Alberto consiguió más tiempo con el FMI

Alberto consiguió más tiempo con el FMI

El mundo no sabe dónde ir, tratando de adivinar la próxima movida de Putin. A nivel local, Alberto consiguió una vida más con el FMI.

En un mundo altamente incierto, por la invasión de Rusia a Ucrania (situación que está provocando un aumento explosivo en las materias primas) y por una Argentina en la que el Congreso le aprobó al Gobierno sólo el permiso para refinanciación con el FMI, pero sin que la oposición avale el ajuste como pretendía la oposición, los mercados de todas partes continúan sumergidos en una altísima volatilidad.

La presión sobre las materias primas está originada en problemas de suministro, de oferta de productos, lo cual está generando saltos impensados en las materias primas. Y los números son asombrosos: en lo que va de marzo el níquel sube 100,7% y tiene cotización suspendida, el girasol de Rosario salta 34,6%, el maíz rosarino brinca 20,7%, el sorgo 19%, el petróleo internacional sube 14,7%, el trigo y la soja santafesinos se elevan 12%. Y los valores que quedaron a la zaga de estos estallidos son la soja de Chicago que sube 2,6%, con el aluminio y el cobre, que avanzan 1,9% en el mes.

Inflación en todas partes

Todos estos aumentos vienen a sumarse a los niveles de inflación anual enormes que informaron casi todos los países en febrero. Estados Unidos, por ejemplo, anunció que su IPC de febrero fue del 7,9%, la variación más alta en 40 años. Y eso provocó una reacción insólita en los inversores globales. Los más conservadores decidieron pasarse directamente a los metales preciosos, por lo que la onza de plata sube 6% en lo que va de marzo y el oro trepa 4,3%.

Pero lo más llamativo de todo este movimiento es lo que ocurrió con las monedas.

A pesar de la notable inflación de EE.UU., como la suba de precios es global, muchos inversores tanto conservadores como más arriesgados decidieron buscar refugio en la compra de bonos del Tesoro estadounidense.

Temen que con el clima bélico el mundo se sumerja en un proceso de estanflación (inflación con estancamiento), y con esa particular decisión en la última semana el dólar subió 2,2% contra el yen, 2% contra el franco suizo, 1,6% contra la libra, 0,3% contra el yuan, 0,2% en Chile y sólo se mantuvo sin cambios contra el euro y el real, ya que la Unión Europea y Brasil están anunciando (o efectuando) un proceso de restricción de liquidez y aumento de tasas de interés.

El próximo paso lo dará la Reserva Federal de EE.UU., en su reunión de esta semana. Por ahora se supone que Jerome Powell anunciará una suba de tasas cortas de 0% a 0,25%, con chances de subirlas seis veces más este año.

Inflación de Estados Unidos

Aunque varios estudios económicos norteamericanos advierten que las tasas anuales de inflación norteamericana de marzo y abril puede llegar a superar el 10% anual, lo cual pondría al titular de la Fed en la difícil disyuntiva de subir más la tasa (para frenar la inflación y proteger al dólar) o mantener al mercado norteamericano líquido, para que el crecimiento económico se sostenga, sin caer en el riesgo de desaceleración en el que está China y mucho más lejos de la recesión que directamente está sufriendo Japón.

La expectativa de suba de tasas de la Fed provocó en los bonos largos de EE.UU. un aplanamiento en la curva, con más suba de los intereses en los plazos cortos que en los largos: al cierre del viernes se pagaba 2% anual en papeles a 5 años, también 2% anual a 10 años y 2,4% a 30 años. Al tiempo que el gran estado de desconfianza global sigue impulsando un retroceso en las criptomonedas, que están anotando en el mes una caída del 6%. Esto, en los hechos, significa que quienes compraron el ETF del Bitcoin hace cuatro meses pierdan 42% de lo que pagaron y que su valor actual esté por debajo de lo que tenía hace 14 meses. Son números que no asustan tanto si se comparan con el desplome del 50% que acaba de sufrir Facebook o el derrumbe del 72% que acusa Alibaba, sólo por nombrar dos papeles que concentran la atención de muchos inversores.

El impacto en las bolsas

Toda esta inseguridad, por supuesto, está colgada de la guerra de Rusia contra Ucrania, con un Putin que tiene en este momento límites desconocidos. Y lo concreto es que la situación genera un gran descalabro, con una volatilidad infinita en los precios.

Tras derrumbes insólitos, en la última semana los mercados principales reaccionaron con gran divergencia. Por ejemplo, la Bolsa de Madrid subió 6%, la de Frankfurt repuntó 4%, México y Chile casi no se movieron, San Pablo cayó 2,5%, Nueva York achicó 2,7% (con el Dow 2% abajo y el Nasdaq 3,5% en descenso) y con Tokio derrapando 3,2%.

¿Qué puede pasar en los primeros cinco minutos de negocios de hoy en los mercados bursátiles del mundo?

Absolutamente nadie lo sabe. El experto senior de BlackRock (uno de los gestores de inversión más prestigiosos del mundo) pronosticó, a ciegas, tres posibles escenarios.

Que Rusia consiga victoria militar en Ucrania y concluye el conflicto bélico, pero se mantienen las sanciones sobre Rusia, lo cual puede llevar a un debilitamiento muy severo de la economía rusa, con los 40 millones de habitantes ucranianos en resistencia con la ocupación de 200.000 rusos, lo que significaría algo parecido a lo que pasó con EE.UU. en Irak y Afganistán. Eso será muy caro para Rusia, lo que la complicará aún más. Con el mundo sufriendo el cortes de energía y granos, escasez e inflación.

Que Ucrania resista, que se obligue a una negociación, que se reconozcan partes de un lado y del otro, que se dejen las provincias del este, que Ucrania sea neutral en cuanto a entrar en la OTAN, y que se empiecen a retirar las sanciones. Con lo que la desconfianza en el actuar de Putin quedará bien plasmada.

Países de la OTAN

Que Rusia escale el conflicto a un nivel mayor, involucrando a países de la OTAN como los bálticos o Polonia, se arme un conflicto con la Unión Europea, lo cual llevaría a un horizonte impredecible. Putin y los oligarcas están pagando un costo muy grande, pero estarían confinados a dejar de moverse por todo el mundo. Podrían hacerlo en Rusia, quizás en China, quizás en Corea del Norte. Este escenario es menos probable, pero posible.
Los consejos de Buffett

Frente a ese marco, expertos en inversiones del tamaño de Warren Buffett, el multimillonario bautizado como el Oráculo de Omaha por sus aciertos (tanto que acaba de volver a escalar y está otra vez entre los 10 hombres más ricos del mundo), recomienda salir del dinero en efectivo y comprar empresas que vendan cosas, productos indispensables, que la gente necesite sí o sí, y cuyas cotizaciones no hayan estallado con la burbuja en la que trepó Wall Street con la lluvia de dólares que arrojó la Fed en el último año y medio para enfrentar al Covid.

Ahora bien, si los expertos del mundo están sumergidos en esta ceguera, lo que está sucediendo en la Argentina se lleva a un extremo aún más inesperado.

¿Cuál es la lectura que están haciendo los analistas?

Diputados acaba de darle su aval al Gobierno para que refinancie la deuda con el FMI pero no se sumó a la manera de ajuste, que quedará toda, entera, sobre las espaldas de Alberto y de Martín Guzmán, que por lo expuesto hasta ahora continuarán con su plan de licuar los valores y los ingresos de todos, sin tocar un solo centavo el gasto público relativo. Dicho de otro modo, el ajuste recae sobre los privados, y la política es intocable, tal como sucede en el país desde hace un siglo, y que nos sumerge en un caer indefinidamente.

La discusión por el aval al refinanciamiento con el Fondo sigue desde hoy en el Senado. Se descuenta que también será aprobada, con un detalle durísimo para el Gobierno: el ala kirchnerista en pleno rechaza de plano la forma de acuerdo que logró Guzmán, con subas de tarifas, más devaluación, más suba de tasas de interés y una emisión de pesos que se irá limitando.

Aire para Guzmán

El viernes Guzmán logró canjear gran parte de un bono enorme que vencía el viernes próximo, el TX22. El vencimiento era por $500.000 millones y adjudicó instrumentos de los cuales el 6% vence en 2022, el 22% en 2024, el 40% en 2026 y el 32% en 2028. La totalidad de las ofertas que hubo representaron la captación de $142.317 millones de Valor Nominal, «lo que equivale a un valor efectivo de $ 293.472 millones”, explicó el ministerio de Economía.

¿Qué provocó este desahogo de corto para el Gobierno, que toma bonos que cotizan con valor de default a valor total?

Una descompresión de corto del mercado cambiario. En el balance semanal, a pesar de este canje y del paso del acuerdo con el FMI por Diputados, el dólar blue subió 0,5% en la semana, mientras que los dólares financieros MEP y Contado Con Liquidación acusaron un derrumbe del 5%, por lo que ahora hay una distancia de $15 entre las dos puntas, lo cual provocará a los rulos en bucles.

¿Cuál fue la reacción que tuvieron los papeles argentinos ni bien se conoció el «sí» de Diputados con el «no» del kirchnerismo?

Hubo un resultado dual, positivo para los bonos pero negativo para las acciones.

¿Por qué ocurrió esto?

Con el aval de la Cámara Baja al refinanciamiento con el FMI, le sumará al Gobierno y a las provincias nuevos créditos (deudas) por unos US$ 14.000 millones, entre Fondo, Banco Mundial, BID y otros organismos, de los cuales casi US$ 3.000 millones deberán ser devueltos de inmediato al FMI, casi como en un estado contable, para pagar el vencimiento del 22 de marzo. Esto le da aire a Guzmán y a Miguel A. Pesce para tener dólares para ir aguantando hasta que llegue la liquidación de la cosecha gruesa dentro de un mes. Fue como haber conseguido una vida más en un video juego.

Las acciones, en cambio, anotaron bajas. La Bolsa porteña achicó 1,4% y los ADR argentinos que cotizan en Nueva York bajaron en bloque del 1,5% al 4,4%, sólo se salvaron Bioceres (que alimenta los pesticidas que no llegarán de Rusia) y Edenor. Las acciones además estuvieron débiles porque entraron en la semana 14 balances (3 muy buenos, 3 empatados y 8 malos, cuatro de ellos duros), donde se demuestra que el crecimiento fue rebote de un gato muerto que difícilmente maúlle pronto de nuevo.

Cristina y los suyos se separaron de Alberto, por ahora son un divorcio con los esposos viviendo en la misma casa pero en habitaciones diferentes.

Los K calculan que esta inflación aumentará el descontento social y están convencidos de que Alberto no podrá pasar la segunda o tercera auditoría del «cogobierno» con el FMI lo cual sumará más gente protestando en las calles.

Fuente: El Economista