Algunas ideas de tragos refrescantes para compartir

De la sangría al gin tonic y el clericó, opciones prácticas para compartir.

Diciembre, mes de festejos, de encuentros, de quintas y terrazas. Noches de calor y gargantas sedientas dejan su huella indeleble en cada principio de verano, coronado con los brindis de las Fiestas y las despedidas. Es ahora cuando, entre cientos de botellas de espumante, entre miles de cervezas, resurgen las jarras cocteleras, esas mezclas generosas y fáciles de elaborar, que le dan color y sabor a cada reunión de fin de año. «Las jarras remiten a los buenos momentos, a los amigos. Es un producto que nace para ser compartido, algo así como la versión más intensa de la pava y el mate. Si invitás amigos a tu casa y querés hacer un trago para cada uno, te metés en un lío. Cuando terminás de servir al último, ya el primero quiere repetir. En cambio, las jarras te permiten hacer algo grande, que le permite disfrutar a todos», dice Juan Pablo Acosta, a cargo de Wanaco, un flamante bar en pleno centro turístico de Calafate, donde las jarras son protagonistas de la carta.

Parientes directos del ponche, herederas de una tradición de las populares sangrías españolas (y los también populares clericots argentinos), las jarras hoy dicen presente en bares y casas de todo el país. Más allá de que son muchísimos los cócteles que se pueden reversionar en tamaño extra large (por ejemplo, los Gin&Tonic de litro son siempre bienvenidos), lo cierto es que hay ciertos productos y estilos de recetas que se llevan particularmente bien con este formato. Los aperitivos, las frutas, los jugos, los espumantes, son todas bases perfectas para pensar en una mezcla refrescante, con bajo contenido alcohólico y sabores amigables para gustar a grupos completos. «Me gusta mucho jugar con las especias, que le dan una profundidad y aroma delicioso a las jarras. Uso cardamomo, canela, clavo de olor, pimienta de Jamaica. Los pongo directamente en la jarra o hago un té con ellas y luego congelo el agua para hacer hielos grandes. También me gusta combinar bebidas de bajo alcohol, como un aperitivo o un espumante, pero agregando una proporción de una espirituosa, puede ser vodka, ron, gin, whisky… Y, en lo personal, creo que el jugo de pomelo se lleva de maravillas en las jarras», dice Mona Gallosi, la reconocida bartender con catering propio y fuerte presencia radial.
Desde los clericots de Florería Atlántico a las opciones vermuteras de 878 o Bar Duarte, pasando por cinco recetas de ponches, clericots y sangrías que hay en Wanaco, hoy las jarras son una categoría más del paisaje de bares de todo el país. Inés de los Santos les dedica una capítulo completo en su libro Tragos mientras que la recién llegada botella de Pimms inglesa hace de la jarra su leit motiv de promoción y venta, con gaseosa lima limón, pepino y frutillas. En palabras de Juan Pablo, «un trago se queda corto». Y, mientras lo dice, prepara un Calafate Tónico, con Príncipe de los Apóstoles, licor de Calafate, almíbar de paramela, agua tónica y rodajas de pomelo. Pura frescura para compartir entre amigos.