Punta del Este. Una temporada con récord de argentinos

PUNTA DEL ESTE.– A pesar del sabor amargo por la súbita apreciación del dólar, que impacta en los consumos, el balneario esteño luce exultante. Y no parece eclipsar una temporada que ya se perfiló como récord en tres frentes: se vive un boom comercial, inmobiliario y turístico sin precedente. En este último rubro, el incremento de visitantes argentinos orilla el 20% respecto del verano pasado, según las estimaciones del subsecretario de Turismo de Uruguay, Benjamín Liberoff.

Pero acostumbrados a los vaivenes cambiarios de fin de año, para muchos el salto de la divisa estaba previsto en sus presupuestos. “Sabía que esto iba a pasar. El dólar estaba atrasado en la Argentina en relación con la inflación. Compré los dólares antes de venir y acá uso tarjeta. Con la devolución de impuestos, suba o no el dólar, termino pagando casi lo mismo que en Buenos Aires”, dice Marcos Ciani, de 27 años, un licenciado en Administración Agropecuaria que junto con amigos almorzaba en el restaurante Mar de Verdes, en Manantiales.

Existe otra razón objetiva para que aquí se desentiendan de esos cambios bruscos: desde las familias hasta los adolescentes que llegan a Punta del Este acopian dólares y fijan su presupuesto para gastos de antemano en la divisa estadounidense, con lo cual si al final de las vacaciones lo gastado en su equivalente en pesos es mayor, la cantidad de dólares siempre será la misma. Así razonan en estas playas: los precavidos jamás cambian pesos argentinos. Primero pagan con tarjeta, alertados por la devolución del 18% de iVA en consumos turísticos como comer afuera y pagar hoteles. Claro que al cierre del resumen el monto en pesos será mayor, pero los dólares están para apaciguar sobresaltos.

Ya sea por el salto del casi 10% de anteayer en la cotización de la divisa estadounidense o su también súbita baja de hoy, al hacer cálculos hay una unanimidad en la percepción de costos: los precios para los consumos diarios (supermercado, salidas, restaurantes y ropa) corren parejos con los valores en la Argentina.

Hay excepciones: la nafta, los tragos en boliches y los tickets, siempre onerosos, para fiestas y diversión. Y, por supuesto, los alquileres (ya pagados en dólares).

Con un promedio de ocupación del 90% para las 18.000 plazas hoteleras y la oferta de más de 250.000 camas del rubro inmobiliario (sin contar las casas ocupadas por sus propietarios), los picos de alquileres ya ocupados esta temporada trepan al 98% al cruzar ese límite natural que es el puente de La Barra. Desde ahí hacia el Este, incluyendo al departamento de Rocha, la costa uruguaya luce con lleno casi total y presencia de argentinos en un 80%.

Pero el cartel de “completo” lo ostenta José ignacio, que ya en septiembre pasado se jactaba de ser el enclave más deseado entre mayoría de argentinos de altos ingresos y, en menores proporciones, de brasileños y norteamericanos.

¿Los ausentes allí? Los europeos y las estrellas internacionales de alto perfil, a excepción de Carolina Herrera. Ahora, la postal es bien rioplatense y con acento porteño, según consignó ignacio Ruibal, de la inmobiliaria homónima y quien concentra el grueso de las operaciones en el ex bastión de pescadores.

Si el piso de un alquiler por quincena para una familia tipo arranca en los US$ 6000 en La Barra y se incrementa a US$ 8000 en algunos de los seis barrios satélite de José ignacio como La Juanita (en el casco los valores parten de los US$ 16.000 y llegan a los US$ 100.000 para las grandes residencias sobre el mar), tanto la península como La Mansa se ufanan de ofrecer valores competitivos en relación a Pinamar o Cariló. Parten de los US$ 2500, incluyendo los últimos días de este mes, cuando se concentra el grueso de argentinos, que ya producen embotellamientos en muchos accesos. Incentivos fiscales

instalado en Punta Piedras hasta el 22, Santiago Caniggia Bengolea, de 41 años, que trabaja en un fondo de inversión y en energías renovables, dice: “No es un disparate lo que subió. La Argentina, que está muy cara en dólares, tiene además una economía inflacionaria. Y hasta el dólar futuro tenía este mismo precio ($ 19,20 por dólar) en junio pasado, con lo cual no hubo sorpresas. Además, acá hay incentivos fiscales que redundan en precios muy competitivos”.

Hasta para los millennials, la suba no tiene gran impacto. Carla López, de 26 años, se hospeda con amigas en un hostal y, precavidas, llenaron el auto con cervezas, fernet, pastas, atún, vodka y víveres. “Creíamos que no íbamos a poder comer afuera y acá nos ves”, dice, mientras almuerza en Keep Rolling, un rito que repiten al menos una vez al día.

Por una pizza gourmet (150 pesos argentinos), una milanesa con papas fritas ($ 280) y limonadas ($ 120), que pagan con la tarjeta de un conocido banco, con la que obtienen un 20% de descuento, reciben además el descuento del iVA uruguayo. Las cuentas les cierran, siempre que sean en lugares de precios accesibles.

La devaluación del peso también tuvo un impacto suave en las pizarras de las casas de cambio. “La variación de ayer a hoy fue de cinco puntos para el peso argentino y la divisa estadounidense aquí se mantuvo igual, a 28,10 pesos uruguayos por dólar”, señalaron en Cambio Maiorano.

Mientras tanto, Punta del Este le saca el jugo a su buena estrella: una temporada con récord de argentinos dispuestos a pasar por alto cualquier devaluación. A lo sumo, dicen los veraneantes, habrá que restringir consumos. Sol, kilómetros de playa, seguridad y glamour, afirman, no tienen precio.

Fuente: La Nación