FMI: La discusión por las tarifas retrasa el acuerdo

FMI: La discusión por las tarifas retrasa el acuerdo

La discusión por la suba de tarifas retrasa el acuerdo con el Fondo Deuda. El FMI reclama un ajuste que supere la inflación, cercana al 60%; Guzmán lo rechaza y busca que esté ligado a los salarios.

La discusión por el aumento que deberían tener las tarifas de luz y gas entorpece el cierre de la renegociación de la deuda entre el Gobierno y el Fondo Monetario internacional (FMI). la resolución del tema es clave, dado que de eso dependen la reducción del déficit fiscal y la emisión monetaria, corazón de un potencial acuerdo. sin embargo, fuentes oficiales afirmaron que confían en que el Gobierno y el organismo logren sellarlo este fin de semana. según pudo saber la nacion, el FMI pretende que las tarifas de energía tengan un alza del 60%, por encima de la inflación estimada. el ministro de economía, Martín Guzmán, rechazó el pedido y quiere que el aumento esté vinculado a la suba de los salarios. sin embargo, admite que el alza debe ser superior al 20%, ratificado por la cámpora y el cristinismo duro para este año. en medio de la creciente incertidumbre sobre la aprobación del acuerdo en el congreso, la coalición cívica propuso ayer un proyecto de ley para que solo se vote el financiamiento y se evite la turbulencia de debatir cada uno de los puntos del entendimiento.

La discusión por las tarifas retrasa el cierre de un acuerdo con el FMI

El organismo multilateral que dirige Kristalina Georgieva busca que las subas sean mayores a la inflación esperada; Martín Guzmán lo rechaza y propone un alza a la par de los salarios; sería mayor a la propuesta del cristinismo duro

El aumento que deberían tener este año las tarifas de energía -y, por ende, la viabilidad del corazón de un potencial acuerdo, la reducción del déficit fiscal y de la emisión monetaria- entorpece el cierre de la renegociación de la deuda entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, fuentes oficiales confían en sellarlo durante este fin de semana.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, mantuvo anteayer conversaciones con Julie Kozack, subdirectora en el Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo en torno al pedido que está realizando el organismo multilateral de incremento de luz y gas para este año. En el FMI pretenden que el alza sea de 60%, un número que vaya por encima de la inflación prevista para este año y que permita además a la administración de Alberto Fernández reducir o, por lo menos, sostener la enorme factura de subsidios con relación al producto bruto interno (PBI) que paga el Estado.

Un aumento inviable

Guzmán afirma que ese aumento es inviable y busca convencer al staff técnico del FMI de «un aumento racional» que contenga -como ya se anunció- una segmentación. En ese sentido, el ministro avanza con la idea de sumar una suba en las tarifas por encima de lo que estableció La Cámpora y el cristinismo para este año, del 20%. Para el ministro, el alza debe ser un porcentaje del incremento salarial previsto. Este año, el Gobierno busca establecer una paritaria en torno al 40% con la intención de anclar las expectativas inflacionarias en un 40%/42%.

Según pudo saber la nación, el Fondo Monetario Internacional exige que en el acuerdo figure un porcentaje determinado de aumento de tarifas de los servicios públicos que haga menos críticas y más previsibles las revisiones trimestrales que deberá hacer el organismo multilateral con cada desembolso previsto para pagar la deuda.

Las tratativas de último momento al rededor del aumento de las tarifas vienen ralentizando el cierre de un acuerdo -la posibilidad de presentar una carta de intención y un memorándum de entendimiento- que luego tiene que pasar por el Congreso y finalmente llegar al board del FMI. La Argentina tiene como fecha límite los últimos días de marzo -según el acuerdo con el Club de París, pero también por el importante vencimiento de US$2800 millones con el propio Fondo-.

Principio de entendimiento

El principio de entendimiento sellado con el FMI prevé una meta de reducción del déficit fiscal primario para este año de 2,5% del PBI, que cae a 1,9% en 2023; y al 0,9% en 2024. En 2025 se llegaría al equilibrio fiscal. Parte de ese sendero, según el comunicado que publicó cuando se divulgó el preacuerdo, se logrará con una «reducción gradual» de los subsidios económicos. La emisión monetaria debería ser de 1% del PBI este año. Pasaría a 0,6% del producto en 2023 y llegaría a cero en 2024. Por otro lado, se establecerán tasas de interés por arriba de la inflación.

Los economistas privados trabajan actualmente con una inflación que va entre el 55% y el 60%. Según el «borrador» que se filtró en los últimos días, si bien no hay previsto un «salto devaluatorio», el tipo de cambio se movería a la par de la inflación. La suba de precios y el movimiento del dólar son determinantes para el establecimiento de las tarifas (y, por ende, para la definición de la cantidad de subsidios necesarios para los distintos usuarios). A eso se suma el aumento de los precios internacionales del gas natural licuado (GNL) y la menor oferta que llegará de Bolivia este año.

Impacto en las cuentas El año pasado, los subsidios a la energía representaron 2,3% del PBI, con US$11.003 millones de transferencias del Tesoro nacional. El gasto en subsidios energéticos tuvo un aumento de 77% con relación a2020 (1,6% del PBI) y de 131% en comparación con 2019 (1,1% del PBI), según la consultora Economía & Energía. Para este año, según el proyecto de presupuesto 2022 que no fue aprobado por el Congreso, Guzmán proyectó que los subsidios al sector deben representar 1,7% del PBI.

Aumentos

Ayer, el Gobierno determinó aumentos para los distribuidores y transportistas de gas que representan en la factura de los usuarios residenciales un 20% de alza sin reducir subsidios. Por eso, ya se preveía que debería haber en el año más alzas para alcanzar la promesa de reducción del déficit primario y la baja de la emisión monetaria para cumplir con el Fondo.

Entre los negociadores argentinos con el Fondo reconocen que el aumento del año pasado, temporada de elecciones, fue solo de 9% en las tarifas de servicios públicos, mientras que los salarios -punta a punta- le ganaron a la inflación. Creen entonces que los precios regulados están atrasados y que es necesaria una recomposición mayor a la estimada por el cristinismo más duro. Sin embargo, consideran políticamente inviable incrementar lo que está pidiendo el organismo que conduce Kristalina Georgieva.

A pesar del tira y afloja entre Economía y el staff técnico del Fondo, en el Gobierno se esperanzan con poder anunciar estos días un acuerdo sobre el programa de facilidades extendidas (EFF, según las siglas en inglés) que le permita a Alberto Fernández renegociar la deuda que tomó Mauricio Macri en 2018 por US$45.000 millones y evitar el arrears (atraso) con el organismo.

Julie Kozack Subdirectora del FMI

La subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental mantuvo anteayer una conversación con el ministro de Economía, Martín Guzmán, sobre la principal disputa que traba en estas horas el acuerdo final con el Fondo Monetario Internacional: el aumento que deben tener este año las tarifas de los servicios públicos. Según el Fondo, deben tener un incremento mayor a la inflación; para el Gobierno tienen que representar un porcentaje del aumento salarial previsto.

Fuente: La Nación