en el corto plazo».

En la consultora Radar también esperan una baja de 1,7% este año. «Vemos que se extiende la caída por menor consumo como consecuencia de la aceleración inflacionaria, de la inversión por la menor demanda, un aumento del costo financiero, la incertidumbre económica y política, menor gasto público por el ajuste comprometido con el FMI, que no será no compensado por cierto repunte de las exportaciones y la muy buena cosecha de trigo», dijo el jefe de Radar, Martín Alfie.

Para Ecolatina, la caída será superior al 1%. «El segundo semestre va a ser duro, con la inflación trepando 35% y los ingresos varios escalones por debajo -dijo su director, Lorenzo Sigaut Gravina-. Hay dudas sobre las perspectivas de 2019. Si todo sale bien, puede haber un rebote acotado».

Más optimista, el director de Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez, prevé un crecimiento de 1,7% en 2019. Pero aclara: «Para eso tenes que estabilizar la macro y eso todavía no se hizo. No es poca cosa. Pero con eso y la cosecha recuperando, alcanza para que dé positivo».

(Con información de La Nación)