El IPC de Estados Unidos escaló 8,5% en marzo

El IPC de Estados Unidos escaló 8,5% en marzo

Se trata del avance más rápido del IPC general desde diciembre de 1981 (8,9%). El IPC subyacente – que no pondera alimentos frescos ni energía- escaló un 6,5% interanual frente al 6,4% de febrero y marca máximos desde agosto de 1982 (7,1%). Así, sobresalió el avance intermensual del IPC general, con un rotundo 1,2% frente al 0,8% del mes anterior (el mayor avance en un mes desde 2005).

Tal como estaba previsto, esta mañana se conoció la lectura del IPC de Estados Unidos de marzo, el cual trepó hasta 8,5% i.a. frente al 8,4% esperado por el consenso y al 7.9% anotado en febrero. Se trata del avance más rápido del IPC general desde diciembre de 1981 (8,9%).

El IPC subyacente – que no pondera alimentos frescos ni energía- escaló un 6,5% interanual frente al 6,4% de febrero y marca máximos desde agosto de 1982 (7,1%). Así, sobresalió el avance intermensual del IPC general, con un rotundo 1,2% frente al 0,8% del mes anterior (el mayor avance en un mes desde 2005). En el caso del subyacente, el avance intermensual fue del 0,3%, con lo que hay cierto frenazo, ya que en febrero fue del 0,5%.

Los aumentos en la gasolina, la vivienda y los alimentos fueron los que más contribuyeron al alza. La gasolina aumentó un 48% interanual y un 18,3% solo en marzo (en febrero fue del 6,6%), representando más de la mitad del aumento en el IPC general intermensual. El repunte de la energía fue del 32% desde marzo del año pasado y del 11% en el mes (en febrero fue del 3,5%). Los alimentos subieron un 1% en marzo y un 8,8% interanual. La vivienda repuntó un 5% interanual y un 0,5% únicamente en marzo, al igual que los dos meses anteriores.

En cambio, el índice de autos y camiones usados cayó 3,8% durante el mes, llevando a la baja la lectura subyacente mensual. Se trata este último de un indicador que varios analistas señalaron como un posible aviso de que se estaría llegando al pico de inflación después de su repunte durante la pandemia. Este indicio hizo que los mercados de bonos hayan mostrado tranquilidad tras conocerse el IPC: el bono americano a 10 años o T-Note, el de referencia, bajó unas centésimas hasta el 2,71%. Asimismo, Wall Street abrió en positivo.

«La guerra entre Rusia y Ucrania echó más leña al fuego de la inflación a través de la suba de los precios de la energía, los alimentos y las materias primas, que están cargados de turbo por el empeoramiento de los problemas de la cadena de suministro. Esto llevará a un pico de inflación más alto a corto plazo y a un lento descenso hasta 2022. Esperamos que la suba general de los precios al consumo alcance un máximo cercano al 9% en mayo, pero que termine el año todavía por encima del 5%», opina Kathy Bostjancic, de Oxford Economics.

Los analistas del banco nórdico SEB, sin embargo, apostaban antes de conocer el dato que la inflación había alcanzado su punto máximo en marzo. «La inflación en USA probablemente alcanzó su punto máximo en marzo, pero hay muchos riesgos por delante», avisaban, argumentando que «el rápido aumento de los precios de la gasolina» iba a llevar a un avance intermensual por encima del 1% en marzo. Aunque Joe Biden anunció la mayor liberación de reservas de petróleo de la historia,  el galón de gasolina sigue instalado en los 4 dólares en EE.UU.

«La inflación en EEUU alcanzó un nuevo máximo de 40 años, pero nos estamos acercando a la cima. Desgraciadamente, el descenso será largo y lento, debido a los persistentes problemas de la cadena de suministro, la considerable rigidez del mercado laboral y el actual poder de fijación de precios de las empresas», pondera James Knightley, economista jefe de Internacional en ING.

«El IPC de EEUU podría haber alcanzado su máximo este mes, suponiendo que no se produzca una nueva escalada del conflicto en Ucrania y que los precios del petróleo evolucionen en línea con la curva de ahora en adelante. Sin embargo, aún existen considerables presiones externas e internas sobre los precios -el aumento de los costos de los productos y de la mano de obra tardará algún tiempo en repercutir en los precios al consumo-, lo que significa que la inflación se mantendrá probablemente en niveles elevados al menos durante el resto del año. Ahora esperamos que se sitúe en una media del 7% este año», añade Silvia Dall’Angelo, economista senior de Federated Hermes.

«Hay indicios de que la inflación de bienes está perdiendo algo de impulso, pero los servicios y los alquileres están ganando velocidad. Los fuertes efectos de base sugieren que marzo será el pico de la inflación subyacente y general. Los precios de la energía aumentaron fuertemente en marzo tras la invasión de Ucrania, pero el precio del petróleo revirtió gran parte del repunte en abril. Sin embargo, la guerra sigue siendo un factor de incertidumbre para los precios de las materias primas y una presión al alza sobre los precios de las materias primas y los riesgos de nuevas interrupciones de la cadena de suministro por los cierres en China son riesgos al alza», agregaron desde SEB.

Respaldo a la Fed

¿Y la Reserva Federal? Con los futuros descontando un total de 225 puntos básicos de suba de tasas para el resto del año, lo que implica tres ajustes de 50 puntos básicos y otros tantos de 25 puntos básicos en las seis reuniones de política monetaria restantes, los analistas de SEB esperaban poco baile en las expectativas de tasas tanto con una sorpresa al alza como a la baja en el dato.

«Las fuertes presiones sobre los precios respaldan nuestra opinión de que la Fed subirá la tasa de interés oficial en 50 puntos básicos en las reuniones de mayo y junio del FOMC, y que se producirá un endurecimiento total de las tasas de 200 puntos básicos este año. Esto elevaría las tasas de los fondos federales a territorio restrictivo a finales de año», apunta Bostjancic, de Oxford Economics.

«Está claro que la Fed actuará de forma agresiva para conseguir una política restrictiva con el fin de recuperar el control de la narrativa de la inflación. Esperamos que suban las tasas de interés 50 puntos básicos en las reuniones de mayo, junio y julio, y una vez que el endurecimiento cuantitativo propuesto se ponga en marcha, creemos que pasarán a subidas de 25 puntos básicos», amplía Knightley, de ING.

Pero esto tendrá un costo económico, avisa el experto del banco ‘naranja’, alertando de la creciente posibilidad de que se produzca «una fuerte desaceleración». «El aumento de los costos de endeudamiento, la fortaleza del dólar y un contexto político potencialmente tenso, a medida que nos acercamos a las elecciones legislativas de noviembre, significa que la economía estadounidense se enfrentará a vientos en contra cada vez más fuertes», concluye.

Fuente: PPI