Otra vez el coronavirus, la pelea irresuelta en Seguridad y la actividad en Diputados encabezan la agenda política

Otra vez el coronavirus, la pelea irresuelta en Seguridad y la actividad en Diputados encabezan la agenda política

El coronavirus volvió a colocarse como punto destacado de la agenda política. Fuentes del Gobierno transmiten dos mensajes a la vez, que exponen, por un  lado, preocupación sanitaria por la escasa o irregular provisión de vacunas, y por el otro, la necesidad de colocar el tema al frente de una agenda que le cuesta dominar. En sentido contrario, se destacan problemas propios, como la batalla en el área de seguridad, o las señales confusas en materia de negociación con el FMI. Eso por momentos eclipsa otros movimientos del oficialismo, como el avance con la modificación del impuesto a las Ganancias.

El Gobierno dejó trascender que en las próximas horas, Alberto Fernández firmará un Decreto de Necesidad y Urgencia para establecer nuevas medidas frente al coronavirus, luego de una cadena nacional -el jueves último- que no incluyó anuncio alguno y finalmente quedó centrada en tratar de justificar los problemas por la falta de dosis suficientes, para acelerar la vacunación antes de que lleguen los primeros fríos.

El Presidente recibió la semana pasada informes sobre la evolución del virus y en particular acerca de la variante conocida como cepa de Manaos. Esos trabajos sintetizan información sobre la mayor velocidad de contagio y mayor letalidad, en base a informes que además refieren a la experiencia del Reino Unido.

El DNU impulsaría un más estricto control de fronteras, especialmente con Brasil y Paraguay, algo que no resulta sencillo por la cantidad de cruces ilegales o informales. También se establecería una reducción mayor de los vuelos al exterior. Y para desalentar el turismo de argentinos fuera del país, se impondría una cuarentena para el regreso, en hoteles, con costos a cargo de los viajantes. Este último punto podría generar controversias judiciales.

En paralelo, se analiza otra vez la posibilidad de adoptar un esquema que privilegie una primera aplicación de vacunas y postergue la segunda etapa, algo que en el caso de la Sputnik V demandaría reprogramar las entregas, ya complicadas, porque se trata de una vacuna de dos dosis diferentes y no de refuerzos con el mismo componente.

El Gobierno enfrenta en paralelo la necesidad de aplacar sus peleas internas. Con costo personal para el Presidente, produjo un cambio al frente del ministerio de Justicia con la salida de Marcela Losardo y la llegada de Martín Soria. Sin embargo, de manera sorpresiva se produjo un nuevo enfrentamiento entre el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, y la ministra nacional, Sabina Frederic.

Eso provocó fuerte impacto en el oficialismo. Frederic recibió muestras de apoyo en el gabinete nacional. Y Berni, alineado con Cristina Fernández de Kirchner, fue ratificado en el cargo. Sin embargo, crecieron las especulaciones según las cuales se trata de un cuadro provisorio.

Esta semana, en tanto, el oficialismo espera aprobar en Diputados el proyecto de modificación del impuesto a las Ganancias. Es una iniciativa que, se descuenta, tendría efecto positivo porque alivia o anula las cargas de trabajadores en relación de dependencia y jubilados. Aún con diferencias, cuenta con el respaldo de Juntos por el Cambio y otros sectores. También se avanzaría con el proyecto sobre el régimen de monotributo.

En cambio, hay señales de cierta inquietud para el Frente de Todos en otro terreno. Algunos sectores que acompañaron varias iniciativas del Gobierno y JxC convocaron a una sesión especial de Diputados para tratar la prórroga al régimen de biocombustibles. Ese tema divide posiciones incluso en algunas franjas del oficialismo, y  por ahora el Gobierno traba su tratamiento.

El Frente de Todos ya dio señales de que intentará frenar el impulso opositor sin llegar al choque. Convocó para este lunes a la Comisión de Energía de la Cámara baja, con la intención de que funcionarios expliquen la posición oficial y se pueda ganar tiempo. La división entre aliados y algunas posturas críticas en el plano interno preocupan al Frente de Todos porque si avanza la sesión especial, sería un dato político en sí mismo.