Sturzenegger avisó: “seremos cautelosos”

– El Comité de Política Monetaria del BCRA emitió ayer un comunicado para todos los gustos pero avisando que no pateará el tablero. A continuación lo más relevante del texto oficial.
En la última semana de 2017 se anunció el diferimiento de la meta de inflación de largo plazo (5% anual) al 2020, y nuevas metas intermedias de 15% para 2018 y 10% para 2019. Ese sendero es ahora el objetivo de la política monetaria del BCRA. Se dio a conocer, además, una secuencia de transferencias del BCRA al Tesoro que para 2019 reduce en términos nominales dicha asistencia a la mitad de la ya establecida para 2018; y que para los años subsiguientes está definida por una regla automática no vinculada a la tasa de inflación sino al crecimiento real de la demanda de dinero. Asimismo, se conoció en las últimas semanas el resultado del REM, con pronósticos recabados hasta el 28 de diciembre: la inflación esperada para 2018 aumentó de 16,6% a 17,4%; la mayor estimación en la corrección de precios regulados da cuenta de ese incremento, puesto que la expectativa de inflación núcleo se mantuvo estable en 14,9%; en tanto, para 2019 la expectativa de inflación creció de 11,3% a 11,6% (la núcleo se redujo de 10,4% a 10%) y por primera vez se relevó un pronóstico para 2020, que resultó de 8%.
En los comunicados del 12 de diciembre y del 26 de diciembre el BCRA enfatizó que la inflación núcleo había quebrado el nivel de persistencia observado entre mediados de 2016 y mediados de 2017, pero que la política monetaria mantenía un fuerte sesgo contractivo para evitar un contagio de los aumentos de precios regulados a la inflación núcleo. Se señalaba también que los datos de alta frecuencia mantenían una dinámica favorable.
Si bien se estima que el IPC de diciembre reflejará el fuerte aumento de precios regulados (en especial, gas y electricidad) y cierta incidencia directa de esos precios en la inflación núcleo, en la visión del BCRA el proceso de desinflación se ha encarrilado a lo largo del último semestre: la inflación núcleo de los últimos tres meses se ubicó, en términos anualizados, cerca del 18% y los datos de alta frecuencia indican que esta dinámica favorable persistió a lo largo de diciembre y en los primeros días de enero. En este contexto, una baja en la tasa de interés de referencia evita que se incremente el sesgo contractivo de la política monetaria.
Con toda la información disponible, el BCRA decidió reducir su tasa de política monetaria, el centro del corredor de pases a 7 días, en 75 puntos básicos, a 28% anual.
El BCRA será cauteloso en la adecuación de la política monetaria al nuevo sendero de desinflación. Naturalmente, si se busca una menor velocidad de desinflación que la planeada originalmente, corresponde un sendero de política monetaria menos contractivo que el que antes se preveía. Pero esa moderación en el sesgo contractivo sólo podrá sostenerse en el tiempo en la medida en que la evolución de la desinflación sea compatible con la trayectoria buscada.
El BCRA conducirá su política monetaria para alcanzar su meta intermedia de 15% en el 2018.
 
FUENTE: Ámbito