Una guerra comercial con final incierto que impacta a la Argentina

Una guerra comercial con final incierto que impacta a la Argentina

Con su decisión de frenar las importaciones de acero y aluminio, el presidente norteamericano Donald Trump escaló una ´guerra comercial´ que tendrá represalias por parte de la Unión Europea y China, y golpeará duro a la Argentina.
El 9 de marzo, Trump firmó una Proclamación sobre la Sección 232, aplicando un 25% de arancel sobre las importaciones de productos siderúrgicos (semielaborados, planos, largos y tubos) de todos los orígenes, alegando su afectación a la seguridad nacional de los Estados Unidos.
En realidad, los analistas internacionales sostienen que puede ser una jugada no admitida para generar más empleos en el Estados Unidos «profundo» y empobrecido, que jugó un rol clave para erigirlo inesperado presidente de la mayor potencia mundial, ya que los obreros industriales tendrán más trabajo cuando esta medida opere a pleno.
México y Canadá quedaron exceptuados, condicionados a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). Y la Proclamación establece que Estados Unidos tendrá negociaciones con otros países para eliminar o modificar aranceles al acero, en caso de corroborar que las respectivas importaciones no amenazan su seguridad nacional.
Sobre este radican las pocas chances de la Argentina de quedar exceptuada de esta controversial decisión que entrará en vigencia el próximo 23 de marzo.
Estados Unidos decide aplicar la Sección 232 en respuesta a la «sobrecapacidad» de producción mundial, que llega a las 700 millones de toneladas anuales, como resultado de subsidios gubernamentales y prácticas desleales que generaron distorsiones en el comercio global del acero.
China es el principal generador de este «exceso de capacidad de producción» dado que opera como una economía centralmente planificada que no se rige por reglas de mercado. En poco más de quince años, China aumentó un 500% su producción, y produce en la actualidad el 50% de la producción global de acero.
Expertos de la Cámara del Acero argentina estiman que la sobrecapacidad actual de China ronda los 470 millones de toneladas anuales, equivalentes a casi cinco veces la producción anual de los Estados Unidos, o cien veces la de Argentina.
Estados Unidos ya tiene 152 medidas efectivas de dumping o anti subsidios que penalizan importaciones desleales de acero de diferentes orígenes, y tiene otras 25 investigaciones en curso.
China es el décimo importador de acero en los Estados Unidos, debido a que fue desplazado por 38 casos de dumping y subsidios que están vigentes actualmente y 7 en investigación.
Sin embargo, la producción china fue ocupada por otras importaciones de otros orígenes a precios de dumping, debido a la mencionada sobrecapacidad.
Eso explica de algún modo el alcance global de esta medida de alza de aranceles.
La aplicación de estos aranceles impacta en forma directa sobre exportaciones industriales argentinas de tubos de acero sin costura para uso petrolero, es decir Techint, que en 2017 totalizaron 220.000 toneladas.
Los tubos para uso petrolero exportados a Estados Unidos, muchos utilizados en pozos no convencionales, son un producto de altísimo valor agregado y competitividad global y complementan la producción de EEUU en este rubro.
Estos tubos argentinos son el resultado de inversiones constantes en innovación y desarrollo tecnológico y su recuperación de producción impulsó el aumento de empleo industrial calificado en el último año.
Las exportaciones de acero argentino representan sólo el 0,6% de todas las importaciones de Estados Unidos (de un total de 34 millones de toneladas anuales).
Por lo tanto no son generadoras de distorsiones del mercado mundial del acero, ni constituyen una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos. Adicionalmente, Estados Unidos tiene un superávit comercial con la Argentina.
A esto se suma que la medida anunciada por Trump seguramente generará la aplicación de represalias de cierre de mercados y alterará los flujos de comercio. Así, estiman expecialistas, generará un desvío de productos en condiciones de comercio desleal hacia mercados más desprotegidos -¿cómo la Argentina?-, que será necesario monitorear.
Fuente: José Calero,Jefe de Economía de la agencia Noticias Argentinas para BankMagazine.