La incertidumbre es total y el blue gana terreno

La incertidumbre es total y el blue gana terreno

El Gobierno sigue con razias para frenar al blue, pero surge el blue del blue, que supera los $1.000. Los bonos no despegan y el riesgo sube. Y la Bolsa de Buenos Aires fue otra vez la peor de todas, en un contexto mundial muy complicado.

A apenas una rueda de la elección presidencial (que encima fue puesta en duda por la amenaza de un paro bancario, suspendido por conciliación obligatoria) y a sólo tres días del domingo decisivo para el futuro argentino, hay un gran desconcierto en toda la población porque nadie sabe si habrá o no ganador en primera vuelta, y tampoco se sabe cuáles serán los dos candidatos que queden para un eventual balotaje, lo cual anticipa que tenemos todavía por delante cuatro semanas febriles y luego otras tres semanas para el cambio de mando en la Casa Rosada.

Pero como en estos días cada minuto es una eternidad, lo que se mide en este momento es el cortísimo plazo y, por lo pronto, el gran riesgo de corto se ve directamente el lunes próximo. El gran tema es que de las urnas salga una sorpresa que anticipe un cambio drástico en la política económica. Esto es, si Sergio Massa llegara a quedar fuera de carrera el domingo, eso puede tener consecuencias inmediatas durísimas, ya que es posible que el ministro candidato ya sin chances pueda renunciar, o desatarse una gran devaluación, algo que por supuesto el viceministro Gabriel Rubinstein sigue negando de manera obvia (dice que el tipo de cambio oficial seguirá a $350 hasta mediados de noviembre para luego pasar a un crawling peg del 3% mensual, algo que nadie entiende).

Con esa situación eminentemente política en el centro del escenario, la tensión es absoluta

En realidad casi todo el mundo parece estar disconforme con los tres candidatos posibles. Y en este momento crucial para el país todos los habilitados a votar terminarán optando “por el menos peor”, o sea votando en contra, lo cual convierte al resultado del domingo o del balotaje en una novela de misterio. Con ese marco, el mercado argentino operó ayer de manera casi ficcional. Volvieron a aparecer acentuados controles en el microcentro para mantener apagado el dólar blue. Pero los dólares financieros libres siguieron subiendo y, lo más simbólico se desarrolló a través de llamados telefónicos.

Cuando los potenciales compradores se conectaban con los cueveros, vía celular, les pasaban dos precios: uno bajo, de $900, si el comprador quería ir de manera presencial a la city, con riesgo de enfrentar el rastrillo policial de la AFIP; y otro alto, que llegaba a $1050, con delivery, es decir con los dólares llevados a un punto de reunión acordado con el comprador, lejos de la vigilancia de perros y patrulleros.

Además de esquivar lo que el Estado presente quiere imponer a la fuerza, como la nueva ley de alquileres que no se está respetando en absoluto, ya que los departamentos fueron sacados de las inmobiliarias y continúan acuerdos privados, muy riesgosos para propietarios, con situaciones incómodas para inquilinos, también hubo un día negativo para los títulos argentinos: los bonos repuntaron algo en pesos pero -como el dólar real subió- el riesgo país volvió a crecer en 13 unidades, hasta 2.403 puntos básicos. Y la que se llevó la peor parte fue la Bolsa de Buenos Aires, que volvió a caer fuerte, con baja en bloque para los ADR argentinos que cotizan en Nueva York.

La incertidumbre global

Esta tensa y confusa rueda local vino cargada con más viento en contra internacional. La incertidumbre en torno a Israel, más todas las reuniones entre diferentes países de Oriente y Occidente, volvió a empinar el valor de las commodities, colocó al oro testeando su mayor nivel en tres años, por inversores llenos de temor.

Y lo que realmente aniquiló todo fue Jerome Powell, confirmando que no está definida lo que hará la Fed con la tasa de interés, por lo que las tasas largas de EE.UU. siguieron subiendo y aplanándose: se pagó 5,5% anual a 1 año de plazo, 5% a 5 años, 5% a 10 años y 5,1% a 30 años. Y, notablemente, en el exterior, el dólar global subió solo 0,3% en México, pero no cambió ni en Brasil y ni contra la libra, y cedió 0,1% en China y Japón y bajó 0,4% contra el euro y 1% en Chile.

El dólar en Argentina

A nivel local, como anticipamos, se consolidó el blue del blue, con una diferencia notable entre lo que se consigue en las cuevas de manera presencial, donde casi no se operó, pero con un dólar delivery muy empinado. En cifras concretas, el dólar blue bajó $5 hasta $900, pero el delivery saltó hasta $1.050, demostrando que toda la salida de depósitos que continúa huyendo de los bancos termina en consumo de bienes o en el dólar.

Pero además del blue, el dólar Senebi saltó $63,75 hasta $1.019,61, el MEP saltó $15,22 hasta $900,47 y el contado con liquidación subió $9,02 hasta $971,70. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 145% y la del CCL con el mayorista fue del 178%. Mientras tanto, a pesar de tener precios de absoluta liquidación, con menos volumen de negocios, los bonos argentinos repuntaron 0,3% en pesos, pero como el dólar real volvió a subir, el riesgo país en alza sigue demostrando que Argentina está “stand alone”, fuera del interés de todos los inversores globales.

Por cierto, las altas tasas largas de la Fed actúan como una bomba atómica para las inversiones de riesgo, con capitales saliendo de los mercados emergentes y complicando cada vez más a los que están endeudados.

Balances mixtos

De ese modo, mientras siguen entrando balances trimestrales mixtos, hubo nuevas bajas en la Bolsa de Nueva York, con descenso del 0,7% para el Dow, del 0,8% para el S&P y del 1% para el Nasdaq. Al tiempo que la Bolsa de San Pablo cerró casi sin cambios y la de México bajó 1%. Pero la peor parte de todo lo que acaeció en el mundo bursátil volvió a estar en Argentina.

Sin candidatos convincentes, con $20.863 millones operados en acciones y $25.965 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires cayó otro 4,4%. Y, en línea con eso, los ADR argentinos en Nueva York mostraron una caída en bloque del 1% al 8% para Cresud, Edenor, YPF, Supervielle, Central Puerto, Galicia, Telecom, Francés, Pampa E, Despegar, TGS, Mercado Libre, IRSA, Macro y Loma Negra. Esta situación de tasas altas en EE.UU. está aplastando las ganancias que venían acumulando las Bolsas a lo largo del año. Y ahora, con lo que está sucediendo en Israel y la franja de Gaza, las commodities mostraron que a pesar de las tasas de la Fed siguen entrando en tensión.

Cotizaciones del petróleo

Hubo un salto del 2% para el petróleo, los metales preciosos estuvieron otra vez en aumento, los metales básicos actuaron mixtos, en Chicago los granos fueron otra vez al alza, mientras que en Rosario casi no hubo negocios, a la espera del resultado electoral.

Y esta vez las criptomonedas se unieron al interés de los inversores, ya que el bitcoin subió 1,6%, con subas algo menores para el resto de los valores del panel. La situación es muy confusa y eso genera gran incertidumbre. En el mundo, todo está colgado de la súper tasa de la Fed, las ganancias de las Bolsa se esfuman, los brokers siguen recomendando cautela con operaciones que incluyan “stop loss”, es decir órdenes predeterminadas para salir de un papel en caso de que haya más caídas y que con eso las pérdidas mayores sean detenidas.

Huida del peso

Y a nivel local la huida de los pesos continúa. La sensación central de ahorristas e inversores es temor, y eso lo demuestran las estadísticas oficiales del BCRA, que muestran caída muy fuerte en los depósitos a plazo fijo en pesos y descenso más agresivo en los depósitos en dólares. Y hasta que no se defina el nuevo Presidente y confirme que habrá ajuste fiscal a la política, y no a los ahorristas, es difícil que esta sangría termine.

Fuente: El Economista