Proponen una reforma tributaria para bajar los costos

El Gobierno presentó ayer los principales lineamientos de su proyecto de reforma tributaria, que tiene por objetivo la mejora de la competitividad de la economía argentina, el aumento de la inversión privada y la creación de empleo.

En una conferencia de prensa, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, enumeró ayer los cambios propuestos para reducir la carga impositiva del sector privado en el equivalente al 1,5% del PBI: disminuir Ganancias, el impuesto al cheque y las contribuciones patronales, entre otros. Al mismo tiempo, pretende seguir bajando el rojo fiscal. Esto último implica que no sólo recortará impuestos: algunos sectores deberán pagar más. En ese sentido, varios de los que sufrirán un incremento de los impuestos internos manifestaron ayer su descontento.

Con el objetivo de mejorar la competitividad de la economía, impulsar nuevas inversiones productivas y crear más empleo, el Gobierno presentó ayer en público el proyecto oficial de reforma tributaria.

La iniciativa, que será enviada en dos semanas al Congreso, contempla una reducción de la presión impositiva al sector privado equivalente a 1,5 puntos del PBI en cinco años, lo que “aportará previsibilidad”, según señaló en conferencia de prensa el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, junto al viceministro, Sebastián Galliani, y el subsecretario de Ingresos Públicos, Andrés Edelstein.

Con el desafío por delante de reducir el déficit fiscal (4,2% del PBI a fines de este año) y rebajar la presión tributaria de más de 30 puntos del PBI, el Gobierno modificará varios impuestos, entre ellos, aportes y contribuciones de la seguridad social, impuesto a las ganancias corporativas y personales, IVA, créditos y débitos, Ingresos Brutos, sellos y eliminación de aduanas internas; impuestos internos, ambientales sobre los combustibles y a la transferencia de inmuebles.

Además, el Ejecutivo planea gravar los servicios online que compran los argentinos al exterior (como Netflix y Spotify), se eliminará una exención a la renta financiera para algunos activos, habrá leves cambios en el monotributo (que no contemplan ni los montos ni las escalas actuales) y se ampliará la deducción para los autónomos. Según el Gobierno, la reforma le costará al Tesoro nacional un 0,3% del PBI anual (un 1,5% acumulado en cinco años) y “aumentará los recursos coparticipados a las provincias”. Incluso –dijo Dujovne–, el crecimiento de la economía y de la base tributaria gracias a los cambios propuestos podría implicar un costo “neutro” de la reforma.

Luego de la conferencia, Dujovne presentó la iniciativa, inspirada en los cambios propuestos en Chile y Uruguay, frente a legisladores de todos los partidos. “Ahora hay que empezar el diálogo”, dijo el ministro de Hacienda. “Hay fuertes expectativas de que hay diferentes fuerzas que apoyarán este cambio”, agregó.

Hubo detalles en casi todos los cambios propuestos, aunque escasearon en lo que respecta al principal reclamo de los empresarios: Ingresos Brutos, que depende de las provincias. Ante la consulta de la nacion, Dujovne aseguró que se debatirá una “pronunciada rebaja de las alícuotas” con las provincias. “Lo que más nos preocupa es el impacto

en las actividades intermedias, en el proceso productivo y no tanto en el consumo final”, dijo como pista.

A pesar de que no dio detalles, en la información divulgada por el Gobierno se filtró una intención con el “distorsivo” impuesto en cascada. Según se informó, las alícuotas van actualmente de 0%a 8%. La propuesta oficial a los gobernadores será reducirlo a la mitad.

Sobre los cambios en las contribuciones patronales, el costo laboral no salarial en lenguaje oficial, se explicó que en la región tiene una alícuota promedio de 13,30% (17,37% a nivel global) . En la Argentina es de 17% a 21%. Tras los cambios que promueven llevarlo a 0% para salarios inferiores a $ 12.000 brutos en 2022 (en 2018 el mínimo sería $ 2400), el promedio sería de entre 0% y 19,5% (ésa sería la alícuota única). “La idea es generar incentivos para formalizar empleados”, indicó Dujovne.

Se plantea además reducir el impuesto a las ganancias corporativas de 35% a 25% para quienes no distribuyan y reinviertan sus dividendos (el promedio global de este impuesto es de 24,29%). Se suma una devolución anticipada de saldos a favor de IVA por inversiones y la posibilidad de tomar el impuesto al cheque como pago a cuenta de Ganancias en su totali–

dad en cinco años. No se elimina para beneficiar a las empresas que trabajan en la formalidad.

La propuesta lleva también la eliminación de una exención al cobro de Ganancias a la renta de activos financieros. Según Dujovne, esta medida no impactará negativamente en el sistema. Será por rentas obtenidas en plazos fijos o Lebac, entre otras. Un ejemplo: un plazo fijo de $ 300.000 con una tasa de 20% nominal genera ganancias anuales de alrededor de $ 60.000. Por el nuevo impuesto pagaría $ 400 anuales. Se duplicará la deducción especial para los autónomos (todavía quedará lejos de los asalariados) y se eliminará el impuesto a la transferencia de inmuebles (se gravará la ganancia obtenida de la venta de una segunda vivienda).

Además, se modificarán impuestos internos. Tendrían una alícuota de 0% productos tecnológicos como celulares y televisores (“para que los precios sean parecidos a los de otros países del mundo”, dijo Dujovne) y también para autos y motos de gama media. Subirán, en cambio, para aeronaves, embarcaciones y motos de alta gama (al 20%). También habrá alzas para productos “no saludables” como gaseosas azucaradas (las light quedarán exentas) y bebidas con alcohol (whisky, coñac, cervezas, vinos y sidras).