La devaluación, cepo y presión tributaria traccionan los precios de los alimentos

La devaluación, cepo y presión tributaria traccionan los precios de los alimentos

Mientras en el mundo los alimentos empiezan a ceder, en el país toman la dinámica contraria.

Mientras en la región los precios de los alimentos están tendiendo a la baja, en Argentina sufren el efecto contrario. En el último año, acumulan una suba de 106,3%, por encima del nivel general de la inflación que en marzo llegó al 104,3%, según el Indec.

¿Porqué suben los precios de estos bienes, supuestamente producidos en el país en cantidad suficiente para alimentar a unas 400 millones de personas?

Mas allá del impacto puntual que puede existir en algunos productos por una cuestión estacional o de efecto climático como la sequía, en el mercado local influyen distintos componentes que terminan impulsando los valores de la canasta y deteriorando el poder de compra de los consumidores, según explican los economistas.

La lista de las razones va desde el incremento de los costos de producción, la suba del dólar, altos impuestos que tributan los productos, restricciones al ingreso de insumos y hasta la misma “inercia” inflacionaria.

Para Nadin Argañaraz, economista del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, “mientras más alta es la tasa de inflación, mayor es la variabilidad de los precios relativos de la economía”.

Distorsiones

“Esto ocurre tanto entre los 12 componentes de la canasta de consumo como dentro de cada uno de los componentes” y advierte que, “además, surgen muchas distorsiones entre el mismo producto en distintos lugares de venta. Es decir, que las señales de los precios se ven distorsionadas. En este contexto, las prendas de vestir y los alimentos y bebidas sin alcohol son los bienes que lideran la suba de precios relativos, cuando se toma un periodo de cinco años”.

Sin embargo, basta tomar la evolución de los precios de la canasta en el último año para constatar que las subas de las góndolas explican en buena medida el aumento del índice de precios y absorben cada vez una porción mayor del ingreso de las familias. En el Gran Buenos Aires, ese gasto implica el 23,4% pero llega hasta el 35,3% en la región Noreste, según los datos oficiales.

«En términos del precio de los alimentos, la Argentina va al revés del mundo. Mientras en los demás países los precios de los alimentos se desaceleran e incluso caen, en nuestro país aumentan a un ritmo de 9% mensual», dice Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso.

Políticas cortoplacista

Según el analista, «que los alimentos vengan subiendo por encima del IPC general se explica por las políticas cortoplacistas que golpean la oferta en el mercado local. Por un lado, se traban y encarecen las importaciones, reduciendo la competencia. Por otro, se castiga la producción local con impuestos, controles y regulaciones. Y, además, el dólar agro da incentivos a querer colocar la producción en los mercados internacionales. Todo en medio de la peor sequía en 20 años. Sobre llovido, mojado».

Para el economista David Miazzo, «puede ser cierto que se haya reducido la oferta de huevos porque las gallinas ponedoras pusieron menos huevos por el calor o que haya habido menos oferta de cebollas por el cambio climático y se tuvo que importar más. Pero estas situaciones no están generalizadas en todos los alimentos. La suba de los precios está más vinculada a la pérdida de valor del peso», opina.

Por otra parte, alimentos y bebidas es uno de los rubros del IPC que muestran la inflación real. En cambio, otros, como educación, transporte, etc. están regulados, tienen tarifas congeladas o subsidios. Por eso en los últimos 12 meses estuvieron por debajo de la inflación general y los alimentos quedaron por arriba».

«Es un poco mentiroso porque hay inflación contenida en los regulados»

Consultado acerca de si el efecto de la guerra ruso ucraniana dejó de impactar en los precios de los alimentos, como ocurrió el año pasado. Miazzo dice que ese efecto «ya se evaporó en el segundo semestre de 2022″. Y aclara que » solo afectó a los granos, primero al trigo y luego al girasol, y además la incidencia de estos en los precios de los alimentos, en general, es muy baja», señaló.

En cuanto a lo que está ocurriendo con los precios de los alimentos en otros países, un indicador es la medición de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) . En marzo, ese índice se situó en un promedio de 126,9 puntos, esto es, 2,8 puntos (un 2,1 %) menos que en febrero, disminuyendo así por 12º mes consecutivo tras alcanzar su nivel máximo hace un año.

Esa merma obedeció a un descenso de los índices de precios de los cereales, los aceites vegetales y los productos lácteos, mientras que aumentaron los del azúcar y la carne. Así, en los últimos 12 meses, desde marzo de 2022, este índice cayó hasta 32,8 puntos (un 20,5 %).

Fuente: Clarín