Por la división en la CGT, el paro fue mínimo y hoy habrá colectivos y trenes

La confirmación de la huelga que culmina este mediodía ahondó las divisiones en la entidad, que quedó otra vez a un paso de la ruptura. La UTA no se suma a la protesta.
Sumida en un profundo cuadro de división, con pases de factura y reproches cruzados y sin ningún control sobre la protesta callejera que estalló con violencia total alrededor del Congreso y en pleno centro porteño. Así la CGT emergió ayer en medio de una jornada compleja, en la que su reacción tardía contra el proyecto de reforma jubilatoria derivó en la constatación de un paro intrascendente, que registró mínima adhesión y no logró sumar a los gremios del transporte público, claves para garantizar la contundencia de cualquier medida de fuerza. Hoy, en la segunda parte de la huelga dispuesta, que culminará al mediodía, se repetirá la foto: salvo por los subterráneos, cuyo gremio anoche ratificó el paro, colectivos y trenes garantizaron un funcionamiento normal de los servicios.
La baja participación que registró el paro, y que fue celebrada en la Casa Rosada, fue la muestra más acabada de la profundización del proceso de división puertas adentro de la central. Tras plantear sus cuestionamientos en la interna, desde los sectores de gordos e independientes rechazaron ayer públicamente la medida de fuerza anunciada por la mañana por el triunvirato de conducción, que componen Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña.
«No discutimos la legitimidad de la protesta, pero diferimos por completo en cómo exteriorizar los reclamos. Acá se abrió con el Ejecutivo una instancia de diálogo, y la lógica indicaba seguir discutiendo los temas inherentes a la clase pasiva, a través de una mesa de sustentabilidad. No convalidamos que nos empujen a una pelea sin sentido», acusó el dirigente José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), que integra el grupo de independientes junto a Gerardo Martínez (Uocra) y Andrés Rodríguez (Upcn), que ayer no se sumaron al paro. Y denunció: «Los encuentros de CGT se han venido poblando de dirigentes y de barras de militantes, ajenos al consejo directivo, que no permiten deliberar con normalidad. No se puede estar discutiendo con esa presión encima».
Esa misma posición esgrimieron referentes de los gordos (grandes gremios de servicios), que aseguraron que Daer fue el único referente del trío de conducción que se oponía al paro. «Pero como la medida ya estaba decidida por el resto, se ratificó con libertad de acción para que cada gremio definiera si adhería o nó», apuntó otro dirigente de ese sector, que expresa la postura más dialoguista hacia el Gobierno.
En cambio, los gremios más cercanos al moyanismo, junto con algunos sindicatos del transporte y dirigentes enrolados con el gastronómico Luis Barrionuevo defendieron la medida de fuerza. «No podemos quedarnos de brazos cruzados cuando le están metiendo la mano en el bolsillo a los jubilados», enfatizaron desde el sector. El único factor de consenso interno pareció surgir ayer para repudiar los episodios de violencia registrados en las inmediaciones del Congreso, una situación que la CGT atribuyó al accionar de «provocadores» que «nada tienen que ver con trabajadores, jubilados ni sindicatos».
FUENTE: El Cronista