El plan aguantar no se baja hasta octubre

El plan aguantar no se baja hasta octubre

Este esquema obliga al equipo económico a estar sacando “un conejo de la galera” todo el tiempo para poder mantener al Estado funcionando sin agravar problemas como la inflación, entre otros

Cuando el actual ministro de Economía asume la cartera, el objetivo era tratar de llegar a las elecciones minimizando el ruido económico. Sin embargo, la sequía que afecta a la Argentina y el complicado escenario financiero internacional, están haciendo que la tarea, que de por sí ya era difícil al principio, hoy sea mucho más complicada. En este contexto, el Gobierno está llevando la economía día a día tratando de cubrir baches y evitar problemas mayores en un contexto de fuertes restricciones políticas y económicas. Esto obliga al equipo económico a estar sacando “un conejo de la galera” todo el tiempo para poder mantener al Estado funcionando sin agravar problemas como la inflación o la suba del tipo de cambio libre.

El 2023 no será un buen año económico. La inflación tiende a subir y la actividad económica tiende a caer y es poco lo que el gobierno puede hacer para evitarlo.

Emisión y demanda de pesos

La inflación es un problema monetario que se produce por el exceso de emisión monetaria y se puede acelerar incluso por la caída en la demanda de dinero. Por lo tanto, si el Gobierno se ha obligado a emitir dinero para financiar el déficit fiscal lo más probable es que la inflación continúe siendo un problema. Para tratar de reducir dicho efecto, el gobierno se ha estado endeudando en pesos con el objetivo de financiar el déficit y así evitar imprimir demasiado dinero (aunque siempre se estuvo emitiendo algo). El problema es que en la Argentina donde el mercado financiero es muy pequeño, se saturó el mercado de deuda en pesos. A punto tal, que hoy de cada $1000 que se depositan en el banco solo $270 se prestan al sector privado, el resto va a Leliqs, crédito al sector público, títulos de deuda y otros.

Este año al Gobierno aún le falta obtener financiamiento por al menos 3 puntos del PBI para cerrar la necesidades financieras del año, asumiendo que se consigue renovar todos los vencimientos en pesos, lo cual es optimista. Por ahora, el resto debe ser financiado con emisión de pesos, lo cual mantendría viva la inflación y al dólar. Pero si no consigue renovar todos los vencimientos en pesos el problema sería peor y, hoy por hoy, eso está costando.

Medida y estrategia

Las medidas que se están anticipando son un intento del Gobierno para colocar deuda adicional en el mercado, pero en dólares, que tal vez tenga más aceptación, sin tener que emitir deuda en moneda extranjera. Para esto simplemente le pide a los organismos públicos que vendan sus posiciones en moneda extranjera al mercado, sea directamente o a través del Tesoro, y que con el producido compren títulos en pesos recién emitidos.

En el fondo se trata de un nuevo intento por colocar un título en el mercado para financiar al tesoro pero esta vez con otro sabor (“a dólar”) porque el mercado ya estaba saturado del sabor “en pesos”. Si esto sale bien, el Gobierno habrá logrado patear el problema por un tiempo, pero este será una dificultad recurrente todo este año dado que el déficit fiscal persiste y que posiblemente se vea agravado por la sequía y la recesión, que naturalmente, reducirán la recaudación tributaria.

La solución real de este tipo de problemas requiere un programa integral

Por un lado se necesita ir a un superávit primario, ordenar el patrimonio el Banco Central, salir del cepo y eliminar los subsidios tanto los servicios públicos como a las empresas del Estado, de manera que la deuda pública argentina se vea pagable y, por lo tanto, atractiva para el mercado financiero. En ese contexto será más fácil renovar los vencimientos alargar los plazos y bajar los intereses. Por el otro lado, se debe tomar una serie de medidas que estimulen el crecimiento económico y el empleo para fortalecer la economía lo cual ayudará a robustecer las cuentas del Estado. Lo que sí nos debe quedar claro es que la Argentina va a requerir años de disciplina fiscal para salir de este esquema de inflación, devaluación, reestructuraciones de deuda, etc. Cualquier otro relato es puro verso.

Fuente: La Nación