El aumento del corte con biodiesel acentuará la falta de dólares

El aumento del corte con biodiesel acentuará la falta de dólares

El gobierno avanzará en las próximas horas con el aumento del corte obligatorio de gasoil con biocombustibles para sumar oferta al mercado y descomprimir la crisis de abastecimiento. Cómo funcionará el esquema. Economistas y petroleras advierten, sin embargo, que la medida tendrá un impacto negativo en el balance externo porque ingresarán menos dólares por la caída de las exportaciones de aceite de soja. Qué alternativas podría haber explorado el gobierno.

“Es difícil de entender la medida. Hoy perdemos unos US$ 27 millones por cada cargamento de gasoil de 50.000 metros cúbicos que importamos para cubrir la demanda de retail en estaciones de servicios”, advirtió un alto ejecutivo de una de las cuatro principales petroleras del mercado: YPFRaízen (Shell), Axion Energy y Puma. Se refería a la decisión de aumentar el corte de biocombustibles en el gasoil, que se oficializará en las próximas horas. La crisis por el abastecimiento del combustible recrudeció en las últimas semanas y obligó al gobierno buscar soluciones para atemperar la faltante.

Gasoil importado

Con un precio del gasoil importado de US$ 1250 por tonelada, la pérdida cuando se revende al segmento minorista llega a US$ 35 millones”, cuantificó otro directivo del sector consultado este miércoles a última hora, al mismo tiempo que constataba el quiebre de stock de gasoil en varias de las estaciones que opera la marca en la zona centro del país.

El esquema que saldrá publicado por resolución de la Secretaría sería el siguiente: las empresas PyMEs, que por Ley son las únicas que pueden aportar el volumen de biodiesel para completar el cupo obligatorio en estaciones de servicio, cubrirán la expansión del corte del 5 al 7,5 por ciento. En simultáneo, las grandes cerealeras Cargill, Renova y AGD, entre otras— recibirán una habilitación excepcional por 60 días para aportar la oferta del biocombustible para que la alícuota salte del 12,5%. Una vez expirado ese plazo, el corte quedará fijo en un 7,5 por ciento. Se estima que la cartera que dirige Darío Martínez regulará un precio más alto para el biodiesel fabricado por las PyMEs, que tienen una estructura más ineficiente, y un importe menor para las aceiteras integradas, que tienen costos de operación más bajos.

Críticas cruzadas

Lo que subyace de la crítica de las petroleras al incremento del corte obligatorio de biodiesel es la diferencia de criterio que aplicó el gobierno para definir los precios de bios y combustibles fósiles. La tonelada de biodiesel se encareció un 140,34% desde el 1 de enero de 2021 a la fecha: pasó 77.300 a $ 185.785 pesos. En ese mismo lapso, el litro de gasoil de YPF en la Ciudad de Buenos Aires se encareció “sólo” un 82%, de 62,80 a 114,40 pesos.

“Si reemplazas importación de gasoil por más biodiesel local, nada cambia. Pero si no estás importando gasoil o están importando muy poco, sí hay un impacto grande. Eso es así”, admitió un encumbrado directivo del sector. “De hecho, si podes comprar una parte del bio a las grandes cerealeras integradas se mitiga la pérdida por importación”, agregó.

Al margen de la tensión de siempre entre petroleras y productores de biocombustibles acerca de cómo se reparte la renta del mercado, que hoy es exigua por la negativa del Ejecutivo a aumentar más los precios en el surtidor, tal como sucedió en todo el planeta frente al encarecimiento del barril de crudo, un economista advirtió que el incremento del corte tendrá un impacto negativo sobre las cuentas públicas.

Implicará un menor ingreso de dólares porque caerán las exportaciones de aceite de soja para producir más biocombustibles en el país. Eso permitirá reemplazar en parte importaciones de gasoil, pero no lo suficiente como para cubrir el menor ingreso de dólares por la caída de las ventas de derivados de soja al exterior.

Sucede que el precio de exportación del aceite de soja ronda los US$ 1600 por tonelada. La de gasoil importado, en tanto, cotiza sobre los 1200 dólares. Es difícil entender qué cuentas realizó el Ministerio de Economía para validar la medida justo en un momento en que la restricción externa llevó al límite a las reservas del BCRA.

¿Qué podría haber hecho el gobierno y qué es lo que probablemente termine haciendo?

En al menos 10 países de Latinoamérica, la opción que eligieron los gobiernos para costear la importación de combustibles en tiempos de precios récord fue otorgar un subsidio directo a las petroleras para cubrir una parte del importe de combustible. A cambio, las empresas se comprometieron a no trasladar el precio pleno de importación a las estaciones de servicio. El esquema que se implementó en la mayoría de los casos fue el de una subvención directa a las refinadoras, instrumento económico que adoptaron esos países para, por un lado, controlar el impacto de los combustibles en la inflación y, por el otro, no irritar por demás el humor social con subas exacerbadas.

En la Argentina se podría haber avanzado en ese camino. Incluso existen antecedentes en esa misma línea. En 2011, por ejemplo, se autorizó la importación un cupo de gasoil con el siguiente esquema: las petroleras cubrían una parte y la empresa estatal Enarsa pagaba el remanente. Extrañamente, en esa oportunidad no se exploró esa alternativa.

Sí es altamente probable que el Ejecutivo desgrave finalmente el componente impositivo sobre el gasoil importado. Es una herramienta sobre la que se discute desde fines del año pasado puertas adentro del gabinete económico del gobierno, la cual permitirá recortar las pérdidas en que incurren YPF y el resto de las refinadoras cuando importan un barco de gasoil. Pero extrañamente su instrumentación se dilató en el tiempo. Fuentes privadas admitieron que la medida saldría en las próximas horas. También se está negociando una nueva actualización del precio de los combustibles en surtidor para fines de mes. El racional del planteo de los privados es claro: el litro de gasoil, que en la Argentina se paga 120 pesos en el canal minorista, supera los 200 pesos en países limítrofes.

Fuente: Econojournal