Las tomas y los costos políticos, del desalojo de Guernica al fallo de Entre Ríos

Las tomas y los costos políticos, del desalojo de Guernica al fallo de Entre Ríos

La toma de tierras en Guernica terminó con episodios violentos y represión, después de un dilatado proceso de negociaciones que incluyó acuerdos por subsidios de 300 mil pesos en seis meses para quienes se fueran sin resistencia. La ocupación de un campo en Entre Ríos recibió un fallo que ordena su restitución a los hermanos Etchevehere y su madre, aunque el tema familiar fue superado ampliamente por el contenido político que representó la movida de Juan Grabois.

 El oficialismo enfrenta en los dos casos y por diferentes razones costos políticos. En el largo proceso de Guernica, porque terminó enfrentado con grupos de izquierda que compiten en la calle con los movimientos alineados con el Gobierno, según se admite con malestar en medios oficiales. Pero además generó polémica con el subsidio referido, porque coloca a la usurpación como un modo casi extorsivo para recibir planes frente al común de la gente, con el agravante de posibles repeticiones organizadas.

El otro frente abierto y que involucró a funcionarios oficiales es el de Entre Ríos. La jueza de segunda instancia María Carolina Castagno definió la restitución del campo Casa Nueva en donde se encuentra Dolores Etchevehere acompañada de unas cuarenta militantes vinculados a Grabois.

El Gobierno buscó bajarle el tono al tema político de fondo y el presidente Alberto Fernández y varios funcionarios calificaron la toma como un problema “familiar”, a pesar de la cercanía de Grabois con el oficialismo y en particular con el kirchnerismo duro.

En los dos casos, queda abierto ahora cómo evolucionan los hechos. Desde el punto de vista político, hasta ahora sólo agregó un elemento de tensión con impacto negativo en  medio de la crisis.