El Gobierno instalará pilotes, cámaras y realizará un recambio de policías, en el marco del aumento de medidas de seguridad en torno de la Casa Rosada.
Los llamados bolardos, que ayer aparecieron en el frente del histórico edificio, y el cambio en la mayoría de los efectivos de la Policía Federal que custodiaban la Casa de Gobierno hasta hace poco, conforman la respuesta del oficialismo al ataque que un automovilista aislado llevó a cabo la madrugada del 21 del mes pasado. Una incursión solitaria que llegó a atravesar las rejas de Balcarce 50 y puso en jaque todo el sistema de seguridad presidencial.
Desde la secretaría general de la Presidencia, que encabeza Fernando de Andreis, afirmaron que aquella insólita incursión determinó la colocación de los topes fijos de contención «en todo el perímetro» de la Casa Rosada. También habrá otros topes «móviles» hidráulicos en los ocho accesos que tiene la construcción por las calles Yrigoyen, Balcarce y Rivadavia .De los trabajos se encarga el gobierno porteño a través del Ministerio de Medio Ambiente a cargo de Eduardo Macchiavelli. «Simplemente es algo que no nos puede volver a pasar», afirmaron desde Presidencia.
Macchiavelli afirmó que la colocación de bolardos estaba «previsto dentro del plan general de intervención de la plaza de Mayo» que incluye las refacciones a la Pirámide (terminarán esta semana) y el recambio de veredas del entorno de la Casa Rosada.
La seguridad presidencial ha sido motivo de preocupación durante buena parte de los 19 meses que Macri lleva en el sillón de Rivadavia. Durante las últimas incursiones del Presidente al conurbano, sobre todo su paso por La Matanza, el lunes 17 pasado, pudo verse un inusual despliegue de gendarmes, policía bonaerense y policía local. Un día después, la presencia del jefe de gabinete Marcos Peña y medio gabinete en la conmemoración del atentado a la AMIA mereció la inclusión de un blindado anti-tumulto
