Los mercados financieros con la mirada en Turquía

Los mercados financieros con la mirada en Turquía

El apacible océano en el que habían pescado los inversores hasta hace unos meses se vio sorprendido por la fuerza de un maremoto de melena rubia y tez anarajanda con domicilio en la Casa Blanca. La última de sus cruzadas contra Turquía se ha contagiado al resto de economías emergentes protagonizando ventas masivas en la última semana.

«Jugar en un mercado como este es difícil, no hay ninguna zona segura», afirman desde StandardLife Aberdeen, gestora claramente posicionada en economías en desarrollo, que deshizo posiciones el lunes para aumentar su efectivo.

La fortaleza del dólar -motivada por una política de subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense- ha hecho que los gestores hayan reducido su ponderación a estas bolsas hasta 44 puntos porcentuales desde abril, según se recoge en la encuesta de gestores de julio elaborada por Bank of America Merrill Lynch. «Los acontecimientos negativos como en Turquía se seguirán viendo como casos aislados dados sus excepcionales desequilibrios externos en comparación con el resto de países en desarrollo», apuntan desde JP Morgan.

Desde algunos sectores ya se pronostica que el temor a un contagio a las economías emergentes pueda llevar a la Reserva Federal Americana (Fed) a aparcar las subidas de tipos de interés previstas.

«Todavía hay escepticismo en torno a la posibilidad de que las autoridades tomen medidas necesarias para abordar los problemas del país. Las turbulencias del mercado en Turquía son solo la última de toda una serie de fragilidades amplificadas por el endurecimiento gradual de las condiciones financieras este año. Los inversores deberían prepararse para futuros episodios de volatilidad. Vemos que varios de los desafíos de Turquía son de naturaleza idiosincrásica, sin embargo, es innegable la muesca en el indicador del sentimiento de los mercados emergentes, por lo que vemos un accidentado camino ante nosotros», declaró Wei Li, jefe de iShares EMEA strategy para BlackRock en Londres.

Argentina y su crisis perpetua
El país que linda con Uruguay por el Río de la Plata fue el primer señalado ante el posible contagio de la crisis turca. La depreciación de la lira turca -del 15,5 por ciento desde que Recep Tayyip Erdogan ganara las elecciones el 24 de junio- ha golpeado, sin paliativos, al peso argentino, en un mínimo histórico permanente. Esto obligó al Banco Central a intervenir, subiendo tipos del 40 al 45 por ciento.

Su abultada deuda externa -del 53,5 por ciento del PIB, según Bloomberg-, el inmensurable mercado secundario de dólares alimentado por el Banco Central y los problemas para controlar la inflación hacen del peso el activo más vulnerable de los emergentes, que hace que sea más costoso, además, pagar su deuda en moneda, normalmente, denominada en dólares. El índice Merval es el más castigado desde que Erdogan ganara las elecciones, al perder un 10,8 por ciento; caída que, desde el pasado 7 de agosto se agudizó con un desplome del 6,76 por ciento. «Supone un riesgo una política monetaria más agresiva -por parte de EEUU- en aquellos países emergentes más vulnerables, como se ha visto ya en Argentina», apuntan desde AXA AM.

Los analistas destacan, además, los riesgos de invertir en mercados como el chino y el ruso. Sus bolsas son las más bajistas del año, junto con la de Buenos Aires, al perder un 19,9 y un 8,81 por ciento, respectivamente, lo que les ha convertido al tiempo en los índices más baratos. El PER (número de veces que está recogido en precio el beneficio de las compañías) medio de los tres mercados es de 7,7 veces, casi 10 puntos menos que el mexicano y unas 13 veces por debajo de India.
Detrás de la escalada de tensión vista con Turquía existe una amenaza mayor protagonizada por China, y desde hace una semana también por Rusia, como es la guerra comercial abierta por EEUU contra estos países. El yuan, en mínimos de 2017 en su cambio frente al dólar, se ha llevado consigo la cotización de las materias primas, sobre todo de los metales industriales, asustados ante la ralentización del crecimiento mundial.
«La respuesta de Pekín será crucial», afirman desde M&G, que descartan que vuelva a devaluar la divisa para hacer más atractivas sus exportaciones. «Su Banco Central, como el de otros países emergentes -a diferencia del de Turquía- ha recuperado la credibilidad», aseguran.

Emergentes a prueba de crisis
India es, por detrás de China, el país en vías de desarrollo con una menor deuda en moneda extranjera -representa solo el 19,6 por ciento sobre el PIB-. Para Bloomberg, el posible contagio de la crisis turca es el menor del grupo formado junto a México y Brasil, los tres países emergentes preferidos por los analistas. El índice Sensex, el más caro de entre las grandes plazas mundiales -su PER supera las 20 veces-, sube un 11,4 por ciento en el año, solo superado por el Nasdaq 100. El FMI pronostica para la economía india el mayor crecimiento del mundo de cara a los próximos años, en tasas superiores al 7,5 por ciento.
En lo que respecta a México, una vez despejada la incertidumbre por las elecciones que dieron vencedor a Manuel López Obrador en julio, su divisa es la única de entre las emergentes que suma enteros frente al dólar -un 6,71 por ciento- desde la victoria de Erdogan de junio. Al parecer, el yugo arancelario de EEUU que sometió a su mercado durante meses ha cambiado de escenario.
¿Y qué hay de Brasil? El país afronta elecciones en primera vuelta el próximo 7 de octubre. Hasta entonces, dicen los expertos, la volatilidad seguirá afectando al real, que cede un 1,95 por ciento desde que empezara la caída de la lira la semana pasada, aunque la realidad es que, frente al desplome anterior, ha tomado cierto aire en las últimas semanas. «Hemos revisado al alza la previsión de crecimiento de BPA (beneficio por acción) de Brasil e India del 11 al 11,7 por ciento para este año», apunta AndBank.
La principal duda para invertir allí sigue siendo si el expresidente Lula da Silva logrará presentarse a los comicios, ya que sigue contando con la mayor intención de voto, superior al 30 por ciento. El pasado miércoles era el día en el que los aspirantes a ser candidatos a las elecciones presentaron sus candidaturas y Lula, desde la cárcel, logró inscribirse por parte del Partido de los Trabajadores.

(Con información de El Economista, España / Imagen AP)