Para los economistas, el FMI podría aceptar una meta fiscal más flexible

Para los economistas, el FMI podría aceptar una meta fiscal más flexible

En una entrevista en AM 750, el ministro Hernán Lacunza consideró que “queda tiempo suficiente para avanzar” porque “una negociación de deuda normal no puede llevar más de dos o tres meses”, y planteó que “la prudencia fiscal debe ser una de las condiciones de un programa consistente”, al tiempo que indicó que “hay reservas para cuatro o cinco meses de vencimientos”.

Según publicó Perfil, este fin de semana, para no quedar endilgado como responsable del fracaso del acuerdo con Argentina, el FMI podría ser más flexible en la exigencia de la magnitud del ajuste fiscal en la primera etapa de un nuevo convenio que reemplace al stand by de tres años firmado a mediados de 2018 por un programa de facilidades extendidas que estire ocho o diez años los plazos de pago a cambio de reformas estructurales.

Guido Lorenzo, de LCG, señaló que “el FMI tiene la idea de que si explota el país va a ser un fracaso que les adjudicarán a ellos, entonces quizás se muestre un poco más flexible, y en lugar de déficit cero este año se termine con 1,5%, y en 2020 te permita un desequilibrio de 0,5% en vez de que haya superávit”. Conjeturó que inicialmente el ajuste sea por ingresos “y el FMI pida suba de retenciones”.

En la misma sintonía, Fernando Baer, de Quantum, especuló que “en una primera etapa el ajuste podría venir más que nada por el lado de los ingresos, y que sea menos agresivo por el lado del gasto” y queden para “otra etapa las reformas estructurales o cuestiones de erogaciones para alcanzar un resultado fiscal primario que sea consistente en términos de deuda” porque en la renegociación “los acreedores van a requerir un sendero de sostenibilidad que muestre las capacidades de pago que tiene Argentina y eso necesita ser acordado con el FMI”.

Matías Rajnerman, de Ecolatina, argumentó que en la práctica para 2020 “no hay meta fiscal, porque casi todos los desembolsos del FMI están hechos, y ahí está un poco la jugada. Keynes decía que cuando le debés 10 mil a un banco vos tenés un problema, pero cuando le adeudás 10 mil millones, el banco tiene el problema, porque si no le pagás, quiebra”. Bajo esa óptica, razonó que “si el FMI deja caer a Argentina, va a estar en un problema porque no va a cobrar, y Fernández está especulando un poco con eso, y creo que es una estrategia correcta”.

Para Martín Kalos, de Elypsis, “todo es una negociación política en el directorio del FMI; el organismo a veces privilegia esas decisiones a un argumento técnico”. Igual, cree el FMI “exigirá responsabilidad fiscal en el marco de una renegociación de la deuda, pero puede haber un gradualismo en el ajuste dado el punto de partida que deja Macri”.

En tanto, Mauro Mazza, de Bull Market Broker, coincidió en que puede pesar más el factor político, sobre todo en un escenario de crisis regional: “Estados Unidos hace juego político, a Trump no le importa si le devuelve en cinco o diez años el préstamo. Si se llevan bien con él, la van a tener más fácil”. En ese sentido, Mazza abrió un interrogante sobre ese posible apoyo por los gestos políticos de Fernández “sobre todo en un tema tan sensible como el venezolano”.

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