La UE propuso un Estándar Europeo de Bonos Verdes

La UE propuso un Estándar Europeo de Bonos Verdes

Los bonos verdes son el mejor ejemplo de la pujanza de las finanzas sostenibles y del liderazgo de la UE en este sector. Europa estuvo detrás de un 60% de los bonos de este tipo emitidos el pasado año, con un volumen que se ha multiplicado por ocho desde 2015.

Sin embargo, a los gobiernos, instituciones e inversores les preocupa destinar el dinero a títulos que realmente no están financiando actividades sostenibles. Por eso, la UE dio este martes un paso al frente y propuso un Estándar Europeo de Bonos Verdes que, tal y como explicó en rueda de prensa la comisaria de Servicios Financieros, Mairead McGuinness, aspira a convertirse en el «patrón oro» de este tipo de obligaciones, y asegurará el «liderazgo global» de la UE en las finanzas verdes.

Este nuevo estándar, que las empresas y gobiernos podrán adoptar voluntariamente, se suma a la nueva estrategia de finanzas sostenibles, también presentada ayer por la Comisión y adelantada por elEconomista, y nuevos detalles sobre cómo las compañías tienen que informar sobre la sostenibilidad de sus acciones.

Alcanzar la reducción de emisiones esperada

El objetivo es movilizar la cantidad de recursos que necesita la UE para alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones. Para conseguir la meta de un recorte de al menos el 55% de CO2 para 2030, se precisan inversiones adicionales de unos 350.000 millones al año.

El tronco de este nuevo estándar de bono verde es la taxonomía, un ejercicio hercúleo de clasificación para distinguir aquellas actividades que realmente son sostenibles. Este proceso de ordenación, que todavía continúa, pretende combatir el llamado greenwashing, básicamente vender como actividades y proyectos ecológicos aquellos que no lo son. La taxonomía es el elemento diferenciador, al ofrecer una robustez que no contienen otros certificados globales. Su ventaja competitiva es tal que algunos socios, como Luxemburgo, o empresas como la alemana E.ON, se adelantaron a Bruselas y ya han emitido bonos verdes totalmente alineados con la taxonomía europea.

Un estricto control

Estos bonos verdes europeos también contarán con estrictos mecanismos de control para asegurar que el dinero se destina a las actividades indicadas. Sus promotores deberán presentar un informe antes de la emisión, notas de seguimiento anuales para informar sobre cómo se ha gastado el dinero reunido, y finalmente estarán sometidos al examen de un revisor externo, supervisado por la Autoridad Europea de Mercados de Valores.

Los bonos verdes emitidos por países se beneficiarán de una flexibilidad especial. Los Gobiernos podrán usar auditores públicos u otras entidades públicas para la revisión externa, y para algunas iniciativas (como subsidios para instalar paneles solares) no necesitarán mostrar el alineamiento de cada proyecto, sino el del programa en su conjunto, con la taxonomía.

La propuesta aun debe ser negociada y adoptada por el Consejo (que agrupa a los Estados miembros) y el Parlamento Europeo. Por eso, no llegará a tiempo para las primeras emisiones de bonos verdes que la UE ha anunciado para financiar 240.000 millones de euros de los 800.000 millones el fondo de recuperación. Para estas primeras rondas Bruselas utilizará estándares existentes, procurando su alineamiento con la taxonomía.