Escasez de combustible: faltante y venta en cupos

Escasez de combustible: faltante y venta en cupos
La zona más afectada es el norte del país, pero también en Mar del Plata hay estaciones de servicio cerradas; los transportistas están en alerta y las autoridades locales hacen gestiones ante el Gobierno

Pese a la suba de combustibles, en la última semana se profundizó el faltante en el interior del país. Hay cupos para la venta y estaciones de servicio cerradas en todas las provincias y, en especial, en el norte. Incluso, las empresas de transporte de pasajeros están en alerta y hay gestiones de autoridades provinciales y municipales con el Gobierno.

El precio actual del litro de nafta súper está en su valor más bajo en por lo menos los últimos 10 años. El promedio nacional cuesta 86 centavos de dólar ($300) al tipo de cambio oficial, cuando su precio histórico siempre fue superior a un dólar ($350). Mientras que la inflación acumulada hasta octubre ronda el 120%, los precios de los combustibles en las estaciones de servicio aumentaron solo 60%.

En Mar del Plata, por ejemplo, hay filas de automóviles frente a bocas de expendio y el playón está vacío en otras, que tienen mangueras cruzadas sobre los surtidores. Hay algunas que esta semana se quedaron sin reservas y no saben cuándo llegarán los camiones para reponer carga. La peor situación la viven los operadores locales de YPF, donde la reposición es más lenta.

Una recorrida realizada por la nacion en Mar del Plata confirmó que existen estaciones de servicio que no venden por no tener combustibles.

A nivel país, en la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), su asesor, Carlos Gutiérrez, confirmó que el problema es «bastante grave» y se registra en todo el país.

«Lo primero es que no hay suficiente, por lo que existen cupos y, lo segundo, es que el precio del gasoil grado 2 (el común) es testimonial, porque no hay. Lo que se consigue es Infinia, que cuesta $100 más», dijo.

En el caso del transporte urbano de pasajeros, en Esquel (Chubut) los prestadores ya plantearon que puede afectar el servicio, lo mismo que en Santiago del Estero. En esa provincia, el ministro de Economía, Atilio Chiara, instó a los expendedores a que «normalicen» la situación y aunque dijo que «no hay tal problema a nivel nacional», la gobernación emitió un comunicado respaldándolos y apuntando a las petroleras como las causantes del problema.

El presidente de la Federación Argentina de Transporte de Pasajeros (Fatap), José Cano, sostuvo ante este diario que «cuesta mucho conseguir combustible y cuando se consigue, es con sobreprecio». En general, las empresas compran a terceros porque es más caro el gasoil por mayor que por menor. Actualmente, el más barato en San Juan costó $460.

En tanto, Pedro Llorvandi, titular de la Cámara de Expendedores santiagueña, precisó que, por las lluvias, hubo menos demanda del agro, pero cuando se estabilice, habrá más faltante.

En el caso del transporte de larga distancia, desde la cámara que reúne a las empresas indicaron que hay escasez, pero lo van solucionando. Sí remarcaron que el precio del litro a granel lo pagan, por períodos, a valores más altos que en las estaciones de servicio, «lo que complica».

El presidente de la Cámara de Empresarios de Combustibles, Raúl Castellanos, detalló que en distritos como Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy el faltante viene hace más de un mes, «pero se fue extendiendo a todo el país». Ratificó que las petroleras están «racionando» el combustible y fijaron cupos para las estaciones de servicio. El aumento en los precios de esta semana, indicó, responde al alza en los biocombustibles y no alcanza a compensar el «atraso» acumulado.

Además, acotó que «importar es oneroso». Los precios de los combustibles están congelados hasta el 31 de octubre; hay expectativa sobre lo que pasará después de esa fecha.

El faltante más frecuente en Mar del Plata es del diésel prémium. Lo utilizan las camionetas más modernas y los vehículos de carga, medianos y pesados, que están abocados en su mayoría al transporte de distinto tipo de mercaderías. En una estación de servicio Shell de Avenida Champagnat, que es una continuación natural y urbana de la ruta 2, disponían de esa variante, pero con un tope de carga de $10.000 por vehículo.

Ya había advertido la situación días atrás Patricio Delfino, al frente de una de las estaciones de servicio de YPF en ese corredor más próximo a las rutas 2 y 226, que tiene una altísima demanda de camiones. «Es un problema que se venía advirtiendo y que hoy tiene algunas estaciones de servicio directamente cerradas porque se quedaron sin combustibles», detalló para presentar este escenario más que complicado, que no es exclusivo de esta zona, sino que tiene impacto en todo el país.

No alcanza

Anteayer a la madrugada habían empezado a llegar algunos camiones, en particular para abastecer a los puntos de venta de YPF, aunque no alcanza para la normalización pronta. Hay quienes vinculan la situación con problemas en la importación de combustibles, en particular el diésel premium.

YPF no difundió ninguna explicación oficial, aunque a este diario le explicaron que el escenario es consecuencia de los precios «mucho más bajos» de sus surtidores respecto de la competencia, además de los beneficios que suman a esos costos al consumidor, las políticas de promociones y descuentos. Eso la mantendría como primera opción, en niveles superiores a los que pueden dar respuesta los canales habituales de logística y reabastecimiento que tiene la empresa.

Los combustibles, por estos puntos de la provincia de Buenos Aires, tienen valores más altos que en Capital Federal. Con el ajuste de hasta 3% que se aplicó desde la noche del último domingo, casi en coincidencia con el cierre de la elección presidencial, la nafta súper se paga desde $305 por litro; $315 es el piso para el diésel común; $384, la nafta súper y $424, el diésel de mayor calidad.

En Capital Federal, en tanto, los valores de YPF, que marcan piso en el mercado, son de $248 para el litro de nafta súper; $318, para la premium; $266, el gasoil y $363, el diésel denominado grado 3.

Fuente: La Nación