Para el Ciudad el inicio de 2019 es «positivo en el plano financiero”

Para el Ciudad el inicio de 2019 es «positivo en el plano financiero”

Con un contexto global más favorable, que impulsa una mayor demanda de activos de economías emergentes, incluyendo a Argentina, conjugado con una mejora de las cuentas externas y altas tasas de interés domésticas, dice el Banco Ciudad, “la plaza cambiaria local opera con tranquilidad y, de hecho, el tipo de cambio comenzó el año con una presión bajista, la cual llevó a perforar la banda inferior de la ‘zona de no intervención’ y disponer las primeras compras de dólares del BCRA desde el lanzamiento del nuevo esquema monetario”.

El Informe Económico Semanal del Banco Ciudad, número 479, asimismo expresa, “los pesos volcados al mercado como contrapartida de las compras de reservas le están dejando margen a la autoridad monetaria para que renueve sin mayores inconvenientes los vencimientos de Leliqs, retomando una gradual tendencia a la baja de la tasa pagada por estos instrumentos, tras la estabilidad verificada en diciembre”.

Si bien el BCRA mantendrá la cautela en su política de compra de divisas y, por ende, de baja de tasas (considerando que tal como fue anunciado las licitaciones serán de hasta US$ 50 millones por día, con una inyección de pesos acumulada mensual que no podrá exceder el 2% de la meta original de Base Monetaria), “el inicio del año ha sido positivo, consolidándose la distensión iniciada tres meses atrás en la plaza financiera doméstica”.

El informe

En lo que hace a los acontecimientos a nivel global, a pesar de que aún persisten riesgos, dos elementos que habían generado tensiones durante 2018, incidiendo sobre los flujos de capitales hacia los mercados emergentes y la Argentina (como el rumbo de la política monetaria en los EE.UU. y la disputa comercial entre este país y China), han venido mostrando signos de distensión. A ello se sumó el “efecto Bolsonaro” en Brasil, en la medida que tras la asunción del nuevo presidente se aceleró el ingreso de capitales al vecino país, presionando a la baja la cotización del Real, lo cual siempre quita presión en la plaza cambiaria a este lado de la frontera. En Estados Unidos, si bien la Reserva Federal subió nuevamente la tasa de referencia en su última reunión en diciembre pasado, ha venido señalando también un cambio hacia una posición más cauta en el futuro, a partir de indicadores que apuntan a una desaceleración en el crecimiento de la economía norteamericana. Esto se ha traducido, a su vez, en expectativas de menores presiones inflacionarias y por ende menores subas en la tasa de referencia durante el corriente año, y en un descenso en la tasa del bono del Tesoro a 10 años, cuyos incrementos a lo largo de 2018 habían gatillado salidas de capitales de los mercados emergentes, alimentando la corrida cambiaria a nivel local. En paralelo, también se observan avances en las negociaciones comerciales entre los EE.UU. y China, cuyas delegaciones comerciales se encontraron esta semana en Beijing, despejando temores sobre el impacto que una eventual guerra comercial entre ambas naciones podría tener sobre la economía global.

El mayor apetito por riesgo, que dio aire a las bolsas en los EE.UU. y otras economías desarrolladas y emergentes, también incidió a nivel local, impulsando los precios de acciones y títulos públicos. El índice Merval, que resume el comportamiento de las principales acciones de la bolsa local, experimentó una suba de 20% en poco más de 2 semanas, volviendo a niveles de septiembre, al tiempo que la prima de riesgo país, medida por el índice EMBI+, retrocedió hasta los 706 puntos básicos, luego de haber alcanzado un máximo de 832 puntos a fines de diciembre.

Acompañando esta tendencia, el peso también se apreció, aunque en un contexto en el que ya venía mostrando una mayor fortaleza desde la implementación del nuevo esquema de política monetaria. Ello se conjuga, además, con un marco más general de normalización de las cuentas del sector externo, donde se observa una sensible mejora del balance comercial, acompañado por una menor demanda de dólares para atesoramiento y por turismo (en noviembre el arribo de turistas extranjeros por vía aérea se incrementó un 12%, mientras que la salida de argentinos al exterior se redujo un 20%), al que ahora se agrega el inicio de las liquidaciones de la cosecha de trigo.

Más concretamente, durante los primeros días de la última semana, la cotización del dólar pasó a moverse prácticamente sobre la banda inferior de la “zona de no intervención”, perforándola luego el jueves y el viernes, a pesar de las compras de divisas realizadas por el BCRA. Con un piso de la “zona de no intervención” en $37,36 el jueves, el tipo de cambio contra el dólar llegó a cotizar en un mínimo de $37,08 al cierre de la jornada, 0,7% por debajo del límite inferior de la banda cambiaria, pese a la licitación para la compra de USD 20 millones por parte del BCRA. Luego, el viernes, el BCRA licitó otros USD 40 millones, pero la cotización siguió manteniéndose por debajo del piso de la banda ($37,38), promediando $37,10 en la jornada y tocando mínimos de $36,9.

Como contrapartida de dichas compras de divisas, el Banco Central volcó al mercado $2.230 millones y, en línea con lo que prevé el actual esquema monetario-cambiario, los pesos inyectados por este tipo de intervenciones (orientadas a sostener el tipo de cambio nominal e incrementar las reservas internacionales) se tradujeron automáticamente en un aumento de la meta de Base Monetaria, en la medida que refleja una mayor demanda de dinero. Para el mes de enero, el impacto de esas dos operaciones implicó un aumento de la meta de Base Monetaria de $1.534 millones ($529 millones por los 22 días restantes de los 31 días del mes para la operación del jueves, más $1.005 millones por 21 días en el caso de la del viernes), mientras que en los meses subsiguientes el efecto sobre la meta será pleno, por $2.230 millones. Esto le permitió al BCRA continuar renovando sin mayores inconvenientes las subastas diarias de Leliqs durante la última semana, reduciendo incluso la tasa pagada por estos instrumentos, la cual tocó 58,1% el día viernes, tras mantenerse estable en torno al 59% durante todo el mes de diciembre.

En síntesis, con un contexto global más favorable, que impulsa una mayor demanda de activos de economías emergentes, incluyendo a la Argentina, conjugado con una mejora de las cuentas externas y altas tasas de interés domésticas, la plaza cambiaria local opera con tranquilidad y, de hecho, el tipo de cambio comenzó el año con una presión bajista, la cual llevó a perforar la banda inferior de la “zona de no intervención” y disponer las primeras compras de dólares del BCRA desde el lanzamiento del nuevo esquema monetario.

Asimismo, los pesos volcados al mercado como contrapartida de las compras de reservas le están dejando margen a la autoridad monetaria para que renueve sin

mayores inconvenientes los vencimientos de Leliqs, retomando una gradual tendencia a la baja de la tasa pagada por estos instrumentos, tras la estabilidad verificada en diciembre. Si bien el BCRA mantendrá la cautela en su política de compra de divisas y por ende de baja de tasas (considerando que tal como fue anunciado las licitaciones serán de hasta USD 50 millones por día, con una inyección de pesos acumulada mensual que no podrá exceder el 2% de la meta original de Base Monetaria), el inicio del año ha sido positivo, consolidándose la distensión iniciada tres meses atrás en la plaza financiera doméstica.