Continuaron desarmando inversiones: la banca sigue huyendo de las Leliq

Continuaron desarmando inversiones: la banca sigue huyendo de las Leliq
Por esa migración, el BCRA deberá enfrentar vencimientos por $15 billones todos los días

Ayer se conoció lo que puede considerarse un veredicto de los bancos respecto de la reunión que mantuvieron el pasado viernes con Luis “Toto” Caputo como representante del gobierno que asumirá en 12 días: aunque coincidieron en calificar el encuentro de “muy bueno”, continuaron desarmando inversiones que tenían en letras de liquidez (Leliq) para, de seguro, pasarlas a pases pasivos, que vencen a las 24 horas.

Fue en una jornada en la que el Banco Central (BCRA) enfrentaba vencimientos por $1,546 billones de estos títulos que ofrece a una tasa del 133% nominal anual. De ese total, el 53% estaba en poder de bancos privados ($0,82 billones), mientras que el 47% estaba en manos de bancos públicos ($0,73 billones).

Cerrada la licitación, se conoció que los bancos solo recompraron Leliq a 28 días por $353.162 millones, de lo que resulta que quedaron liberados casi $1,2 billones. Es un monto que se suma a los casi $3,4 billones que ya habían dado ese mismo paso la semana pasada, en las licitaciones celebradas el martes y jueves.

Si bien el ratio de refinanciación, que había sido del 10,5% el jueves pasado, creció esta vez hasta rondar el 23%, el dato muestra que ni los bancos públicos acompañaron esta vez a pleno la posibilidad de renovar.

Seguramente fue porque resultaron “persuadidos” para migrar parte de esas inversiones hacia títulos del Tesoro, dado que en la jornada también se lleva a cabo la última subasta de deuda en pesos de la administración Fernández y es sabido que el fisco necesita pesos para hacer frente los pagos de fin de mes que no pueden ser “pateados” a quien sigue.

Desarme de los bancos

El desarme de los bancos comenzó luego de que el presidente electo, Javier Milei, describiera la deuda remunerada del BCRA como el principal obstáculo para poder iniciar su mandato aplicando los planes mencionados en su campaña. “Salir del cepo sin solucionar las Leliq es garantía de una disparada del dólar y de una hiperinflación”, dijo.

En los bancos consultados habían anticipado este resultado, al señalar que, más allá de la buena reunión con Caputo, los incentivos concretos siguen alentando el salto a pases pasivos en este contexto. “La diferencia entre tasa de pases (126%) y Leliq (133%) neta del impuesto que grava a estas últimas no es tan relevante. Así las cosas, el costo de estar cortito [menor plazo] es muy bajo”, explicó un ejecutivo de un banco privado líder.

“Además –recordaron– en esta etapa del año hay una tendencia a estar más líquidos o con posibilidad de acceso inmediato a la liquidez ante el aumento tradicional que va a mostrar la demanda de pesos por las obligaciones que se concentran en el último mes del año”.

Una “bola” que no desaparece

El problema lo enfrenta la macroeconomía en general o el BCRA, si decidiera hacerse cargo, dado que ahora se ve obligado a renovar cada 24 horas el 64% de su pasivo remunerado total (ese por el que paga $2,2 billones por mes para mantenerlo).

Esto está vinculado a que, tras la subasta del día, el stock total de pases crecería hasta los $15 billones y el de Leliq se achicaría hasta los $8,8 billones, según los últimos datos.

“En el actual contexto de incertidumbre sobre cuál va a ser la solución que proponga el nuevo gobierno para desarmar las posiciones de pasivos remunerados del BCRA, la dinámica que adoptaron los bancos de acortar el plazo promedio de su balance les brinda mayor flexibilidad para achicar sus balances, o bien direccionar su activo hacia otros instrumentos o, incluso, tomar la decisión de colocar una proporción en cuenta corriente en el BCRA”, dijo en un informe la calificadora Moody’s.

Estabilizar la macro

El problema para la estabilidad macro es que se trata de una montaña de pesos que, si bien por ahora “quedaron dentro de la pecera”, como le gusta definir al economista y consultor Fernando Marull, a la vez ya dieron todos los pasos previos como para estar en condiciones de salir a calle de forma casi inmediata si lo necesitaran, lo que puede allanar el camino a una aceleración inflacionaria aún mayor si no hay un alineamiento de las expectativas en un plazo bastante perentorio.

Además, el pasivo del BCRA es cada vez más inestable en un contexto en que su activo está destrozado y además lleva ya tres  ruedas sin poder recomprar reservas. Ayer, por caso, vendió otros US$21 millones en el mercado cambiario, con lo que ya acumula un saldo negativo de US$55 millones desde el viernes.

Fuente: La Nación