Pesce sobre suba de paralelos: son maniobras especulativas

Pesce sobre suba de paralelos: son maniobras especulativas

Al inicio de la crisis del Covid-19, la necesidad de liquidez de las empresas forzó a que las cotizaciones paralelas del dólar descendieran, ya que tuvieron que vender parte de sus reservas en moneda estadounidense para hacerse de pesos. Pero ese período caducó. La fuerte emisión monetaria que está llevando adelante el Banco Central se empezó a ver reflejada esta semana en las cotizaciones del “contado con liqui” y del “dólar Bolsa” o MEP, que ayer cerraron en $107 y $106, respectivamente. De acuerdo con especialistas consultados, el salto del tipo de cambio libre simplemente refleja la expectativa de que la enorme emisión de los últimos meses terminará conduciendo a una mayor inflación durante los próximos trimestres. “A pesar del cepo cambiario y de los controles de precios, en esta dinámica inestable el riesgo de filtración a los precios es alto”, advirtieron. En tanto, el Banco Central decidió ayer poner en marcha una fuerte absorción de pesos por medio de las Leliq: vencían $ 120.000 millones y la entidad que preside Miguel Pesce adjudicó $ 300.000 millones a una tasa de 38%


La crisis actual se reflejó esta semana, entre otros aspectos, en las cotizaciones paralelas del dólar, las cuales marcaron subas importantes y pasaron el umbral psicológico de los $ 100. De esta manera, ampliaron la brecha respecto a la cotización oficial. Ayer, el contado con liquidación (CCL o “contado con liqui”) trepó a $ 107, mientras que el “dólar Bolsa” o MEP ascendió a $ 106. “Lo que pasó en los últimos días con el tipo de cambio implícito era algo que veníamos esperando, aunque sorprendió un poco la velocidad con la que ocurrió”, afirmó Adrián Yarde Buller, economista jefe del Grupo SBS, que señala que al inicio de la crisis de la pandemia la necesidad de liquidez de las empresas fue lo que hizo que las cotizaciones inicialmente descendieran, ya que tuvieron que vender dólares para hacerse de pesos. “Pero este efecto fue más bien transitorio y era cuestión de tiempo hasta que el tipo de cambio reflejara tanto el deterioro de las condiciones externas como el fuerte relajamiento de la política monetaria, con el Banco Central emitiendo para financiar al Tesoro Nacional y dando liquidez al sector bancario para evitar una dinámica disruptiva en la cadena de pagos”, indicó. De acuerdo con el especialista, el salto del tipo de cambio implícito simplemente refleja la expectativa de que la enorme emisión monetaria de los últimos meses termine llevando a una mayor inflación en los próximos trimestres. “Más allá de esto, siempre es importante recordar que el mercado cambiario mayorista es la principal referencia para la formación de expectativas, por lo que la clave pasará por lo que pueda hacer el Banco Central en ese mercado y no tanto por lo que suceda en otros”, aseveró Yarde Buller.

“Pensando en lo que vendrá, la mayor emisión monetaria deberá ser tarde o temprano acompañada con una mayor depreciación del tipo de cambio mayorista si el Banco Central quiere evitar que se profundicen los desequilibrios.

Mientras tanto, los instrumentos de esterilización pueden servir para controlar un poco más la brecha cambiaria y tratar de evitar que los mercados cambiarios libres se conviertan en una referencia más fuerte para las expectativas”, sostuvo.

Por su parte, Federico Furiase, director del Estudio EcoGo, describió al escenario actual del dólar libre como una “tormenta perfecta”: alta expectativa de emisión monetaria para financiar el mayor agujero fiscal que se aproxima; bancos que bajaron fuertemente las tasas pasivas frente a la presión del Banco Central por el desarme de las Leliq; la inyección de liquidez para que se reactive el crédito en un momento en el que los bancos no tienen garantías; altos vencimientos de bonos en pesos; incertidumbre en torno a la negociación de la deuda externa.

Además, siguiendo su análisis, las empresas se encuentran con incentivos para tomar pesos a tasas reales negativas para salir por contado con liqui o MEP, mientras los ahorristas no ven atractiva la tasa de plazo fijo en un contexto de expectativas de inflación en incremento y los exportadores tienen también incentivos para tomar pesos a dichas tasas reales negativas y esperar la decisión de exportar mientras se amplía la brecha. “A pesar del cepo cambiario y de los controles de precios, el riesgo de filtración a precios es alto en esta dinámica inestable. El Banco Central está en un dilema difícil, pero hoy la urgencia es frenar la escalada de la brecha.

El problema es que ya la herramienta de la tasa no es suficiente”, afirmó Furiase en diálogo con este medio. “Esperemos que la política entienda que en este contexto más que nunca es necesario que la negociación de la deuda en dólares sea exitosa y no se termine en un hard default de la deuda”, agregó. “La destrucción de la tasa de interés es la raíz de todo esto”, apuntó Mauro Mazza, jefe de investigación de Bull Market Brokers. “Y con pausas y bajones que tengamos, creemos que la brecha, que corresponde con una tasa real negativa de veinte puntos porcentuales y un déficit primario de siete puntos porcentuales del PIB, no es de 50%, sino algo más cercano al 75% u 80%. Pero habrá momentos de apreciación del peso y momentos de fuerte depreciación”, estimó. Mazza señala que con estos niveles de emisión y tasas de interés es irremediable un problema serio de brecha. “Los tiempos se van acotando apresuradamente.

Tenemos inflación retenida por al menos 50% en esa brecha de 65%. Hoy, incluso, algunos en el mercado comenzaron hablar si esto a largo plazo, a 36 meses, probablemente termine en alguna clase de ‘tragedia’ que nos obligue a dolarizar. Estas brechas nunca terminaron bien en Argentina. Preocupa seriamente”, resaltó. En tanto, el Banco Central decidió ayer poner en marcha una fuerte absorción de pesos por medio de las Leliq. En la jornada de ayer vencían $ 120.000 millones y la entidad que preside Miguel Pesce adjudicó $ 300.000 millones, manteniendo la tasa de 38%.

Fuente: El Economista