US$: el stock de billetes que el sector privado mantiene por fuera del sistema

US$: el stock de billetes que el sector privado mantiene  por fuera del sistema

El resguardo de divisas fuera del sistema financiero argentino, por parte de empresas y particulares, creció casi US$ 70.000 millones en los últimos cuatro años

En los “colchones” de argentinos y empresas argentinas hay 219.000 millones de dólares en billetes contantes y sonantes. Son 69.000 millones más que los que había fuera del sistema a fines de 2015. El que lo dice es el Banco Central. Pero de los datos oficiales surge que la fuga de capitales tuvo también otros momentos álgidos en otros momentos después del derrumbe de la convertibilidad, en especial entre 2007 y 2011.

“El stock de billetes que el sector privado mantiene en su poder por fuera del sistema (el denominado “colchón”) cerró 2019 en US$ 175 mil de millones (aumentó USD 55 mil millones respecto de diciembre de 2015) y los depósitos en el exterior alcanzaron USD 44 mil millones, USD 14 mil millones por encima de diciembre de 2015”.

Esos dólares bajo el colchón se alimentaron de la “fuga de capitales” que durante los últimos 4 años alcanzó los USD 86,2 mil millones que, a su vez, se financió con más deuda.

“La evolución de la formación de activos externos, que operó prácticamente sin restricciones desde 2016, se triplicó en cuatro años al pasar de USD 8,5 mil millones en 2015, a niveles cercanos a los USD 27 mil millones en los años 2018 y 2019”, dice el Informe.

No obstante, el Informe no menciona – se limita al período 2015/2019– que la anterior fuga de capitales, de magnitudes similares, se produjo entre 2007 y 2011 ya que totalizó u$S 79.007 millones, alimentada por la crisis internacional de 2008/09 que tuvo un impacto negativo en la Argentina y por la crisis con el campo.

Justamente para frenar el drenaje de divisas que en los dos años previos había sido récord (más de US$30.000 millones), el gobierno de Cristina Kirchner impuso en octubre de 2011 -tras obtener la re elección-  el “cepo cambiario”, pero la fuga no aflojó porque desde entonces los dólares fuera del sistema siguieron aumentando a través de la venta oficial de “dólares-ahorro”, que luego se volcaban al circuito paralelo del “dólar-blue” y otros mecanismos («contado con liqui»), incluyendo paraísos fiscales.

Este drenaje de ahorro nacional se financió con los dólares que ingresaron por los excedentes del comercio exterior y con más deuda, mientras de declamaba el “desendeudamiento”. Es que también la deuda pública (interna y externa) pegó un fuerte salto: a fines de 2001 el endeudamiento público era de US$141.300 millones. Tras el canje de 2005 bajó a US$125.400 millones y a fin de 2015 estaba en U$S 240.665 millones, casi el doble.

En los 4 años siguientes (2016/2019), el endeudamiento prosiguió y ayudó directamente a financiar la fuga de divisas, colocando a la Argentina virtualmente en cesación de pagos.

Al 31 de diciembre de 2016 la deuda pública cerró en U$S 323.065 millones, no sin antes el Gobierno de Mauricio Macri imponer un cepo cambiario que luego de las elecciones presidenciales de octubre se reforzó habilitando la compra de tan solo 200 dólares por mes por persona. En tanto, el valor del dólar fuga prosiguió su tarea, duplicando el valor del dólar oficial.

Fuente: Clarín