Pese a la rebaja temporal de reducciones, los sojeros prefieren guardar su cosecha

Pese a la rebaja temporal de reducciones, los sojeros prefieren guardar su cosecha

Pese a la rebaja temporal de reducciones, los sojeros prefieren guardar su cosecha porque les parece demasiado bajo el dólar oficial. Las cerealeras dicen que no tienen stock propio. Y esto complica el plan para reforzar las reservas


Pese a los anuncios de rebaja temporal de las retenciones a la soja y sus derivados, los productores sojeros prefieren guardar su cosecha porque consideran que está muy bajo el dólar oficial. Ayer en Chicago, el precio de la soja llegó al máximo valor en dos años: US$ 385.

La efectividad de la reducción temporal de retenciones a la soja y sus derivados, que dispuso el Gobierno por un decreto que empezó a regir esta semana, está siendo puesta en duda por el mercado cerealero en su conjunto: los productores y los exportadores. Por ese motivo las liquidaciones de divisas no están levantando cabeza aún y el mercado cambiario sigue en temperatura “alta”, precisamente por la falta de dólares. Entre lunes y martes, las liquidaciones habrían quedado por debajo de los 40 millones de dólares.

En el sector agroexportador se apela a algunos tecnicismos del decreto que oficializó la reducción de las alícuotas, pero también a cuestiones más de fondo, para explicar por qué no aparecen los dólares.

En la práctica, dicen las cerealeras, los granos que se compren por ejemplo en octubre deberán despacharse en no más de 30 días

Entre las razones técnicas, el decreto 790/2020 publicado este lunes en el Boletín Oficial elimina una prórroga automática para los embarques de soja, que regía desde 2019.

En la práctica, dicen las cerealeras, los granos que se compren por ejemplo en octubre deberán despacharse en no más de 30 días, lo que supone enfrentar problemas serios de logística, porque este negocio funciona con otros tiempos, y los embarques se definen en función de la disponibilidad de camiones, acopio, barcos, de compradores externos y hasta de los precios -que por cierto están subiendo en forma sostenida en las últimas semanas.

“No es como llamar a un Uber, que en diez minutos lo tenés en la puerta de tu casa”, grafican. lo que puede ser una cuestión meramente técnica -aunque no menorqueda minimizada frente a una evidencia fácil de entender: los productores no quieren desprenderse de sus granos, no a este tipo de cambio oficial, aún mejorado por la reducción de tres puntos porcentuales.

El productor tiene su propia cuasimoneda, la soja, que como reserva de valor, a falta de dólares, es mucho mejor que el peso

El motivo está a la vista: los que vendan soja en octubre recibirán 54 pesos por cada dólar, mientras en el mercado financiero legal el dólar oscila en torno a los $ 150 pesos, y los minoristas bendecidos con el permi so para comprar dólar ahorro lo pagan $ 136.

Para decirlo sencillo: el productor tiene su propia cuasimoneda, la soja, que como reserva de valor, a falta de dólares, es mucho mejor que el peso. No es difícil de entender.

Bien podría decirse que hoy la traba que frena la liquidación de divisas es la brecha cambiaria, más que el nivel de las retenciones. Y la cuestión brecha pasa a primer plano cuando se habla, con fundamento o no, de que la próxima movida cambiaria es un desdoblamiento cambiario. O cuando el ministro de Agricultura habla abiertamente de una posible devaluación “a la vuelta de la esquina”.

Si la cerealera vende sin autorización del dueño de los granos, puede ocurrir lo de Vicentín

Ante el reclamo de funcionarios a las cerealeras para que activen las liquidaciones, las empresas, además de mencionarles las dificultades logísticas, expresaron que tienen poco stock propio. Ocurre que los granos pueden estar acopiados en las cerealeras o en su red de acopiadores, pero el grueso de esa cosecha no tiene precio fijado, y por lo tanto sigue siendo propiedad del productor.

Hasta que este no se ponga en contacto con el acopiador y le comunique que vende tantas toneladas a un precio determinado, ese grano no se puede tocar. Si la cerealera vende sin autorización del dueño de los granos, puede ocurrir lo de Vicentín…

Pese a este panorama desalentador -desde el punto de vista de las necesidades oficiales- en el sector igual no se descarta que de acá a fin de año se pueda llegar a una liquidación de divisas cercana a los 3.000 millones de dólares. Es un monto, como publicó

Acorde a las estadísticas históricas de los agroexportadores. En el cuarto trimestre del año se suele liquidar entre el 15 y el 20% del total anual de liquidaciones.

Este año se proyecta que CIARA-CEC volcarán unos US$ 18.000 millones.

El ritmo de liquidación de divisas tiene un patrón bastante estable. En base a los datos históricos acumulados desde 2002 -cuando se reimplantaron las retenciones tras el estallido de la convertibilidad y la fuerte devaluaciónlas cifras de CIARA-CEC indican que entre octubre y marzo se liquida el 40% de la cosecha, y entre abril y septiembre e otro 60%. Los meses más bajos son febrero y noviembre. Los más altos, mayo y junio.

En una coyuntura tan particular como la actual, el problema adicional es que los productores se guardan los granos, además, porque perciben que el ritmo de devaluación incluso del dólar oficial se acelera y más que compensa la reducción de tres puntos de las retenciones.

Y por ahora parecen estar cómodos con la soja en su poder y pocos pesos en sus billeteras.

Fuente: Clarín