La brecha cambiaria continua por encima del 100%

La brecha cambiaria continua por encima del 100%

La brecha cambiaria se afirma por encima del 100% y complica una recomposición de las reservas

Los economistas advierten que esa incidencia, que no se notó durante 2021, se hará sentir este año

El principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) permitió quitarles un poco de presión a los dólares paralelos, que desde que arrancó el año marcaron diariamente nuevos máximos nominales históricos.

Sin embargo, la brecha cambiaria continúa por encima del 100% desde hace más de 100 días, cifra pocas veces vista en la historia argentina.

Ayer el dólar contado con liquidación (CCL) se comercializó en torno a los $220, mientras que el dólar oficial mayorista se posiciona en el otro extremo, a $105,20. Se trata de una brecha del 109%.

Si el cálculo se hace con el dólar MEP, que se vendió promediando $212, se achica algo (al 101,5%), aunque se mantiene sobre el 100%. Y con el dólar blue, que trepó ayer a $216,50 (+1,17%), es del 105,7%.

Es decir que en todos los casos se mantiene en los tres dígitos.

“Una semana atrás, la brecha era del 121%, comparable con la vigente durante el estallido de la Guerra de Malvinas (1982)”, indicó Nery Persichini, economista de GMA Capital.

Si bien la brecha máxima se alcanzó en octubre de 2020, cuando se situó en un 133%, entonces bajó de esos niveles a los pocos días. Ahora, lleva 112 días arriba de ese umbral del 100% (solo lo quebró por factores estacionales en algunos días de diciembre).

“El nivel actual es preocupante no solo por el umbral, sino también por su persistencia. Para poner en contexto: en el cepo 20112015, hubo un spread promedio de 40% entre el dólar CCL y el dólar oficial. Hoy, con Alberto Fernández, el promedio es 74%. Además, los picos del cepo anterior habían sido del 80%, un valor cercano al promedio actual”, agregó.

¿Cómo se cierra la brecha?

Básicamente de tres formas: la suba del dólar oficial, la baja de los “libres” o que se den ambos movimientos y encuentren un precio intermedio.

Para José Echagüe, de Consultatio Investment, esto podría suceder si se suben las tasas de interés o se reduce la inflación, algo que contribuiría a reponer la demanda de dinero.

“Pero el Gobierno no cuenta con reservas ni herramientas de política [tasas de interés] para sostener este nivel de tipo de cambio real y cumplir con el objetivo de acumulación de reservas que anunció [US$5000 millones para este año].

Por esta razón, a pesar de los anuncios descartando la posibilidad de salto cambiario, seguimos viendo la necesidad de una aceleración marcada, aunque menor que si no hubiera acuerdo, del tipo de cambio”, agregó.

Esa aceleración ya empezó a observarse, aunque sigue corriendo por detrás de la inflación.

En enero el tipo de cambio oficial se movió al doble que en los meses de elecciones legislativas (1%) y cerró el mes pasado un 2,24% arriba, la mayor suba desde marzo de 2021.

“El crawling peg se mueve al 30% anualizado, pero la inflación es superior al 50% y la brecha no afloja desde arriba”, advirtió Persichini.

¿Por qué importa la brecha?

“El Gobierno entiende el problema de la brecha; avanza hacia eso. En el acuerdo con el FMI la exigencia fiscal es razonable, pero la exigencia monetaria es una meta incluso aún más dura. Desde ese punto de vista, el Gobierno está sensible al impacto que tiene el exceso de pesos sobre el tipo de cambio y creo que es el tratamiento correcto. Limitar el financiamiento va a quitarle presión a la brecha, aunque sigue muy alta. La situación de acá a fin de año, aun si el déficit y el financiamiento monetario bajan, implica muchos pesos por delante. Y eso le pone presión a la brecha”, juzga Echagüe.

Sus colegas coinciden: una brecha superior al 100% no es sostenible, porque mina la capacidad del Banco Central para comprar reservas. “Afecta y potencia las expectativas de devaluación”, explicó Persichini.

Por un lado, los importadores buscan adelantar compras desde el exterior porque perciben que los precios son bajos. Por el otro, los productores de materias primas “no tienen razones para vender totalmente sus granos”.

“Con una brecha del 100%, el productor agropecuario se ve obligado a vender a mitad de precio. Por eso, en estos contextos, suelen acopiar y esperar a que el dólar suba, una dinámica que anómalamente no se vio durante el año pasado”, apuntó.

Precios de granos

A pesar de que la brecha se encontró en niveles récord, en 2021 los precios de los granos fueron altos y el sector entendió que en año electoral el dólar no se iba a mover.

“Antes que acopiar un año y medio, decidieron liquidar pese a la brecha. No es habitual, por lo que en algún momento va a empezar a impactar en las exportaciones”, insistió.

Que el Gobierno mejore la competitividad externa sin que se produzca una devaluación en el tipo de cambio oficial para Persichini “no parece un desafío, sino una alquimia”.

El exceso de pesos, inflación reprimida y la debilidad de las reservas netas son algunos de los problemas que presionan. “Haber evitado el precipicio era condición necesaria para calmar la brecha, pero no para hacerla bajar fuerte. Sin plan de estabilización macro, cumplir con el FMI todavía es ciencia ficción”, cerró.

Fuente: La Nación