Analytica afirma que el Gobierno podría reducir este año el déficit primario a 2,6% del PIB

Analytica afirma que el Gobierno podría reducir este año el déficit primario a 2,6% del PIB

Sería un nivel de déficit financiable con deuda local en pesos y emisión monetaria aceptable para el FMI, según la consultora

En 2020, el déficit fiscal primario y financiero aumentaron hasta 6,5% y 8,5% del PIB, respectivamente, y fueron los déficits más altos desde la década de 1980. En tanto, el Gobierno busca reducir este año el rojo primario a 4,5% del PIB, lo cual los economistas ven, en principio, como algo alcanzable, teniendo en cuenta que está previsto que el “gasto Covid” que en gran parte se elimine en 2021, sumado a una mejora en la recaudación por la recuperación de la actividad.

Por su parte, Analytica afirma que el Gobierno podría reducir este año el déficit primario a 2,6% del PIB, desmantelando casi todo el “gasto Covid” y respetando las pautas nominales del Presupuesto 2021. Incluso, según la consultora, estaría en condiciones de aumentar los subsidios para moderar el ajuste de las tarifas de servicios públicos.

“De alcanzarse, es un nivel de déficit financiable con un mix entre deuda de mercado en pesos y una emisión monetaria que est ría en línea con las pretensiones del FMI. De esta manera, sería posible alcanzar un acuerdo con el organismo que mejore las expectativas y ayude a estabilizar la nominalidad en el camino hacia las elecciones”, indicó Analytica en un informe difundido ayer.

Una amenaza menos poderos

Según la consultora, el déficit fiscal puede convertirse así en un “tigre de papel”, una amenaza menos poderosa de lo esperado. Sin embargo, advierte, para ello el Gobierno debe sostener decisiones políticas que atentan contra el poder de compra de las familias, en el marco del año electoral, y la recuperación del nivel de actividad.

El informe señala que reducir casi cuatro puntos porcentuales el déficit fiscal primario, de 6,5% a 2,6%, exige en lo principal retirar casi todas las erogaciones destinadas a lo relacionado con atender la emergencia sanitaria. De los 3,7 puntos del PIB ejecutados en 2020, sólo quedarían 0,6 puntos para la asistencia focalizada en la población más vulnerable, particularmente los planes sociales alimentarios.

A la vez, indica que diversos factores explican por qué el Gobierno está en condiciones de contener el gasto en torno a las previsiones del presupuesto, y el principal de ellos es la reducción del gasto en jubilaciones, que será del orden de 0,8% del PIB, ya que la nueva fórmula de movilidad determina los aumentos en base a la variación de los salarios y de la recaudación de la seguridad social.

Para este año, la consultora proyecta una nueva caída del salario real formal, cercana al 7%, lo cual “se confirma con el techo del 30% que busca el Gobierno en las incipientes conversaciones por un acuerdo de precios y salarios”. A la vez, también la fórmula “reflejará el bajo crecimiento nominal de los ingresos de la seguridad social en el último trimestre de 2020, de apenas 24% interanual”. Bajo esta misma fórmula también se establecen los aumentos de pensiones y asignaciones familiares.

Las tarifas

“El gran interrogante pasa por la evolución de las tarifas de servicios públicos, que siempre resultaron un ancla inflacionaria en años electorales. De respetar la aritmética presupuestaria, el Gobierno tendría cierto margen para incrementar los subsidios económicos y moderar así los aumentos de tarifas. Bajo este escenario, los subsidios pueden crecer hasta 0,2% del PIB, alcanzando 2,8 puntos del producto, 1,3% del PIB más que en 2019”, indicó el informe.

Los ingresos tributarios

Según el mismo, los ingresos tributarios no crecerán en términos del PIB, ya que este año tendrán una suba de 49%, similar a la inflación proyectada. “La caída en el salario real se traducirá en una menor recaudación de gravámenes de la seguridad, pero será compensada por los $357.000 millones adicionales que aportarán los derechos de exportación del agro. Por lo tanto, la mejora en las cuentas públicas depende exclusivamente de menores niveles de gasto público”, señaló.

La reducción de casi cuatro puntos del déficit, según plantea Analytica, es alcanzable a través de la baja del gasto asociado al Covid (3,1%); de la nueva fórmula de movilidad en jubilaciones, AUH y pensiones (0,8% y 0,2%, respectivamente); y de una nueva baja en los salarios del sector público (0,2%). Incluso, agrega, el Gobierno tiene margen para dar un impulso, bastante menor al contemplado en el Presupuesto, a la obra pública (+0,2% del PIB) y para aumentar el gasto en subsidios (+0,2%).
“El costo del esfuerzo fiscal, neto del ‘gasto Covid’, es relativamente bajo si se lo compara con los ajustes de 2018 y 2019. El Gobierno está en condiciones de financiarlo y de que resulte compatible con las exigencias del FMI”, sostuvo la consultora en su informe.

Fuente: El Economista