El dato de inflación de abril volvió a dejar en offiside al mercado

El dato de inflación de abril volvió a dejar en offiside al mercado

Si bien se esperaba un dato alto, el 8,4% superó las expectativas y seteó el punto de partida para mayo en una velocidad que ya coquetearía con los dos dígitos mensuales. La inflación ya aceleró a un ritmo de 140% anualizado en los últimos tres meses y si mayo da 10% esta cifra se elevará a 172%.

    Nuestra visión

    Como en un déjà vu de marzo, el dato de inflación de abril volvió a dejar en offiside al mercado. Si bien se esperaba un dato alto, el 8,4% superó las expectativas y seteó el punto de partida para mayo en una velocidad que ya coquetearía con los dos dígitos mensuales. La inflación ya aceleró a un ritmo de 140% anualizado en los últimos tres meses y si mayo da 10% esta cifra se elevará a 172%.

    El Banco Central respondió con una nueva suba de la tasa de interés, que, a esta altura de los acontecimientos, es la única herramienta que tiene a su alcance. Incrementó 600 puntos básicos la tasa de LELIQ (de 91 a 97% de TNA y de 141% a 154,9% de TEA) con el objetivo de desincentivar el apalancamiento para stockear bienes transables por parte de exportadores e importadores.

    En otras palabras, trabar algo más el mercado de cambios. En sintonía con ese movimiento, la nueva administración del crawling peg implicó desacelerarlo de 165% a 105,5% de TEA. El cuanto al canal financiero, el apalancamiento para comprar MEP y CCL, otrora combatido con encarecimiento de la tasa, ya se cortó vía normativa.

    Inversiones en pesos

    En cuanto a la búsqueda de mantener el atractivo sobre inversiones en pesos, entendemos que la tasa es cada vez menos efectiva para incentivar el carry trade, pero dejarla fija implicaba convalidar una tasa negativa real superior a -20% a un mes vista. En este sentido, el riesgo sigue siendo un quiebre de los Plazo Fijo que acelere la caída de la demanda de dinero.

    Según nuestros cálculos, en abril el recorte fue de 6,2% sin estacionalidad, habiéndose extendido a mayo acorde a los datos de alta frecuencia que muestran aceleración inflacionaria. En este contexto, el panorama se agrava con un BCRA financiando un déficit que comenzaría a crecer significativamente a partir de mayo, evidenciando el impacto de los meses más duros de la sequía sobre la recaudación.

    Entre el 04/05 y el 11/05 la autoridad monetaria le giró Adelantos Transitorios al Tesoro por $440.000 millones (0,3% del PBI), incumpliendo, por ahora, de jure la meta monetaria con el FMI, la cual ya era incumplida de facto. Adicionalmente, en abril el BCRA intensificó la compra de deuda en pesos en el mercado secundario al sector público para que este aporte con fondos frescos en las licitaciones.

    La variación de Base Monetaria por “Otros” saltó a 0,25% del PBI, siendo la más elevada desde julio 2022. Por una u otra vía, la emisión monetaria para cubrir al Tesoro vuelve a tomar impulso.

    En cuanto al sector externo, hay un escenario dual. Por el lado del mercado de cambios formal, la liquidación del dólar “agro/soja” aceleró en las últimas ruedas y permitió que el BCRA adquiera algunas reservas en el MULC (también gracias a la ayuda de más restricción vía normativas sobre la demanda privada).

    Intervenciones del BCRA

    Sin embargo, por el lado del canal financiero, el BCRA comenzó a intervenir activamente en MEP y CCL, entregando un estimado de US$627 millones para comprar bonos desde el 25/04 hasta el 17/05. El resultado final de estas operaciones arroja un stock de reservas netas negativo en las últimas tres semanas y que continúa descendiendo.

    La alternativa sui generis que comienza a idearse para cortar con el declive de las reservas netas es un adelanto de los desembolsos del FMI remanentes de 2023 por US$10.800 millones que eleve transitoriamente las reservas netas (los pagos acumulan US$11.000 millones hasta fin de año) y calme las expectativas en alguna medida.

    En caso de otorgarse el desembolso y que sigan usándose reservas para intervenir (no los DEGs), creemos que la discusión que viene es la chance de entrar en atrasos con el FMI en algún momento del segundo semestre.

    Respecto a qué tiene Argentina para ofrecer en la negociación, no vemos verosímiles ninguno de los rumores sobre un posible ajuste fiscal o devaluación. Un recorte del déficit en este contexto de sequía y año electoral no sólo no tiene mucho espacio, sino que carecería de credibilidad.

    El gobierno tuvo un gesto con el ajuste de subsidios energéticos (suba de tarifas), pero sería más que insuficiente para desviarse de la zona -3,5/-4% del PBI, sobre todo por las altas necesidades de financiamiento que vienen observándose en mayo. En cuanto a una devaluación, no creemos que estén dadas las condiciones para un salto discreto del tipo de cambio.

    Este contexto de nominalidad lanzada y falta de credibilidad sólo podría espiralizar la inflación

    En definitiva, el Fondo sigue colaborando, pero carece de herramientas sustanciales para contener el deterioro. Un empeoramiento del cuadro va tomando consenso dentro del mercado, aunque de magnitud difícil de estimar. 

    La brecha cambiaria sería el canal por el que la nominalidad podría empeorar y de ahí se entiende la búsqueda incesante del gobierno de dólares para transitar el largo camino a diciembre. El período electoral, con un escenario mucho más difuso que hace algunos meses, puede agravar el cuadro y poner en jaque a la demanda de dinero.

    Fuente: PPI