Denuncia de la Coalición Cívica. Rubinstein: la estabilización fiscal puede estar en peligro por las elecciones

Denuncia de la Coalición Cívica. Rubinstein: la estabilización fiscal puede estar en peligro por las elecciones

Diputados de la Coalición Cívica denunciaron en Defensa de la Competencia el plan Precios Justos; el vice planteó dudas

El equipo de Elisa Carrió presentó ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia una ampliación de una denuncia que apunta ahora contra el congelamiento presentado por Sergio Massa e impulsado por Cristina Kirchner. Para los diputados por la Coalición Cívica Hernán Reyes, Maximiliano Ferraro y Juan Manuel López, el programa de Precios Justos produce un “mercado inclinado” con beneficios regulatorios para grandes empresas que perjudica a las pymes. Además, cuestionaron las “extorsiones económicas” oficiales y las amenazas al sector privado dignos, según calificaron, de Guillermo Moreno.

Se trata de una ampliación porque, con la firma de Carrió, ya habían cuestionado lo mismo con los Precios Máximos lanzados en 2020 en medio de la pandemia y con las versiones de los Precios Cuidados del año pasado, entre las que estuvo la lanzada por el entonces secretario de Comercio Interior Roberto Feletti, un admirador de Moreno.

Los diputados cuestionan que la posibilidad de superar los límites de exhibición previstos en la ley de góndolas y el acceso abierto a los dólares para las importaciones sean ventajas ofrecidas exclusivamente para quienes participan de Precios Justos. Reyes, Ferraro y López sostienen que la política está generando un “marco normativo asimétrico y regresivo”, donde las pymes pierden terreno frente a las grandes.

“Los almacenes y las pymes productoras de alimentos están siendo estafados por el Gobierno»

Massa lo dijo bien claro, las empresas que no entren van a perder cuota de mercado. Hacen una política fiscal, regulatoria y económica insostenible para quebrar a quienes no pacten con el Gobierno”, plantearon, y criticaron “las extorsiones económicas y las amenazas de aplicar la ley de abastecimiento”. Los legisladores piden una investigación “con criterios científicos” que analice el impacto de la regulación K.

La inflación provoca estos “desbandes” institucionales cuando está mal diagnosticada. Curiosamente, a pesar de que defendió un congelamiento en el actual contexto, el viceministro Gabriel Rubinstein tiene una mirada opuesta a la de Cristina Kirchner. Esta, más allá de las explicaciones grandilocuentes sobre la “deuda macrista”, las ganancias de las empresas o la idea de que emitir a destajo no genera inflación, tiene una única consigna: la culpa de que los precios suban siempre es del otro. Esa diferencia fue la primera confesión de Rubinstein. “Está la idea de que [la inflación] es culpa de las empresas, de lo que sea, la idea de multicausalidad, de que el Gobierno no tiene que ver con la inflación. Son todas ideas falsas”, afirmó el número dos de Massa en el IAEF. Dardos a Cristina y a Martín Guzmán.

La segunda confesión de Rubinstein hizo alusión al objetivo futuro de Massa, aguantar. “No hay consenso sobre un plan de estabilización”, dijo. La tercera fue quizá la más preocupante, porque puede ser que aguantar sea imposible. “Quizás algunos se asustaron con lo de julio y por eso el presupuesto se aprobó con más votos que en los últimos años, pero va a ser difícil que se cumpla porque las demandas son permanentes y serán más fuertes en un año electoral. El equipo económico está muy comprometido, pero eso no quiere decir que confiamos en que se va a cumplir, es una lucha diaria. No hay conciencia política de bajar el gasto”, afirmó.

El único ancla que existe sin un plan de estabilización es la fiscal

Rubinstein sentenció que puede estar en peligro por las elecciones. Cristina cree que tiene que ganar los comicios para no sufrir en la Justicia. Para eso necesita mejorar la distribución del ingreso, o sea, gastar más, aunque no haya. “Cuesta uno y la mitad del otro porque todos los días hay quejas del Congreso, del Gobierno y de la oposición”, dijo Rubinstein sobre la dificultad sobre el mantenimiento del sendero fiscal fijado por el FMI. Agregó que solo cumpliendo un déficit de 1,9% del PBI, la inflación es compatible con un 60%. La advertencia es clara: si quieren gastar más por las elecciones, la inflación va a ser más alta.

La inflación interanual se acerca lentamente al pico de noviembre de 1991. Entonces, tras la hiperinflación de Menem, fue 91,3%; hasta octubre marca 88%. El país no solo viene teniendo la suba de precios mensual más alta de la región –arriba de Venezuela–, sino que entre los miembros del G-20 ya tiene el alza interanual más elevada, por encima de Turquía. En Indonesia, Massa se preocupó por dos problemas.

El primero es convencer al mercado de que no se quedará sin dólares, o sea, de que el plan de estabilización no lo hará el mercado. Por eso, la insistencia en re marcar que lo US$5000 millones( en yuanes) que se agregan a las reservas son de “libre disponibilidad”. El mercado mira cómo las liquidaciones del campo de octubre y noviembre son las más bajas del año tras el dólar soja. Las reservas netas ya están por encima de los US$3000 millones.

El segundo desafío es la inflación

Cerca del equipo del ministro aseguran que la idea es bajar un punto por bimestre .“El mes que viene esperamos que empiece con un 5”, contaron. Sería gracias a los congelamientos aplicados. Será complicado si, como dice Rubinste in, todos piden más plata. Por caso, Cristina Kirchner aplicó una suma fija en el Congreso.

Juntos, Alberto y Cristina, romperán un récord. Según LCG, la inflación acumulada en la gestión de Néstor Kirchner fue de 58%. El primer período de Cristina Kirchner sumó 115,8%, y el segundo, 156,1% (juntos mostraron un alza de precios de 463,7%). Macri llegó a 272,6%, mientras que la actual pareja presidencial acumula hasta octubre un avance de la inflación de 262,4% cuando faltan aún más de 14 meses para el final.

Por estos números falla el consenso oficial para un plan de estabilización. No hay confianza. Faltan dólares en el BCRA y sobran los pesos afuera. La posibilidad de que una medida de shock lleve a mayores costos políticos es clara para Cristina Kirchner. Y como dijo Rubinstein, si eso sale mal: Rodrigazo.

Fuente: La Nación