Un revés para los planes de Fernández en la región

Un revés para los planes de Fernández en la región

La renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia se convirtió en el primer revés que el presidente electo, Alberto Fernández, deberá superar en su objetivo de reeditar la unidad del progresismo regional.

Fernández denunció ayer que lo ocurrido en Bolivia se trató de un “golpe de Estado”. Felipe Solá y la vicepresidenta electa, Cristina Kirchner, también expresaron esos términos, al igual que otros países de la región.

En los últimos días, el presidente electo había explicitado su apoyo a Morales, ante lo que él consideraba un “intento de interrumpir el orden constitucional en Bolivia”. “Los países de la región y la comunidad internacional toda debemos seguir de cerca la situación y actuar ante cualquier hecho que implique un quiebre institucional”, había tuiteado Fernández el sábado.

Las expresiones de Fernández, que en las últimas semanas había defendido y felicitado a Evo Morales, contrastaron con las fuertes observaciones y denuncias de la OEA sobre el proceso electoral boliviano. Consideró que no se puede validar los resultados de la elección y recomendó “otro proceso electoral” que cuente con nuevas autoridades para llevar a cabo comicios “confiables”. Pocas horas después, tras una “recomendación” de los militares bolivianos para «pacificar la nación» , Evo anunció su renuncia.

Bolivia integraba, bajo el mando de Morales, un pilar en el mapa de alianzas que trazó Fernández para la región. Ahora, ese país queda envuelto en un gran interrogante.

La relación entre Morales y Fernández se caracterizó hasta ahora por un intercambio constante de elogios. Mientras que para el ahora expresidente la victoria de Fernández en las elecciones del 27 de octubre “revivió la esperanza” en la Argentina, para el presidente electo, la gestión de Morales en Bolivia fue “un ejemplo”.

Poco más de un mes después, Fernández felicitaba a Evo Morales por la supuesta victoria en primera vuelta, pese a las denuncias de irregularidades que se habían generado tras la interrupción durante un día de la difusión de los resultados electorales, que hasta el momento del corte planteaban un escenario de ballottage entre el mandatario y el opositor Carlos Mesa. Solo cuando se volvieron a difundir los números, horas después, Evo figuraba con los sufragios suficientes para vencer en primera vuelta.

En tanto el Grupo de Puebla, que ayer terminó su segunda cumbre en Buenos Aires, con Fernández como protagonista e impulsor. Hasta ayer enfocaba un logro con la liberación del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. En esa cumbre, el presidente electo hizo anteayer una encendida defensa del gobierno de Morales.

Con información de La Nación