Se pincha el rebote de los bonos y el mercado abre un compás de espera

Tres grupos de bonistas informaron que rechazaron la propuesta, incluido uno integrado por los grandes fondos de inversión que poseen títulos públicos de la Argentina.
El riesgo siguió en baja y cayó otro 1,9%, pero los bonos cortos terminaron la jornada en terreno negativo.


El impulso alcista que habían mostrado los bonos de la deuda externa el viernes pasado, tras difundirse primero los términos generales de la oferta y, después, oficializarse varios detalles, se diluyó bastante ayer.
De ello dio cuenta la tasa de riesgo argentino, que venía de caer 12% el viernes y retrocedió solo 1,9% ayer (quedó en 3429 puntos básicos).

Los operadores no vincularon esta reacción del mercado a los sonoros rechazos que la oferta argentina recibió de los distintos comités de acreedores que ya se conformaron. Por el contrario, la relacionaron con la difusión, durante el fin de semana, de varios informes que intentaron valuar la oferta oficial, los que -en la mayoría de los casos- concluyeron que tras aquellos avances de los precios de los bonos, estos habían quedado equilibrados para las relaciones de canje que pueden inferirse por lo que se conoce hasta aquí de la propuesta.

«La oferta parece no haber conformado a los acreedores y el mercado se comenzó a acomodar a ella, pero con escaso volumen de operaciones: el tramo corto estuvo más ofrecido y quedó mayormente negativo, mientras que el tramo medio y largo operó más tomador, con alzas de US$0,5 a 1,5», describió Sebastián Cisa, del Grupo SBS, en un informe.

«Terminó el rally de los bonos globales y los cortos se movieron entre flat y negativos. ¿Qué paso? En US$33 están bien priceados si no hay default. Ahora, a esperar las idas y venidas con la oferta, porque esta creo que no camina», explicó, por su parte, Diego Falcone, de Cohen.

Desde Balanz explicaron que la propuesta se alejó «bastante del consenso de inversores», lo que hizo crecer «la probabilidad de un default en mayo. Pero gran parte de este escenario ya se encuentra incorporado en los precios, por eso no mostraron mayor impacto».

«La reacción positiva del mercado del viernes nunca indicó garantía de que la oferta vaya a ser aceptada. El free float que operan estos títulos es inferior al 20%, por lo que las subas pudieron estar influidas por compras de quienes no tienen poder de decisión como el de los mayores tenedores», explicaron en la consultora LCG.

Los analistas coinciden en señalar que la oferta, en los términos en que fue presentada, difícilmente logre un porcentaje de adhesión que haga viable un acuerdo. Sin embargo, admiten que hay espacio para limar diferencias y -en algunos casos- hasta sostienen que, con retoques de costo relativamente bajo, las posibilidades de entendimiento podrían crecer.

«Lo que genera más rechazo es la decisión de no pagar interés alguno hasta 2023. Lo leen como una invitación a no participar y esperar sin costo, por eso creen que se modificaría ya sea ofreciendo un pago equivalente en efectivo (tal vez financiado por el FMI) o reconociendo el piso del 0,5% en intereses desde que se cierre el acuerdo», explicaron en una consultora de amplios contactos con bonistas.

«Esta oferta no será suficiente, pero apenas marca el inicio de las negociaciones. Sospechamos que el Gobierno eventualmente la modificará para hacerla más apetecible para los tenedores de bonos. Sin embargo, como esto depende en última instancia de una decisión política, la situación es aún incierta», evaluaron desde el Credit Suisse.

«Las negociaciones con los acreedores seguirán y el Gobierno cuenta con espacio fiscal para mejorar la oferta», coincidieron en Balanz.

Fuente: La Nación