Los empresarios rechazan nuevos impuestos y piden un acuerdo político

Los ejecutivos llamaron a un acuerdo político para que el país no siga perdiendo oportunidades. Cuestionaron el impuesto a la renta inesperada: «Es un retroceso», remarcaron.

Ordenar las cuentas públicas, bajar la presión tributaria y frenar la inflación fueron los reclamos centrales de la Jornada por los 20 años de la Asociación Empresaria Argentina (AEA).

Ayer por la mañana, más de 300 ejecutivos y economistas concurrieron al Centro de Convenciones del Sheraton para escuchar a los empresarios convocados por AEA. Paolo Rocca (Techint), Héctor Magnetto (Clarín), Luis Pagani (Arcor), Federico Braun (La Anónima), Alberto Hojman (BGH), Carlos Miguens (Miguens) y Martín Migoya (Globant) coincidieron en pedir reglas claras para las inversiones y la economía.

El proyecto para gravar la «renta inesperada» que el Gobierno presentó el lunes y al que hicieron alusión tanto el presidente Alberto Fernández como el ministro Martín Guzmán sobrevoló el encuentro y levantó críticas entre los disertantes.
Aunque el planteo era debatir sobre temas de mediano y largo plazo, la coyuntura metió la cola y tanto la espiral inflacionaria, como las denuncias del ex ministro Matías Kulfas acerca de las irregularidades en torno al gasoducto Néstor Kirchner estuvieron en el debate.

La jornada abrió con la presentación de Jaime Campos, titular de AEA. «La Argentina debe recuperar la legitimidad monetaria» dijo y sostuvo que el impuesto anunciado «es un retroceso».

El presidente Alberto Fernández dio el presente a través de un discurso grabado. Hizo un repaso de los efectos de la guerra en Ucrania sobre la economía y, en relación a la renta inesperada, exhortó a los empresarios a que «entiendan la dimensión del problema». Las palabras del presidente fueron saludadas por un brevísimo y protocolar aplauso.

En el primer panel, moderado por José del Río, secretario general de Redacción de La Nación, participaron Magnetto, Pagani y Hojman. Estaba previsto que también estuviera Alfredo Coto, pero el supermercadista tuvo un inconveniente y no asistió.

El titular del Grupo Clarín afirmó que para crecer se deben producir más bienes y servicios y para eso se necesita de «inversión privada rentable», lo que «requiere estabilidad macroeconómica y jurídica, el respeto al derecho de propiedad y la efectiva división de poderes».

Luis Pagani coincidió en que Argentina fue perdiendo lugar en el mundo, principalmente en cuanto a las exportaciones. Para el dueño de Arcor, el gran desafío del país es tratar de poner productos con marcas en las góndolas del mundo.

A su tiempo, Hojman llamó a «crear las oportunidades para que nuestros hijos y nietos no busquen emigrar».

Fracaso y oportunidad fueron los ejes del segundo panel moderado por Ricardo Kirschbaum, secretario general de Redacción de Clarín.

«La Argentina es un fracaso si comparamos lo que somos con lo que imaginamos hace 70 u 80 años que podíamos ser», aseguró Federico Braun. Como mayor problema dijo que el país «no tiene un rumbo claro».

Paolo Rocca apuntó que «la Argentina tiene una enorme responsabilidad» y es la de «desarrollar los recursos energéticos para permitir sustituir la provisión de Rusia y Ucrania», por ejemplo. Ante la pregunta sobre el gasoducto aseguró que «no hubo corrupción ni direccionamiento».

«Si seguimos haciendo lo mismo, no vamos a obtener mejores resultados», señaló Carlos Miguens. Y pidió «reglas de juego consistentes en el tiempo. No las cambien a cada rato y cumplan con lo que dicen».

«La oportunidad que tiene la Argentina por lo que vive el mundo también incluyen a la industria del talento», dijo Migoya a su turno. Y coronó su discurso con una metáfora futbolera: «Dejen el arco quieto».

La Jornada cerró con el discurso de Guzmán, quien defendió los números de su gestión y aseguró que se cumplirá con el gasoducto.

Panelistas. Martín Migoya, Carlos Miguens, Paolo Rocca y Federico Braun expusieron en el segundo panel de la jornada, moderado por Ricardo Kirschbaum.

Fuente: Clarín