En 2017, el salario real mejoró 2,1% pero no recuperó lo que perdió en 2016

Por ser un año electoral y con la economía creciendo, los informales subieron 5,4%; los privados registrados, 2% y los públicos empataron al IPC.
Las negociaciones paritarias del año pasado en un contexto de elecciones, de una economía creciendo y una inflación bajando, le permitió al salario real avanzar 2,1% en 2017, según el índice de salarios que publicó ayer el Indec. De todos modos, el número no refleja que los asalariados no lograron recuperar el poder adquisitivo que perdieron durante 2016 y, que según las estimaciones privadas, quedan preparados para superar de uno a dos puntos a la inflación en 2018.
En términos reales el índice de salarios fue 2,1% superior, luego de que avanzara 27,5% contra un IPC anual que en diciembre pasado había alcanzado 24,8%.
Los que más avanzaron fueron los salarios del sector privado no registrado (5,4%), luego de que sus remuneraciones variaran 31,5% nominal. Se entiende que se trata de un rebote, producto de una pérdida de poder adquisitivo bastante más alta en 2016, ya que es un sector con bajo poder de negociación.
El sector privado gozó de un año en el que el Gobierno incentivó un poco más el consumo en un año electoral. Con una inflación decreciente, los sindicatos lograron que las remuneraciones reales crecieran 2% en promedio, luego de que nominalmente subieran 27,3%.
Luego, el sector público registrado sufrió la mayor austeridad que impulsa el Gobierno y sus salarios empataron a la inflación, con una suba real de 0,1% luego de avanzar nominalmente 24,9%.
Así fue que los salarios reales del sector registrado crecieron 1,3%, luego de que subieran 26,5% en términos nominales.
«Se debe a la recuperación de la economía y a que muchas paritarias en un año electoral como fue 2017 buscaron recomponer el terreno perdido de 2016, cuando la inflación fue del 40% y los salarios habían crecido 30-35% según el gremio», dijo Lorenzo Sigaut Graviña, economista de Ecolatina. «El propio oficialismo incentivó que el consumo creciera y buscó la recomposición nominal para permitir una mejora del poder adquisitivo en los meses electorales», agregó.
El año pasado, los sindicatos negociaron además cláusulas gatillo, que se activan este año.
Sin embargo un informe de CIFRA, de CTA, entiende que no se volvió a los valores de 2015, previos a la caída del poder adquisitivo.
«La recuperación que siguió a las negociaciones paritarias de 2017, en un contexto de inflación elevada pero de menor nivel que en el año anterior, implicó un aumento real del 2% cuando se considera el promedio de ese año», admitió. Pero calculó que «en 2016, en el marco de una elevada inflación traccionada por la devaluación de la moneda y el aumento de las tarifas de servicios públicos, el poder adquisitivo de los salarios sufrió una pérdida que fue del 6% en promedio para los asalariados registrados del sector privado».
Ecolatina coincidió en que el salario real de los trabajadores registrados creció 3,5% en 2017, pero aún se ubica 1,1% por debajo de la media de 2015, al considerar los promedios anuales en base al IPC nacional que elabora el BCRA.
En tanto, el salario real de los privados registrados trepó en promedio 4,1%, lo que les permitió recuperar lo perdido en 2016 (sólo 0,2% por debajo de la media de 2015). «La recomposición parcial del salario formal durante el año pasado junto con la magra creación de empleo registrado explican por qué la masa salarial de los trabajadores formales aún no supera el promedio de 2015», explicó en un informe.
Y el salario del sector público subió en promedio 1,4% ubicándose más de 4% por debajo de la media de 2015.
En 2018, las negociaciones paritarias comienzan sin la necesidad de tener que recomponer la pérdida de poder adquisitivo de 2017. Sin embargo, se enfrentan a la falta de credibilidad de la meta de inflación que fijó el Gobierno, ya que los privados prevén casi un 20% para el IPC este año.
«La cláusula gatillo se debe a que nadie está alineado con las expectativas de inflación del gobierno. La discusión es cuál va a ser la inflación», dijo Gabriel Caamaño Gómez, economista de la consultora Ledesma.
Para Caamaño Gómez, este año «no hay mucho espacio para que la variación de los salarios crezca por encima de la inflación para recorrer un camino sustentable», al comparar el salario real con la productividad media del trabajo. Entiende que la diferencia entre una economía creciendo entre 2,5 y 3,5% y un empleo creciendo 1,4% para sostener el nivel de desempleo, queda entre 1 y 2 puntos para que los salarios le ganen a la inflación.
Sigaut Graviña coincidió en que la cláusula gatillo es un seguro que toman los gremios porque no creen en la pauta de inflación oficial: «No es un año electoral. De nuevo habrá austeridad máxima en el sector público». Y previó que los salarios privados avancen 20% y los públicos, 15%. «No creo que sea un año bueno para el no registrado», dijo.
FUENTE: El Cronista