Kava: la bebida levemente narcótica que toman los millennials para aliviar el estrés

En Nueva York aumenta el consumo

Surgió en el Pacífico Sur hace miles de años. Hoy, jóvenes neoyorquinos estresados se despiden delalcohol y optan por el kava, una bebida levemente narcótica, para soportar largas jornadas laborales y multitudes en el metro.
La raíz, molida hasta convertirla en polvo, se mezcla con agua y luego se cuela. El kava puede tener el sabor de agua con barro y provocar arcadas si no se bate con fruta en un «kavatail», pero sus adeptos aseguran que mejora el humor y alivia el estrés.
La bebida anestesia levemente la lengua y los labios, relaja y provoca euforia, sentimientos raros en una congestionada Nueva York. «Si hay una ciudad que necesita relajarse un poquito y calmarse, es Nueva York», dijo Harding Stowe, propietario de Brooklyn Kava.

El kava tiene sus orígenes en la tradición de islas del Pacífico como Fiyi, pero en Occidente es cada vez más considerado como una alternativa al alcohol por parte de quienes salir sin despertarse con resaca al día siguiente.
Los sondeos muestran que los millennials beben menos que sus padres, y muchos empresarios del kava piensan que un futuro menos embebido en alcohol está a la vista.

Ansiedad

Un boom inicial del kava en Occidente en la década de 1990 alimentó importaciones de baja calidad, lo cual combinado al escaso conocimiento de la planta generó publicidad negativa sobre eventuales problemas de salud y condujo a prohibiciones en Europa. Muchos negocios ligados al kava fracasaron.
Pero aunque la agencia gubernamental de alimentación y medicamentos de EEUU advirtió en 2002 de un potencial riesgo «raro» de lesión grave del hígado, la raíz atraviesa ahora un nuevo boom, y las exportaciones desde Fiyi se han más que duplicado entre 2012 y 2016. «A diferencia de lo que pasaba en los años 90, el conocimiento académico de la planta es mucho mayor. Es generalmente percibida como algo seguro y benéfico», dijo Zbigniew Dumienski, investigador del kava en la Universidad de Auckland.
Aunque ya es bastante conocido en Florida, el kava se ha arraigado con bastante lentitud en la ciudad más poblada de Estados Unidos, donde hay solo tres establecimientos dedicados al kava de un total de 10.000 bares.

Diferentes tipos de Kava se ofrecen en el menú del bar Brooklyn Kava.
Diferentes tipos de Kava se ofrecen en el menú del bar Brooklyn Kava.

Los nuevos clientes estadounidenses son jóvenes de poco más de 20 años, que están iniciando
estresantes carreras, atravesando relaciones amorosas, batallando los crecientes problemas del metro neoyorquino, y en una ciudad demócrata, tratando de lidiar con la depresión tras la elección de Trump.

¿Efecto Trump?

Con sus luces bajas, el bar House of Cava es acogedor. Una mujer está hundida en su ordenador. Otro cliente lee, y una pareja conversa suavemente. Nada que ver con el griterío habitual de los bares de Nueva York. «Al revés de lo que sucede en un bar normal, nadie ha amenazado con quemar el bar o empezar una pelea», bromeó su gerente, Ryan Lloyd.
Los negocios están mejorando, afirmó. Pero cuando abrió este local en febrero de 2016, inicialmente pensó que había cometido un error. Calcula que el verdadero despegue comenzó hace unos seis meses. «Hay muchas cosas estresantes que han sucedido en EEUU, ya sabes, con la elección de Trump», dijo. «Creo que todo eso ha contribuido».
Ahora está ocupado planificando nuevos locales y conversando con un estudio de yoga y otro de meditación para vender allí sus productos.