Vaca Muerta, la más beneficiada por los subsidios del gas

Vaca Muerta, la más beneficiada por los subsidios del gas

A siete años de su nacimiento, Vaca Muerta está lista para exportar gas. Las sucesivas políticas de incentivo a la producción, para recuperar el abastecimiento nacional, tuvieron efecto directo. Uno de los apuntalamientos clave fueron los subsidios para mejorar el precio del gas en boca de pozo donde los no convencionales neuquinos resultaron ser los principales destinatarios.

Entre 2014 y 2019 las petroleras recibieron fondos estatales por 146.912 millones de pesos, una cifra similar al presupuesto anual de las 57 universidades públicas del país.

Carlos Ormachea, CEO de Tecpetrol, la petrolera del grupo Techint, declaró este año que los no convencionales neuquinos estaban listos para dejar de recibir subsidios. Indicó que todo proyecto de gran escala necesita apalancamiento, en Estados Unidos fue el financiamiento, para desarrollarse y luego seguir solo.

Si se revisa la serie histórica reciente de inversiones en Vaca Muerta y se la contrasta contra los desembolsos del Estado se notará la influencia directa de este respaldo. En 2014 las inversiones petroleras en Neuquén treparon a 4.834 millones de dólares y ese mismo año los subsidios directos de incentivo a la extracción de gas fueron 11.300 millones de pesos, convertido al tipo de cambio del momento significa que los fondos estatales cubrieron casi un 30% del riesgo.

Con vaivenes, en 2014 el dólar cotizaba a 8,58 pesos y en la actualidad se comercializa alrededor de los 60 pesos, la presencia de la garantía estatal tuvo su impronta en Vaca Muerta: en 2015 las inversiones fueron de US$ 5.109 millones y los subsidios de $11.900 millones (17%); en 2016 US$ 3.266 millones y $43.000 millones (80%); en 2017 US$ 3.468 millones y $21.900 millones (33%); en 2018 US$ 4.530 millones y $19.524 millones (11%) y; el proyectado de 2019 dice que se desembolsarán US$ 5.343 millones y los fondos estatales serán $ (12%).

Los programas de subsidios abarcaron inicialmente a otras cuencas productoras, sin embargo los no convencionales neuquinos, el tight y el shale (Vaca Muerta), fueron los más beneficiados.

El peso del precio

El esquema de subsidios, que inició en 2013 y continuará –por lo menos– hasta 2021, garantizó a las productoras un precio de gas en boca de pozo de 7,5 dólares por millón de BTU (la unidad calórica con la que se mide el gas). Esto buscó alentar la extracción local para reducir las importaciones vía barco que costaban entre 10 y 12 dólares por millón de BTU.

Con la revolución mundial del GNL (gas natural licuado) los precios empezaron a bajar significativamente. El gas no es un commodity sin embargo comenzó a tomar su forma. La referencia para el país siempre fue el Henry Hub norteamericano que hoy tiene un valor 2,31 dólares, una cotización similar a la que se manejaron en las últimas transacciones locales.

En la Cuenca Neuquina, donde se asienta el 80% de Vaca Muerta, esos niveles de precios hicieron sonar la alarma. Muchos campos no son rentables a ese valor.

Además se suma la estacionalidad del país, donde en el invierno sube la demanda y en verano cae fuertemente, por lo que los pozos sin conectar por falta de precio o mercado ya son una constante con la que se convive.

Un objetivo completo

El resultado de los subsidios, de incrementar la producción y desalentar la importación, es inocultable. Neuquén pasó de extraer 50 millones de metros cúbicos diarios de gas en 2013 a más de 80 millones de metros cúbicos diarios a mediados de este año. Sin embargo, ese logro no alcanza a tapar la apuesta que dejó flotando el ejecutivo petrolero. ¿Vaca Muerta ya no necesita más apalancamiento del Estado?

La abundancia de gas, que hundió los precios, sobre todo en la época de baja demanda, y la falta de un mercado en firme fuera del abastecimiento local recrearon un peligroso stand by, en el polo opuesto desde donde se comenzó, en el que solo se mueve la producción atada a los anabólicos estatales.

Hasta que el mercado no se amplíe, lo que significa millonarias obras en transporte y hasta una planta de GNL en puerto, también millonaria y a no menos de cinco años de construcción, no se conocerá sí los subsidios se necesitan como impulso o sí, en cambio, las compañías del sector hicieron funcionar la maquinaria al calor de las garantías públicas.

Restará saber además quienes fueron los ganadores y perdedores de esta política estatal que involucra a un actor propio como es la petrolera de mayoría nacional YPF.

Para los detractores del actual gobierno, en los últimos cuatro años se la perjudicó más de lo que se la favoreció.

RÍO NEGRO