Las proyecciones de inflación no bajan del 3%

Las proyecciones de inflación no bajan del 3%

El 2021 terminaría en 50,4%.

El BCRA publicó el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de octubre, con las proyecciones macro de los analistas y bancos de la city. Se espera una temporada caliente y con aceleración a hasta 4,1% en el verano. Eso de la mano con una corrección cambiaria de 19% a lo largo del verano. El 2021 terminaría por encima del 50%

Se aceleró con fuerza la expectativa inflacionaria. La compleja situación cambiaria que enfrenta el BCRA llevó a un consenso de que el crawling peg se acelerará en los próximos meses. Eso, sumado a la inercia que ya trae la dinámica de precios, llevó a que los analistas y bancos de la city afirmen que, en lo que queda del año, el IPC Nacional no bajará de 3% mensual. Y más aun: se acelerará con fuerza en el verano y alcanzará un pico de 4,1% en marzo. El 2021 terminaría en 50,4%.

Los datos fueron publicados por el BCRA a través del informe del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), correspondiente a octubre. Tal como venían adelantando algunas consultoras, la proyección de los privados es que la inflación desaceleró levemente en octubre, es decir que logrará bajar del 3,5% mensual, pero que aun no logró perforar el 3%. Y tampoco lo hará de acá a fin de año. Y más aun: no lo logrará tampoco de acá a abril.

Para los banqueros y analistas económicos consultados por el REM, la inflación fue de 3,2% en octubre.

Todavía un piso altísimo. Hay una fuerte inercia, hay expectativas de un ritmo mayor de devaluación y hay recomposición de ganancias por parte de las empresas, que todavía tienen costos por trasladar a precios, acción que quedó reprimida por la pandemia. Y hay “aumentos en prepagas (9%), colegios privados (4,6%), servicio doméstico (12%) e Indumentaria a partir del inicio de una nueva temporada”, tal como destacó la consultora LCG.

Pero la cosa empeora hacia adelante, para el promedio de las respuestas que arrojaron las 40 consultoras y entidades financieras que participaron del REM. Y es que la inflación proyectada para noviembre volvería a presentar una nueva desaceleración pero no lo suficiente como para perforar el piso de 3%, hecho que en 2021 se logró solamente durante agosto.

Diciembre, como de costumbre, cerraría con una fuerte aceleración, que llevaría al IPC a niveles de 3,4%. Cabe recordar que, por factores de estacionalidad, el mes que cierra el año viene con incrementos en la demanda de dinero y en el consumo, de la mano de los aguinaldos, las fiestas y los bonos. Eso viene a la par con subas del gasto fiscal y de la emisión monetaria, lo que puede complicarse aun más si, como en 2020, la demanda de dinero sorprende no creciendo tanto. La salida al dólar como peligro.

En la dinámica esperada para el dólar se juega, justamente una clave.

Hasta acá, el BCRA se mantuvo inamovible de su ritmo pautado para la devaluación mensual. Propio para un año electoral, con el intento de apuntalar a unos salarios demasiado caídos, en octubre la suba volvió a ser del 1%. Fue el quinto mes consecutivo en ese tempo. Bien por debajo de la inflación. Es decir, si el IPC que se publica el próximo jueves confirma el 3,2% que espera el mercado, la caída real del tipo de cambio bilateral fue de 2,1%.

El BCRA se mantiene defendiendo la cotización buscada pese a las fuertes presiones que generan las subas en todas las cotizaciones paralelas, que motivan a que el oficial se vea también sacudido por los retrasos en los pagos de unas exportaciones que por cuestiones estacionales ya aportan menos que en el primer semestre, por los pagos anticipados de importaciones, por la fuga de ahorristas minoristas, los viajes al exterior y los pagos de deuda de las empresas.

Sin embargo, la caída de las reservas, que son justamente la munición con la que el BCRA defiende su cotización buscada para el dólar, forzaría a la autoridad monetaria a alterar el ritmo mensual de devaluación. El quiebre serán las elecciones. Para noviembre los analistas y bancos ya esperan una devaluación de 1,6%. Para diciembre una de 3,8%. Algo por encima de la inflación, de manera tal que se frene el relativo atraso cambiario.

Y ahí la espiralización que el BCRA quiso evitar a principios del 2021. En enero la cosa no mejora: la inflación esperada se recalienta y llega a 3,7%. En febrero a 3,8% y en marzo a 4,1%. En abril, a 3,7% otra vez. Lo mismo para el dólar. En enero se proyecta una devaluación nominal de 4,2%. En febrero una de 5,5%. En marzo otra de 4,2%. Y en abril otra de 3,6%. Es decir, entre noviembre y marzo habría un salto de 19% y luego se retomaría un ritmo similar al de la inflación, de manera que no se vuelva a atrasar.

Fuente: BAE