El sector más duro de la CGT denunció una persecución y criticó al Gobierno

Barrionuevo y Moyano tomaron distancia de las detenciones de Balcedo y los dirigentes de la Uocra; rechazaron el plan económico, la pauta salarial de 15% y le quitaron respaldo a la reforma laboral.
MAR DEL PLATA.- Al centro de la mesa, en silencio, Hugo Moyano y el anfitrión, Luis Barrionuevo. Ambos, escoltados por Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, sus representantes en el triunvirato de mando de la CGT. En los alrededores, más de 30 dirigentes de distintos gremios. Al cierre, un mensaje común de lo que sería el ala dura de la central obrera: un fuerte rechazo al programa económico de Mauricio Macri y a la pauta salarial del 15% para las paritarias, y el intento de exhibir la guardia en alto ante lo que consideran una ofensiva oficial contra los gremios.
«No se puede confundir todo el universo sindical con situaciones muy puntuales que en muchos de los casos rozan con lo delictivo y resolverá la Justicia», avisó Schmid. Denunció además un ataque sobre la estructura sindical por parte del Gobierno, medios y «un sistema judicial propenso a seguir el calor del color político» de turno en el poder.
Las recientes imputaciones y los encarcelamientos de dirigentes gremiales dispararon quejas de este grupo fuerte que, sabe, siente que cualquiera de sus miembros puede ser el próximo encausado. «No se puede enlodar y condenar mediáticamente y a través del sistema judicial a la dirigencia sindical y su estructura», insistió Schmid, que ofició de vocero. Y si bien reconoció que en el sector hay casos «muy puntuales» que «rozan con lo delictivo», insistió en que «resolverá la Justicia».
Incómodos, medidos, pero con gestos elocuentes, los gremialistas dieron por hecho que no se está lejos de momentos de «tensión mayor» que puedan derivar a corto y mediano plazo en «protestas de mayor envergadura». Por lo pronto darán apoyo a los sindicatos en conflicto por derechos laborales y sociales en riesgo.
Las casi dos horas de debate en la sala de planta baja del hotel Presidente Perón, perteneciente a la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra) que conduce Barrionuevo, impidió cualquier chance de picada y vermut, habitual en ediciones anteriores de esta tradicional cita de cada verano.
Al término, hubo una breve conferencia de prensa y apenas una chanza que entre dientes dejó escapar el anfitrión: «Vamos la prensa, desalojen que se quema el asado y acá tenemos que tomar medidas drásticas», bromeó Barrionuevo. De allí, todos marcharon al segundo piso, para un casi solemne almuerzo que incluyó entrada con lechón y ensalada rusa, chorizo y morcilla, carnes varias, varietales de Álamos y pocas sonrisas.
La cabecera, desprendida y perpendicular al resto de las mesas, la compartieron Barrionuevo, Moyano, Acuña, Omar Maturano y Sergio Palazzo. Comieron casi sin diálogo entre ellos. «Sentarse juntos no es unidad», apuntó un dirigente gremial de segunda línea, confundido entre más de 130 comensales que compartieron la comida, entre ellos dirigentes como Omar Plaini, Julio Piumato y el diputado Facundo Moyano.
Antes de servirse los postres, Schmid leyó la denominada declaración de Mar del Plata, un documento con críticas al Gobierno que se tituló «Quien quiere oír que oiga».
Son tres carillas de las cuales dos son críticas a la política oficial, a la que responsabilizan de hacer «más ricos a los ricos y más pobres a los pobres». Por ejemplo, hay menciones a la desilusión por un principio de diálogo que «pasó a ser monólogo» del que denominan un «gobierno de CEO’s». Y enumeran: aumento de pobreza, falta de inversiones, mermas en salarios y jubilaciones, y mayor endeudamiento externo. «Entrando al tercer año de mandato, nada de lo que prometió se cumplió», resaltan los sindicalistas en su mensaje común.
«No es posible creer que se busca transparentar la defensa de los trabajadores cuando se alienta la desafiliación sindical desde el propio gobierno», dice el documento cuando enfocan en la cuestión gremial. Al respecto, Schmid había advertido antes que esas prácticas «están emparentadas con lo peor de la dictadura militar».
Hubo menciones al decreto presidencial de eliminar la paritaria nacional docente y a la maniobra de María Eugenia Vidal para desafiliar maestros en los gremios bonaerenses. También hubo malestar porque sienten que la Justicia los enfoca cada vez más cerca. Este sector de la CGT pretende que se dé marcha atrás con la reforma previsional, rechaza cambios en la legislación laboral y consideró «una fantasía» fijar un tope salarial anual del 15%. «No es razonable cuando el proceso inflacionario de los últimos dos años está rozando el 70%», señaló Schmid.
La fractura de la CGT se comienza a evidenciar
Los diferentes sectores que no asistieron a la cumbre de Mar del Plata
Los «Gordos»: Los referentes de los grandes gremios de servicios no asistieron y piensan tomar distancia de Moyano. Héctor Daer, el hombre del sector en el triunvirato, no estuvo. Tampoco Armando Cavalieri
Los «independientes»: Integran este sector los estatales Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingerio (AySA), y el jefe de la Uocra, Gerardo Martínez. Los tres quieren bajar el tono de la disputa con el Gobierno
Viviani y su tropa: El taxista Omar Viviani y los gremios que confluyen en el Movimiento de Acción Sindical no asistieron. Impulsan al ferroviario Sergio Sassia para liderar una eventual CGT unificada
FUENTE: La Nación