Mientras sigue abierto su conflicto doméstico, el Gobierno cierra un acuerdo por la fecha de los comicios

El Gobierno logró bajar un poco la tensión en el Congreso, algo que no consigue al interior de su propia fuerza. Finalmente, aceptó una garantía que le venía reclamando Juntos por el Cambio y cerró el acuerdo para postergar por un mes las fechas de las PASO y de las elecciones generales. Casi al mismo tiempo, se escribía otra página de su dura interna. El ministro Martín Guzmán, golpeado por el desaire de un funcionario alineado con Cristina Fernández de Kirchner, cuestionó públicamente al kirchnerismo duro por el sistema de subsidios y sostuvo que hace falta “afinar” la utilización de los recursos del Estado.

El entendimiento sobre el cronograma electoral fue plasmado en un proyecto de ley que debe ser tratado ahora rápidamente. El argumento central, según la explicación del Gobierno, se resume en la necesidad de “ganar tiempo” para avanzar con el lento plan de vacunación. Las conversaciones venían complicadas por algunas amenazas de cancelar directamente las primarias, algo tampoco sencillo para el Frente de Todos en la Cámara de Diputados.

Las negociaciones fueron entabladas por canales habituales. De un lado, el ministro Eduardo “Wado” de Pedro y el titular de la Cámara baja, Sergio Massa. Y del otro, Mario Negri y Cristian Ritondo, por JxC.

Finalmente, se estableció el 12 de septiembre para las PASO y el 14 de noviembre para las elecciones generales, tal como se venía conversando. Y el acuerdo fue posible porque el oficialismo aceptó incluir una “cláusula cerrojo” para evitar cualquier otro cambio de fechas de aquí a los próximos comicios.

En paralelo, el oficialismo vivía un nuevo momento de tensión interna. El ministro Guzmán habló en un acto oficial, por la ampliación de la Tarjeta Alimentaria, para responder a la ofensiva del kirchnerismo duro. Ese cuadro fue marcado por el caso del subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, que permaneció en su cargo a pesar de que había sido anunciada su salida, y por el límite al aumento de tarifas de luz y gas.

En el acto de ayer, encabezado por Alberto Fernández, el ministro de Economía sostuvo que el creciente esquema de subsidios constituye un sistema que favorece a los sectores de mayores recursos en lugar de colocar el foco en las franjas sociales más empobrecidas. Reclamó además una autocrítica del oficialismo en esta materia.

Pareció una respuesta directa a Axel Kicillof, que en los últimos días se dedicó no sólo a los temas de la pandemia, sino también a la economía. El gobernador elogió a Basualdo y respaldó la decisión de limitar el aumento de las tarifas, a contramano de la intención de Guzmán. La pulseada sigue abierta.