Mientras se espera el debate de la nueva Ley de alquileres, el aumento de agosto fue del 61%

Mientras se espera el debate de la nueva Ley de alquileres, el aumento de agosto fue del 61%

El indicador que elabora el Banco Central alcanzó su nivel más alto desde julio de 2020; dueños e inquilinos no creen que el Congreso debata la modificación en el corto plazo

Algunos inquilinos tratan de negociar aumentos en dos partes, pero no siempre se puede

En medio de una crisis cambiaria que llevó al Gobierno a dar un giro drástico en el rumbo económico, los precios de los alquileres alcanzaron un nuevo récord en materia de aumentos. De acuerdo con la normativa vigente, cuyo debate por su modificación está frenado en el Congreso, los inquilinos que deban renovar o actualizar el valor de su contrato en el transcurso de agosto afrontarán una suba del 61%. Se trata de la cifra más alta desde la entrada en vigor de la actual ley de alquileres, la 27.551, en julio de 2020.

El valor de actualización de los contratos surge del promedio entre el índice de precios al consumidor (IPC) del Indec y la remuneración imponible promedio de los trabajadores estables (Ripte). Se trata del índice para contratos de locación (ICL), calculado diariamente por el Banco Central (BCRA).

Desborde inflacionario

Con el desborde inflacionario actual, este criterio a los inquilinos les representa un aumento muy fuerte de un año a otro y a los propietarios, aun así, no les alcanza para compensar la caída de la rentabilidad, estimada en un 3,4% bruto anual, según la consultora especializada Reporte Inmobiliario.

Un inquilino porteño que en agosto de 2021 pagaba $48.061 por alquilar un departamento de dos ambientes en el barrio de Palermo, según el precio promedio calculado por el sitio ZonaProp, pasará a pagar $77.378, mientras que un vecino de Almagro con una vivienda similar deberá abonar $64.669, contra los $40.167 que pagaba hasta el mes pasado. En tanto, un alquiler en Villa Lugano pasará a costar $49.417, cuando hace un año valía $30.694.

En el caso del Gran Buenos Aires, hasta junio de 2022, un departamento de dos ambientes costaba en promedio $40.925 en Avellaneda, $39.900 en La Plata, $39.000 en Ramos Mejía, $37.000 en Morón, $53.000 en Vicente López y $58.715 en San Isidro. El incremento porcentual interanual para las unidades de dos ambientes resultó de 62,68%.

La odisea de alquilar

Si bien los aumentos en los alquileres están en línea con el ICL, muchos inquilinos se ven imposibilitados de afrontar los incrementos y deben renegociar con las inmobiliarias un porcentaje más bajo o frecuencias de actualización inferiores a un año, por fuera de la ley. O bien, optar por prórrogas para evitar firmar un nuevo contrato.

Hugo Techera, de 33 años, ingresó en julio de 2021 al departamento de tres ambientes en el que vive, en el barrio porteño de Chacarita. “Empecé pagando $47.000, y unos días antes de la actualización me avisaron que se iba a $74.000. Les expliqué que era mucho y, luego de hablarlo con la dueña, me lo bajaron a $67.000, pero solo por tres meses”, contó el joven a la nacion.

Y agregó: “Sé que es ilegal, pero terminé aceptando”.

A Emilia Manzini, madre de una beba de diez meses, se le venció el contrato de alquiler de una casa en el barrio de Saavedra a fines de junio. “Estábamos pagando $65.000 y pudimos arreglar que se nos fuera a $100.000. [De la inmobiliaria] nos dijeron que la dueña quería aumentos semestrales y les respondí que se ajustaran a la ley. En ese momento aceptaron, pero el día que tuve que firmar el nuevo contrato me avisaron que [la dueña] necesitaba que el aumento fuera semestral del 30%. Con una beba chiquita, no me quedó otra que firmar”, contó la mujer.

Mariana Festino, de 34 años, alquila un departamento de tres ambientes en la ciudad de La Plata y contó su caso: “La inmobiliaria nos propuso hacer una prórroga hasta ver qué pasa con la ley, con un aumento de casi el 60%. De $38.000 en marzo de 2021 pasamos a pagar $60.000 en marzo de este año. Con los gastos que implica hacer una mudanza y pagar un depósito, no tuve otro remedio que aceptarlo”.

La voz de los propietarios

“La ley actual implicó un aumento del riesgo para el propietario y eso provocó dos efectos: que una parte decida no seguir alquilando y que otra siga haciéndolo, pero a un precio mucho mayor. Hay gente que no está dispuesta a asumir un riesgo, aun subiendo el precio, entonces lo retira del mercado”, analizó José Rozados, director de Reporte Inmobiliario.

Soledad Balayan, titular de Maure Inmobiliaria, añadió: “La ley terminó perjudicando a todos por igual: a los inquilinos, por la falta de oferta y la suba de los precios, y a los propietarios, por el nivel de incertidumbre que no les permite tomar la mejor decisión”.

Según el informe que elabora la inmobiliaria que preside, la oferta de alquileres en la CABA bajó un 39% entre julio de 2022 y el mismo mes del año pasado.

Por su parte, Alejandro Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), sugirió que “hay que trabajar en los incentivos para aumentar la oferta y bajar la demanda”, pero que “eso no se arregla con más impuestos ni desalentando la inversión”.

En este sentido, destacó la importancia de incluir un “índice de actualización alternativo”, que considere aspectos como el “coeficiente de valor salarial” y la “incorporación de la propiedad usada en el blanqueo”.

El impacto de la inflación

Sergio Rosanovich, economista e investigador del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín (Idaes-Unsam), explicó: “La nueva ley le da un aspecto de indexación al precio de los alquileres que hace más difícil combatir la inercia inflacionaria en términos macro (metas de inflación), porque mientras más bienes y servicios tengas atados a la evolución de la generalidad de los precios, mayor dificultad hay para salir de esa espiral”.

Sin embargo, aclaró que, desde el punto de vista de los inquilinos, aun así, conviene utilizar el ICL como criterio de actualización. “Pese a que suene fuerte numéricamente, el ajuste se realiza solo una vez al año. Es decir, el monto se mantiene congelado nominalmente, pero en términos reales, se está reduciendo”, subrayó.

La nueva ley

En la Cámara de Diputados hay dos dictámenes firmados a partir de los cuales se debatirá una nueva ley, uno de mayoría por parte del oficialismo y otro de minoría, que unificó la postura de la oposición y algunos aliados. Sin embargo, los desacuerdos internos en cada bloque impidieron que se convocara a una sesión especial para tratarlos.

Tras el receso invernal y los cambios en el área económica, las cámaras inmobiliarias y los inquilinos agrupados coinciden en que el tratamiento no comenzará en el corto plazo. Mientras tanto, la retracción en la oferta de alquileres se profundiza y el impacto de los aumentos continúa afectando a los casi cinco millones personas que alquilan en la Argentina.

Fuente: La Nación