Volvieron a subir los dólares paralelos

Volvieron a subir los dólares paralelos

La inflación de agosto fue del 7%. Fernández volvió a culpar al Covid y a la guerra. Sin embargo, en julio y agosto Brasil tuvo deflación y Argentina una variación bimestral de casi 15%. El Gobierno sigue pagando bonos y tomando deuda. La respuesta fue un nuevo salto en los dólares libres.

El presidente Alberto Fernández volvió a vociferar ayer, diciendo que está dando una gran pelea contra la inflación, pero la guerra y la pandemia nos ha colocado en una posición muy difícil, como pasa en el resto del mundo.

Las palabras de Alberto llegaron después de que el Indec dio a conocer el dato del IPC de agosto, que fue un cachetazo para todo el Gobierno: el mes pasado los precios subieron 7%, por lo que acumulan un aumento del 56,4% en lo que va de este año y de casi 80% en los últimos doce meses, colocando a Argentina en la inflación más alta en 21 años, desde la hiperinflación de Alfonsín-Menem.

La guerra y la pandemia

Alberto culpa de la suba de los precios a la guerra y a la pandemia, pero sabe que todo el mundo conoce en detalle que Brasil tuvo deflación tanto en julio como en agosto, que Estados Unidos tuvo 0% en julio y 0,1% en agosto, mientras que la Argentina acumuló en el bimestre una suba de precios del 14,9%. Y lo que debe enfadar más al ocupante de la Casa Rosada es que las subas mayores se dan por el capitalismo de amigos, en los sectores protegidos.

Lo peor del caso es que a partir de setiembre llegarán los primeros tarifazos de luz, gas y agua, y comenzarán a impactar de lleno los aumentos anuales de alquileres, expensas y otros valores, y después llegará otro latigazo con las prepagas. Tan es así que las consultoras anticipan que los alimentos iniciaron septiembre con aumentos mayores a los de agosto, y Emmanuel Alvarez Agis advierte que si no cambian corremos el riesgo de ir a una inflación mensual de dos dígitos.

La respuesta que le da Alberto, orientado fundamentalmente desde el kirchnerismo, específicamente desde la cabeza de Cristina Kirchner, es seguir entregando aumentos de bonos y ajuste de paritarias y más endeudamiento del Estado en pesos ajustables. Parecen no recordar uno de los consejos más acertados de unos de los sabios de la historia universal, Albert Einstein, quien afirmó “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.

Acumulando reservas

En ese sentido, después de haber autorizado el dólar soja de 200 pesos, que está sirviendo para acumular una ventana de reservas, que se evaporará rápidamente ni bien se corte el beneficio, hoy el secretario de Agricultura convoca al campo para afilar políticas para el sector, pero la Sociedad Rural ya adelantó que no asistirá porque le encarecieron el financiamiento a los productores, en un momento grave de sequía que está complicando notablemente las cosas

Ayer, continuaron las liquidaciones de divisas por el dolar sola, lo que le permitió al BCRA sumar reservas por US$ 165 millones, al tiempo que se endeudó en $88.500 millones en Notaliq. Y el Tesoro saldrá este viernes a intentar colocar más deuda, y se ratificó que preparan un nuevo canje de bonos para limpiar el vencimiento del bono T2X2 (que termina el martes próximo), y del total de la emisión de ese papel unos $26.000 millones están en manos de inversores del exterior. Se descuenta que los inversores institucionales (encerrados en pesos bajo vigilancia de la Afip) tendrán que renovar, pero no se sabe qué harán los fondos extranjeros, sobre todo Pimco.

Pero antes de eso, mañana mismo, el Tesoro sale a realizar una nueva licitación de Ledes y Lecer. Puntualmente, ofrecerán una letra del tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 31 de enero de 2023 (s31e3 – reapertura); una letra del Tesoro nacional en pesos ajustada por CER a descuento con vencimiento 17 de febrero de 2023 (x17f3 – reapertura); y una letra del Tesoro nacional en pesos ajustada por CER a descuento con vencimiento 16 de junio de 2023 (x16j3 – reapertura).

¿Qué suerte correrá este llamado? Seguramente los que están encerrados en pesos y se la pasarán ultravigilados por la Afip deberán participar. Pero ya se ve que el stock total de depósitos en pesos se estancó: los ahorristas e inversores huyen de la moneda local, tanto que ayer -a pesar de la oferta forzada del dólar soja- todos los dólares libres subieron en bloque, con los dólares oficiales usados como ancla, viajando un punto y medio por debajo de la inflación, lo cual quema el superávit comercial, única fuente de financiamiento genuina que nos queda

El dólar en Argentina

De ese modo, ayer, mientras en el exterior el dólar subió 0,4% en Chile pero bajó 0,1% contra el euro, 0,3% contra el real, 0,4% contra la libra, 0,6% en México y 1% contra el yen, a nivel local el dólar blue saltó $4 hasta $277, el Senebi subió $3,38 hasta $284,14, el MEP subió $5,55 hasta $275,45 y el contado con liquidación subió $4,79 hasta $284,25. Por lo que la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 85% y la del CCL con el mayorista alcanzó al 99%.

Esta reacción cambiaria llegó luego de un martes muy duro para los mercados internacionales. Ayer hubo bajas fuertes en las bolsas asiáticas y europeas, pero en Wall Street volvió cierta calma, a la espera de la decisión sobre tasas de interés y absorción de dólares que tomará el miércoles próximo Jerome Powell el titular de la Reserva Federal.

De ese modo, tras el desplome de hasta el 5% que tuvo Wall Street el martes, ayer hubo una leve recuperación del 0,3% promedio, al tiempo que la Bolsa de San Pablo bajó 0,2% y la de México retrocedió 0,5%. A la Bolsa de Buenos Aires, sin embargo, le fue mucho mejor: con $2.158 millones operados en acciones y $4.434 millones en Cedears, el índice Merval subió 2,7%. Y los ADR argentinos en Nueva York tuvieron una suba en bloque del 1% al 7%, con TGS, Bioceres, Central Puerto, Pampa E. Cresud, Supervielle, YPF y Galicia como las más beneficiadas.

En cambio, los títulos públicos argentinos volvieron a encontrarse con otra rueda pálida, con una baja del orden del 1%, con pocos negocios, por lo que el riesgo país volvió a subir en 20 unidades, hasta 2.330 puntos básicos, nivel del que Sergio Massa no logra salir ni siquiera con la ayuda del viceministro Gabriel Rubinstein, que fue muy recomendado por Roberto Lavagna.

Commodities sostenidas

Más allá de todo lo expuesto, uno de los elementos que tiene inquietos a todos los mercados es que las materias primas siguen muy firmes, a pesar de que las tasas de los bonos de EE.UU. ya rozan el 4% anual. Ayer de hecho, hubo una suba del 1% para el petróleo, los granos no se movieron en Chicago pero en Rosario se está dando lo que anticipamos: hay un mar de ofertas de soja a $200, pero la entrada de trigo o maíz está desaparecida.

Y la situación es grave porque ayer el precio de la soja subió 1,2%, porque la entrada fue mejor ya que hay mucho descontento en el campo por el sobrecosto al financiamiento que les aplicó el Estado. Y lo más peligroso fue que hubo un salto del 3% para el maíz, un producto central en la cadena alimentaria, porque termina impactando en los precios de los pollos, de los cerdos, de la polenta y de otra gran cantidad de derivados, que recalentará aún más los precios de setiembre.

El súper dólar global esta vez no está afectando a las materias primas como en ocasiones anteriores. Pero ayer se vio una reacción de nueva firmeza en los metales preciosos, que son utilizados como refugio, contra una hipotética falla de la estrategia de Powell. Pero continuó el drenaje en el mundo cripto, ya que hubo otra baja del 2% para el Bitcoin con valores algo más sostenidos para el resto de los valores del panel.

La visión del mercado

¿Qué dicen los especialistas del mercado? Miguel Kiguel, de Econviews, advirtió que “la situación es muy complicada. El Gobierno sigue repitiendo lo mismo y no encara un recorte del gasto equilibrado. Es difícil bajar la inflación cuando hay que subir tarifas, cuando el tipo de cambio tiene que ser más competitivo, cuando el país está muy indexado, con jubilaciones, paritarias, es muy complejo integrar todo eso. Por eso, en nuestro estudio pensamos que cualquiera sea la inflación de este año, el año que viene la inflación va a ser todavía más alta”.

Fuente: El Economista