Los indicadores internos muestran una golpeada actividad económica

Los indicadores internos muestran una golpeada actividad económica

La presión de la debilidad de la economía triunfó en la pulseada, forzando el anuncio de una apertura gradual planificada de la cuarentena, sujeta a la evolución del virus. O se blanqueó porque –de hecho- buena parte de la producción y el comercio ya funcionaba en una transparente informalidad. Mientras tanto, parecen desarrollarse las últimas instancias de la aletargada negociación de la defaulteada deuda argentina.

Los indicadores internos de la economía muestran el silencio que golpea a la actividad económica general. A las importaciones, más que las exportaciones, a la producción manufacturera y automotriz, así como también a las ventas en shoppings e inmuebles.

Mientras tanto, las ventas en supermercados crecieron (51,1%) incluso por encima de la inflación (42,8%) en el marco del repliegue de cuarentena. También, aumentó (33%) la venta de electrodoméstico, posiblemente motorizado por las perspectivas devaluatorias que se acrecientan.

Por su parte, el dólar blue pegó un salto, superando los 136 pesos, en parte debido a las restricciones para la compra a través de la vía oficial de moneda extranjera, y también por las expectativas de devaluación futura, a partir de la emisión monetaria por la pandemia y la creciente aceleración de la velocidad de circulación del dinero emitido (hasta ahora adormecido).

La definición de la renegociación de deuda (que podría conocerse próximamente), así como la manifestación de indicadores más claros de victoria en materia del Covid-19, serían fundamentales para alisar el horizonte de la golpeada economía argentina. La reactivación gradual de la economía mundial y la aparición de exitosas vacunas que desdibujarían al monolítico virus, podrían comenzar a disipar las nubes más oscuras de la tormenta.

Fuente: El Economista