La oposición denuncia que el breve quórum se obtuvo "de manera fraudulenta"

En el momento en que Emilio Monzó anunció el levantamiento de la sesión, el clima dentro del recinto era un caos. Después de abalanzarse sobre el estrado de la presidencia de la Cámara, diputados de la oposición denunciaron que el quórum se había conseguido de manera fraudulenta. Sostenían que el número se alcanzó con el aporte de dos legisladores que todavía no habían jurado. Apuntaban a Jorge Enríquez, diputado por la Capital.

El oficialismo insistía en que la sesión ya estaba abierta y que se podía continuar el debate hasta que llegara el momento de la votación. El clima era muy tenso. Mario Negri y Elisa Carrió se acercaron a hablar con Monzó, para definir la estrategia a seguir. La oposición redoblaba la presión para que se levantara la sesión. Andrés Larroque y Juan Cabandié le hablaban a la jefa de la Coalición Cívica para convencerla de poner fin al debate.
«¡No hay quórum! ¡No hay quórum!», gritaba la oposición. No estaban sólo los diputados del Frente para la Victoria (FPV). También se sumaron los del Movimiento Evita, de Libres del Sur y del Frente Renovador, entre otros. En ese momento el tablero mostraba 124 diputados presentes. Sin apoyarse en la banca para no dar quórum, Graciela Camaño también pidió levantar la sesión.
Unos minutos después tomó la palabra Carrió: «Pido levantar la sesión por el clima de violencia». El destino del debate estaba definido. Entonces Monzó anunció que se levantaba la sesión. La oposición celebró en el recinto: «¡Jubilados! ¡Jubilados!».