Más de 60 fintech ofrecen servicios financieros digitales

Son fintech locales enfocadas en el mercado de capitales, algunas con mucha trayectoria y otras muy recientes, apuntan a la inclusión inmediata para quien quiera operar.
La tecnología modifica el mundo del dinero, que antes era prácticamente un mundo privado y exclusivo para los bancos, más aun el circuito del dinero y cómo fluye, pero no más. El auge de las fintech cuenta con el aval explícito del Gobierno, que busca limitar el uso del dinero físico y expandir la “inclusión financiera” y la bancarización. Ante ese desafío, las empresas tradicionales reconvierten sus procesos al mundo digital captando innovaciones y socios con ideas disruptivas. Recientemente, el vicepresidente del BCRA, Lucas Llach, ratificó el interés oficial por promover la banca virtual, los pagos electrónicos y los préstamos por vías digitales, pero también destacó la ausencia de normas específicas. “Hay proyectos de bancos digitales y habrá fintech que querrán introducirse en el mercado de depósitos. Habrá que evaluar cuál será la regulación necesaria”, destacó. El avance de las tecnológicas financieras es notable. La mayoría está enfocada en las billeteras virtuales, pagos móviles y préstamos, lo que representa un desafío para la banca tradicional. “La tecnología permite hacer cosas que antes no se podían. Se van creando nuevas herramientas y servicios, pero los cambios de hábito de los consumidores son muy lentos”, dice Alejandro Estrada, presidente de la flamante Cámara Argentina Fintech y CEO de Moni Online, una startup de microcréditos.
Respecto de las nuevas Fintech, un caso es el de Invertir Online, una de las pioneras en operar con acciones y títulos por Internet. “Nació en 2000 y desde un principio fue concebida como empresa de tecnología aplicada a las finanzas”, resume José Vignoli, CEO de la compañía. El alto ejecutivo recuerda que Invertir Online también tuvo resistencias de los operadores bursátiles y consultores. “Hasta 2004, había mucho escepticismo con nosotros. Luego, a medida que comenzamos a aparecer en todas las plazas, nos prestaron más atención”, asegura. Vignoli dice que en toda la trayectoria de la firma acumularon más de 3,5 millones de transacciones y que atraen un público nuevo. “El 80% de los nuevos clientes nunca invirtieron en Bolsa”, detalla. A grandes trazos, desde el sector comparten la visión de que las fintech incorporan un público ajeno a las grandes ligas del mundo financiero.
Hay otras tecnológicas que surgieron más recientemente apuntando a ese nicho, que permiten participar como inversor o simplemente para asesorarse, como iBillioner, BosApp y B-Trader. Mientras cursaba la carrera de Economía, Nicolás Galarza creó Quiena, una plataforma de inversión virtual que permite comprar acciones de empresas en cualquier parte del mundo, sin montos mínimos y con tarjeta de crédito o transferencia bancaria.
Otra aplicación es Ualá, para obtener una tarjeta de crédito prepaga MasterCard gratuita, sin costo de renovación ni mantenimiento. Creada por Pierpaolo Barbieri, de 30 años, la empresa obtuvo US$10 millones en su primera ronda de negocios, provenientes de varios inversores, entre ellos George Soros. “Lanzamos la app en octubre y ya emitimos más de 85.000 tarjetas. Más del 70% de nuestros usuarios son menores de 30 años. Y también la otorgamos a menores y a extranjeros”, dice el joven emprendedor. Sobre la pulseada con bancos y tarjetas, Barbieri no es diplomático: “Queremos a todos esos usuarios que los bancos no atienden, y al resto también”, desafió.
Fuente: Económico, Clarín