FMI: lenta negociación

FMI: lenta negociación

Hay presiones de La Cámpora y el massismo a Guzmán para mostrar resultados económicos de cara a noviembre.

Negociación lenta. Martín Guzmán y Janet Yellen, la secretaria del Tesoro: su apoyo es clave para que el FMI baje las sobretasas.

Sin resultados económicos significativos en materia de empleo, actividad e inflación de cara a las elecciones de noviembre, el ala política del Gobierno confía que antes de los comicios obtendrá del FMI un guiño en la negociación de la deuda: que el organismo baje la sobretasa de interés que cobra a los países que adeudan dinero prestado.

Esto representaría un ahorro de dólares en un momento en el que las reservas escasean. Los pagos de intereses al FMI serían US$ 950 millones este año y US$ 1.350 el próximo.

La expectativa de realizar un anuncio favorable de cara a noviembre corre por cuenta de sectores del oficialismo cercanos a La Cámpora ya Sergio Massa. Cerca del ministro admiten que no es imposible pero que deberá conseguirse varios apoyos, entre ellos, el del Tesoro de EE.UU.

Tasa del 20%

El Fondo Monetario cobra intereses por el dinero que presta en función del tamaño de la ayuda y el tiempo en que el país miembro demora en devolver la plata. Aún así se trata de un crédito más barato que al que se accede en el mercado porque el organismo presta dinero en momentos donde los países atraviesan una situación de crisis de Balanza de pagos y los bancos o inversores exigen un interés más alto. Hoy Argentina pagaría una tasa cercana al 20%.

El FMI en cambio presta a una tasa a 1%. Eso es lo que paga un país por un monto más o menos equivalente a su cuota de membresía en el club. Cuando pide una cifra mayor (arriba del 187%) la tasa aumenta 200 puntos básicos (pasa de 1% a 3%). Y más tarde sube 100 puntos más por año en caso que se demore la devolución del préstamo pasados los 36 meses.

Esta es justamente la fecha que empieza a correr en el caso del préstamo de la Argentina: se cumplen 36 meses desde el organismo empezó a girarle aquellos US$ 44.000 millones al país entre 2018 y 2019.

Argentina negocia un programa de Facilidades Extendidas para refinanciar ese monto. El organismo presta dinero a los países para que paguen la deuda preexistente. Los planes de Facilidades Extendidas son compromisos que se asumen a cambio de devolver el dinero entre 4 y 10 años en doce cuotas. Incluyen reformas.

Las sobretasas fueron establecidas por el FMI a fines de la década del 90 durante la crisis de Balanza de pago de los países asiáticos. Fue una manera de ayuda a esas economías pero también estableciendo incentivos para que repaguen sus deudas.

Pero hoy también representa una fuente de ingresos para el FMI porque con ese dinero se fondea, paga a su staff, etc.

El organismo hace una revisión de estas sobretasas y la última había sido en 2016. En la Asamblea Anual del FMI de octubre de este año será la próxima. Expertos consultados por Clarín consideran que el organismo podría acceder ya que sus ingresos aumentaron en los últimos años. Pero la aprobación final deberá correr por parte del directorio.

El ala política del gobierno argentino se entusiasma que así sea y lo presentará como un logro antes de noviembre. Pero la decisión del FMI se trata de un tema de gobernanza global y no atañe solo al caso argentino. «Será difícil para el FMI bajar los sobrecargos porque el monto que paga sólo la Argentina equivale casi al monto de salarios de su staff en un año», explica una fuente oficial al tanto de las negociaciones en off the record. «Además implica cambiar un regla general para todos los países y eso debería tener el apoyo del Tesoro».

Desde ese punto de vista, una opción que tendría Guzmán para conseguir una rebaja en la sobretasa sería que el FMI brinde un waiver a la Argentina, esto es, una excepción a la regla y no una modificación a la norma. Ese waiver podría conseguirse en el marco de una negociación con el FMI por un acuerdo de Facilidades Extendidas.

Como era de esperar en un año electoral, desde las cabezas políticas del Gobierno hay reparos a la gestión del ministro Guzmán. En la primera mitad del año llevó a cabo un ajuste fiscal y tropezó en un enfrentamiento con La Cámpora: solicitó la salida del subsecretario Federico Basualdo. Ahora sectores de ese espacio y el massismo temen que su suerte electoral quede atada por decisiones que el ministro haya tomado. De ahí que en las últimas horas ultiman al ministro a mostrar algún resultado. En caso que no lo consiga habría más argumentos para realizar cambios de gabinete luego de las elecciones.

Guzmán siente cada vez más la presión del ala política, arrinconada por las encuestas.

Fuente: Clarín