Ortiz Batalla: “El sistema demostró fortaleza frente a la adversidad”

Ortiz Batalla: “El sistema demostró fortaleza frente a la adversidad”

Javier Ortiz Batalla, presidente del Banco Ciudad, dialogó en exclusiva con BANK MAGAZINE respecto a cómo se va a reconfigurar el sistema bancario en medio de las crisis económica y cambio de conducción política a nivel nacional. Economista, doctorado en la Universidad de California, enfatiza que la entidad que dirige se está federalizando, mientras lleva adelante el cambio tecnológico más importante de los últimos treinta años para la institución. Asimismo menciona que el Ciudad ganará este año más de $8.500 millones -sin revalúos-, y que parte de esas utilidades vuelven a la Ciudad para fines sociales. 

Por Mariano Jaimovich

-¿Qué balance realiza del sistema bancario?

-El contexto macro que nos tocó fue difícil porque hubo muchos desequilibrios iniciales, macro y micro económicos, de desajustes fiscales y en la estructura de precios relativos. Lo bueno es que, como aspecto diferencial de estos años respecto de lo ocurrido en 1982, 1995 o 2002 por ejemplo, la crisis cambiaria no vino asociada a una crisis bancaria. Diría que eso estuvo sustentado en cuatro principios claros. Uno es que este proceso se inició con un nivel de mora muy baja, que si bien ha venido subiendo gradualmente, está muy lejos de los de otros momentos de crisis bancarias. Hoy la mora es apenas superior al 4%, un poco más alta en individuos que en empresas. Incluso, el nivel es muy bajo en hipotecarios, donde en UVA es del 0,4% y en el resto de las líneas 0,7%. Ese fue uno de los pilares sólidos del sistema.

El segundo pilar es que hay una adecuada liquidez, que en pesos es del 64%. Es decir, 2 de cada 3 pesos que tienen los bancos está en activos líquidos. Y en dólares es de 55%, muy alto.

El tercer factor importante, que es bastante curioso, es que a pesar que venimos de casi 8 años de estancamiento en términos absolutos, la rentabilidad del sistema, si bien fue negativa en términos reales, estuvo en niveles aceptables, apenas por debajo de la inflación. Finalmente, sólo se le prestan dólares a los que generan dólares, exportadores o más recientemente a sus proveedores directos, entonces esto da solidez por ese lado al sistema. Es decir, hay un calce de los préstamos en moneda estadounidense. Estos pilares permitieron afrontar la caída de un 12% de los depósitos en pesos y de un 40% en dólares. Se pudieron desarmar los encajes y parcialmente los préstamos en dólares, y creo que es algo que debemos destacar.

¿Cómo ve que se sustente esto en el mediano y largo plazo con el nuevo Gobierno?

-Hoy uno tiene cierta incertidumbre acerca de cuáles van a ser las políticas futuras, pero para mí es muy importante que se tome en cuenta la solidez del sistema. El desarme de las Leliq es importante que ocurra de forma gradual. Esto se debe a que hoy casi un 70% de los plazos fijos tienen por detrás como sostén a las Leliq. Sobre todo porque viene bajando fuerte la tasa de interés y los plazos fijos también cayeron en su rendimiento y este tema es hoy de mucha menor magnitud que algún tiempo atrás. Hoy el stock de Leliqs apenas supera el 2% del PIB, mientras que en algún momento su antecesor, las Lebacs, alcanzaban casi el triple.

-¿Hubo impacto de este retroceso en la renta en las colocaciones de la gente?

-Ese es el tema, tiene que ser gradual el desarme (de Leliq) sino, en un sistema con falta de anclas, el riesgo es que las brechas cambiarias aumenten y eso erosione el sistema cambiario que se tiene. A futuro, hay que tener en cuenta que el sistema bancario ha amortiguado la crisis y hay que tratar de mantenerlo sano y no tomar medidas abruptas que lo pongan en riesgo y, por lo tanto, aumente la demanda de dólares, poniendo un riesgo adicional en el sistema.

-En este contexto, ¿cuáles van a ser los pilares para el negocio de los bancos para poderse sostener?

-Creo que el sistema bancario se va a manejar con mucha prudencia como lo ha hecho hasta ahora, entendiendo que tiene que ser un amortiguador de la crisis, no un amplificador. Para ello tiene que haber una combinación de políticas económicas en base a un plan integral, que incluya un ataque al tema fiscal, que contemple reformas estructurales y que, en el plano bancario, apunte a mantener la estabilidad y a generar una expansión genuina del crédito desde los muy bajos niveles actuales. Hay un gran potencial de crecimiento con las políticas adecuadas. De hecho, el crédito a empresas viene creciendo en estos últimos meses a tasas de dos dígitos.

-¿Qué aspectos son centrales para que la transición con el nuevo gobierno sea ordenada?

-Para una transición ordenada, el actual gobierno en materia económica tuvo dos actitudes centrales desde agosto: una fue asegurar la devolución de los depósitos en dólares, y lo segundo mantener la estabilidad cambiaria. No perder el control del ancla es muy importante para una economía dolarizada porque es una referencia para la mayoría de los precios. Respecto al año que viene, se necesitarán más de u$s30.000 millones de financiamiento, entre pesos y dólares, así que es importante que desde el momento cero el gobierno entrante presente un programa consistente que tenga el apoyo de los ahorristas locales y de los inversores del exterior, junto con el acompañamiento de la oposición.

-¿Qué tipo de plan sería necesario para salir de esta crisis y que crezca el sistema bancario?

-El sistema financiero va a crecer mientras que el plan del nuevo gobierno apunte a bajar la inflación y a dar cierta estabilidad al mercado cambiario. Esto lo vimos mucho a fines de 2016, cuando el crédito inmobiliario pasó a crecer seis veces respecto a la inflación. Y el sistema financiero creció dos veces respecto a la suba de precios. También el acceso a los mercados internacionales y una actitud del Banco Central que evite introducir más regulaciones al sistema financiero, permitiéndole acomodarse a las circunstancias. En tanto, los bancos tienen que seguir contribuyendo al crecimiento, al desarrollo y a la inclusión social para conectar el ahorro de las familias con la inversión. Justamente, nuestros objetivos como Banco de la Ciudad son ser banca social y de desarrollo. Somos el tercer banco del país en cartera de préstamos hipotecarios, donde hemos ayudado a desarrollar barrios sociales con el IVC y Procrear. Pero para seguir desarrollando eso necesitamos estabilidad cambiaria porque las viviendas cotizan en dólares y la capacidad salarial para repagar de los clientes sabemos que se deteriora cuando el tipo de cambio aumenta.

-¿Es posible que el sistema UVA siga tras la volatilidad económica y las acusaciones que tuvo esta herramienta?

-Es un instrumento más. En el caso del Banco Ciudad, brindamos distintas alternativas que se ajustan a las características de cada deudor. La mora del UVA es muy baja y además el Gobierno dio facilidades a los tomadores para aliviar la situación, como extender hasta 25% el plazo de pago, pero cabe decir que muy pocos deudores lo han requerido. A la vez, las autoridades reaccionaron luego congelando temporalmente el valor de la UVA pero asegurando que la diferencia entre UVA y el coeficiente salarial no afecte a la hoja de balance de los bancos. Esto es muy importante porque brinda certidumbre a los bancos y a los inversores y podría permitir que en el futuro la rueda siga girando.

-Respecto al rol social, su entidad hizo bastante en bancarización…

-Hicimos mucho en términos de inclusión financiera y bancarización. Llegamos a unas 25.000 personas en los últimos cuatro años, trabajando con cooperativas, comerciantes informales y recuperadores urbanos. Dimos posnets gratuitos en ferias para que la gente se bancarice y use tarjetas; y también brindamos educación financiera y préstamos para que los microemprendedores tengan recursos financieros. De hecho, compramos la compañía de microcréditos Cordial, con lo cual somos la segunda firma del mercado en este tema. Asimismo, tenemos presencia en barrios de emergencia, donde hacemos un análisis sociodemográfico y utilizamos aplicaciones que a través de los teléfonos inteligentes nos permiten interactuar con los clientes y vecinos, y así llegamos a un público muy importante que con otros instrumentos no se accedería de manera tan efectiva. -¿Para las pymes qué estrategias han realizado? -Para el segmento de PyMEs y microempresas, donde tenemos el 95% de nuestra cartera corporativa, nos hemos enfocado en propiciar la accesibilidad al sistema financiero. Para ello llevamos adelante una estrategia de alianzas con 23

Sociedades de Garantía Recíprocas (SGR), de las cuales la principal es Garantizar, buscando que el proceso de aprobación de los créditos sea muy ágil. De esta manera, crecimos en este segmento de crédito comercial desde el noveno hasta el cuarto puesto a nivel nacional porque priorizamos a las PyMEs, sobre todo en momentos de crisis, ayudándolas, por ejemplo, a descontar cheques al 25%, la línea más competitiva del mercado para capital de trabajo. Esto nos permitió incorporar 5.000 nuevos clientes. Hoy tenemos cerca de un millón de clientes individuos y más de 11.000 empresas entre pequeñas y medianas, y 500 grandes, con un crecimiento de dos dígitos en este segmento, en los últimos cuatro años.

-La tecnología avanza mucho en el sector financiero, ¿cómo hacen para competir?

-La gente nos demanda calidad de servicio, y por eso en las últimas gestiones el Banco Ciudad se ha ido modernizando y ha expandido la banca electrónica. Asimismo, un objetivo alcanzado este año fue que el 80% de nuestros clientes, en las casi 100 sucursales que tenemos, esperen menos de 15 minutos para ser atendidos. Con ese fin se instalaron ordenadores de filas y controlamos por sucursal todos los tiempos de espera, de manera de reasignar mejor los recursos humanos. También incorporamos reconocidos especialistas del mercado al banco, como en el área de tecnología, por ejemplo, a la vez que promovimos el talento interno y un mejor clima organizacional que tuvo por resultado el ser reconocidos como la primera empresa pública en calificar al ranking de Great Place to Work. Pero diría que nuestro foco central estuvo en la parte tecnológica, y lo más importante que hicimos fue cambiar el sistema central del banco luego de 30 años. Este esfuerzo demandó 7 años y pudimos finalmente en febrero de este año implementar el moderno sistema COBIS. Esto nos da inmensas posibilidades de mejoras a futuro. Además cambiamos 400 dispositivos ATM y estamos diseñando un nuevo homebanking. De hecho, hoy en día el 90% de las transacciones monetarias se realizan sin concurrir a las sucursales.

-¿Cuáles son sus proyectos a futuro?

-En lo tecnológico vamos a desarrollar para fines de 2020 un nuevo homebanking de individuos junto con Link, para que se puedan realizar muchas más operaciones y que sea una plataforma más ágil y amigable. También trabajamos en un nuevo y muy mejorado HB de empresas que estará listo el próximo año. Más allá de eso, se van a seguir expandiendo las sucursales, a razón de cinco nuevas por año para los próximos cuatro años, y seguramente llegar a tres provincias más. Ya estamos en Córdoba, Río Cuarto, Mendoza, Tucumán, Salta y la próxima será Neuquén. Se continuarán fortaleciendo las áreas de negocio para ser organizador de préstamos sindicados, de manera de seguir trabajando con otros bancos de manera de conseguir escala y financiar proyectos de mayor profundidad y más complejos. Entre los planes a futuro, afinaremos más la mirada sobre los sectores estratégicos que tienen mayor potencial de crecimiento y exportación, como el turismo, hotelería, contenidos audiovisuales y videojuegos, por citar sólo algunos ejemplos. En esto se está trabajando en conjunto con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en la selección de dichos sectores con alto potencial para el desarrollo. En resumen, el objetivo es ubicar al Banco Ciudad entre los mejores bancos del sistema, con liderazgo en diferentes pilares, como préstamos hipotecarios, desarrollo de sectores estratégicos y pymes, banca digital, atención al cliente y gestión pública de excelencia.