El equipo económico aseguró a inversores que seguirá la reducción del déficit fiscal e inflación

El equipo económico transmitió tranquilidad a los inversores luego del cambio de las metas de inflación y de la volatilidad global, al asegurarles que continuará la reducción de la inflación, del déficit fiscal, del financiamiento del Banco Central al Tesoro y las reformas para mejorar la competitividad.
En reuniones mantenidas en las últimas semanas, el equipo de Nicolás Dujovne se reunió con inversores del exterior y locales alterados por el cambio de estrategia del Gobierno en materia inflacionaria y por la fuerte baja en el precio de los bonos argentinos.
Los bonos argentinos, al ser «high beta», es decir, son muy sensibles a los cambios de tendencia en el mercado, suben y bajan más que el promedio de los títulos soberanos de los países emergentes.
A este factor se suma la fuerte oferta volcada al mercado en enero, cuando se emitieron US$ 9000 millones a una tasa muy baja, en una cantidad que debe ser digerida por los inversores, que saben que la Argentina seguirá emitiendo fuerte, sobre todo, en 2018 y 2019.
Los funcionarios les aseguraron a bancos y fondos de inversión que el Gobierno mantiene sus directrices: lograr una inflación cercana al 15% (aunque los consultores prevén un 19%), un déficit fiscal primario del 3,2% del PBI y un crecimiento económico cercano al 3,5% (los datos preliminares de enero ratifican un buen arranque del año).
Sobre la inflación, explican que el IPC núcleo seguirá bajando, aunque admiten que el primer trimestre será complicado por el aumento de las tarifas y por las paritarias.
Los funcionarios descartan que el cambio de humor tenga que ver con el relajamiento de la política monetaria del último mes, aunque el mercado espera que el Banco Central no baje las tasas de interés la semana próxima nuevamente en el actual contexto de volatilidad global, tras el efecto negativo generado por el relajamiento en las metas de inflación.
Luego de los días de furia en los mercados globales, que por ahora se calmaron, los analistas financieros permanecen en guardia porque entienden que el Gobierno debe rever la mala imagen que brindó al presionar por una baja en las tasas de interés.
Los analistas consultados por LA NACION consideraron que si se complicara el escenario financiero externo, el Gobierno debería acelerar la reducción del déficit fiscal.
De todos modos, creen que la baja en el precio de los bonos argentinos fue exagerada y que se corregirá, lo cual no quita que el Gobierno encuentre más dificultades que en el pasado para tomar deuda a un costo muy bajo. Al respecto, la emisión de ayer en pesos del bono a un año por unos US$ 4500 millones, generó tranquilidad. La tasa pagada es la misma del bono de referencia a un año.
Daniel Chodos, estratega del Desk de Trading de Credit Suisse, indicó que «la corrección afuera fue técnica, pero la Argentina es un país con mucha exposición y eso lleva a mayores caídas en el precio de sus bonos, sobre todo porque se espera que emita más durante el año».
El otro factor relevante que explica la baja en los títulos soberanos es que «los inversores externos tomaron mal el cambio de posición del Banco Central a raíz de la baja de las tasas de interés en un momento de suba de inflación. Por esa razón, con el dólar cerca de los 20 pesos, sumado a una inflación alta, el Central debería frenar la baja de las tasas la semana próxima», indicó.
Chodos dijo que «actualmente la tasa real es del 5 por ciento, frente al 10 por ciento de diciembre último».
«Si el Central mantiene la tasa y el contexto externo se mantiene estable, el peso se puede mantener estable. Si recorta la tasa, habrá más volatilidad. Y además empiezan las paritarias, lo cual llevará a más volatilidad todavía», explicó.
Alberto Bernal, jefe de estrategia de XP Securities, afirmó que «la Argentina sigue siendo una buena historia; cuando uno invierte en este país, sabe que tiene alta volatilidad, pero estoy muy contento porque, pese a que el Dow Jones cayó el lunes 1000 puntos, el peso sigue por debajo de los 20 pesos. En cualquier otro momento se hubiera ido a 22 o 23 pesos».
En este sentido, dijo que «es más importante la estabilidad de la moneda que el valor de los bonos», aunque, a la vez, esta situación, «le pone más presión al Banco Central, porque el deterioro de las expectativas inflacionarias es muy alto y tengo la confianza de que Sturzenegger no haya tirado la toalla».
De todos modos, Bernal dijo que el panorama para la Argentina no es tan complicado: «En los próximos meses la economía de los Estados Unidos se va a desacelerar y por lo tanto no creo que la inflación se dispare. En este caso, la tasa no subiría más que lo previsto. De lo contrario, habrá que acelerar el ajuste fiscal».
Martín Anidjar, socio de Baffin Advisors de Nueva York, advirtió que «las tasas de interés en el mundo van a seguir subiendo; los bancos centrales seguirán obviamente muy despacio y prestándole atención a los mercados más de lo que sus mandatos requieren».
«Por esta razón, la Argentina tiene que planear enfrentar tasas de interés algo más altas a las actuales y, si el crecimiento global sigue fortaleciéndose y la inflación en los países desarrollados reaparece, las tasas de interés seguirán subiendo. Entonces, los déficits (fiscal y cuenta corriente) serán algo más caros, y la competencia por el capital internacional algo más peleada», indicó.
Ante este panorama, la confianza respecto de la Argentina, «dependerá de la continuidad de reformas, el crecimiento y de la convergencia de los desequilibrios».
Gustavo Cañonero, de SBS, dijo que «la suba del costo de financiamiento para un país con la necesidad de tomar deuda que tiene la Argentina siempre es un problema, pero la caída de los bonos fue exagerada».
De todos modos, admitió que «una parte de esa baja tiene que ver con el cambio de actitud por parte del gobierno respecto de la inflación, que ocultó otros logros importantes del gobierno como la ratificación en las urnas, el aumento de tarifas, los buenos números fiscales del 2017 y la reforma impositiva»
De ahora en más, aclaró, «el humor de los inversores dependerá de cómo se perciba la decisión del gobierno de continuar el rumbo, de cómo se comporta el mundo y, específicamente, de la política monetaria, ya que las autoridades monetarias subestimaron el impacto de la baja de las tasas sobre el mercado financiero».
«El Banco Central debe ratificar su compromiso con la inflación; si hay suba de tarifas, del dólar y de la inercia inflacionaria, difícilmente pueda bajar las tasas. El Gobierno en general subestimó el costo de cambiar la meta», concluyó Cañonero.
FUENTE: La Nación