Buscan una salida negociada a los aranceles al biodiésel
El descargo formal insistirá en que la producción de biodiesel argentino no se encuentra subsidiada mediante los diferenciales de retenciones a las exportaciones que tributan la soja sin procesar (35%), el aceite (27%) y el combustible alternativo (0%).
Además, hará hincapié en que los argumentos norteamericanos son similares a los esgrimidos por la Unión Europa, que en 2012 impuso aranceles de casi 25% al producto argentino, desestimado por la Organización Mundial de Comercio (OMC), que ordenó una baja considerable de esos derechos compensatorios, aun sin efectivizarse.
Tras la imposición de los derechos provisorios de hasta 64% por parte de EE.UU., el Gobierno encaró dos estrategias. Por un lado, Cancillería rechazó de manera oficial el jueves esa decisión y se reservó el derecho de iniciar las acciones legales necesarias para torcer la medida.
También en ese camino, el canciller Jorge Faurie, y el ministro de Producción, Francisco Cabrera, recibieron al encargado de negocios de la embajada de EE.UU., Thomas Cooney, para transmitir el malestar que generó la medida y analizar «posibles soluciones» al conflicto.
«Estamos muy comprometidos a tener una relación positiva y madura con Argentina. Los buenos socios superan desafíos con confianza y paciencia», sostuvo Cooney tras la reunión.
Desde la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), Luis Zubizarreta, destacó el acompañamiento oficial a la postura de la industria. «Creemos que tenemos y vamos a ir por eso», indicó el dirigente en declaraciones radiales.
Luego de insistir en que la decisión del Departamento de Comercio de EE.UU., que lidera Wilmur Ross, perjudica a la cadena de la soja en su conjunto, dado que genera una excedente de 1,5 millón de toneladas anuales de aceite de soja local que no encontrarán fácilmente mercado y, por ende, deprimirá los precios, Zubizarreta destacó el trabajo mancomunado con el Gobierno para defender la postura argentina.