Las marchas y contramarchas con la vacuna rusa tensionan al Gobierno y reabren disputas en su interior

Las marchas y contramarchas con la vacuna rusa tensionan al Gobierno y reabren disputas en su interior

Las idas y vueltas con la vacuna Sputnik V agregaron polémica al rápido camino que busca el gobierno para iniciar la vacunación contra el coronavirus, anunciada para antes de fin de año por Alberto Fernández. El Gobierno había señalado que la primera etapa -300 mil personas, con dos aplicaciones- sería focalizada en los sectores de mayor riesgo, entre ellos los adultos de más de 60 años. Pero una aclaración de Vladimir Putin puso en crisis el plan. El Presidente resolvió mantener las fechas apenas cambiadas y excluyó hasta nuevo aviso a esa franja etaria.  Fue la decisión tomada luego de horas muy intensas, que tuvieron además impacto político: reavivaron tensiones internas y generaron una nueva carga opositora.

El presidente ruso desató el conflicto al hablar ante la prensa en  Moscú. Putin (68) dijo que aún no se aplicó la vacuna porque hasta ahora no fue aprobado su uso para mayores de 60 años. Alberto Fernández (61) había incluido a los adultos mayores de esa edad entre los primeros a ser vacunados y había dicho que él mismo lo haría apenas llegue el embarque.

Los dichos de Putin aludieron a las pruebas y estudios que estarían concluyendo en Rusia. Fuentes del Gobierno dicen que eso estaría resuelto a fin de año, con los cual las vacunas podrían ser aplicadas a partir de entonces en esa franja. Si la vacunación comienza antes de esa certificación, incluiría sólo al personal de sanidad y fuerzas de seguridad. También se informó que la carga no llegaría el próximo miércoles 23 sino el jueves 24.

Con ese anuncio modificado se buscó saldar la situación. No está claro si el Gobierno sabía que faltaba completar el estudio para mayores de 60 años o si prefirió jugar con el rédito de comenzar la aplicación de la Sputnik V antes de fin de año, como había prometido y ajustar luego el cronograma según edad y exposición en tareas esenciales.

La alteración provocada por las declaraciones de Putin agregó un  elemento de inquietud en un terreno ya complicado por el conflicto en la negociación con Pfizer. Recrudecieron las críticas de Juntos por el Cambio, contra el Gobierno y con pedido de interpelación al ministro Ginés González García, presentado en Diputados por el presidente del interbloque de JxC, Mario Negri.

Los pasos en falso reanimaron las internas en el propio oficialismo. Desconexiones en el Gabinete y exposición del Presidente, además de disgusto renovado con González García. En el momento de mayor confusión, un funcionario muy próximo a Alberto Fernández llegó a informar a los medios que quedaba frenado el cronograma hasta que fuera aclarado el panorama en Moscú. Después, se decidió seguir adelante, correr un día el viaje y esperar que efectivamente a fin de mes Rusia anuncie la aprobación de la vacuna para mayores de 60 años.

Esa tarea de seguimiento en la capital rusa está a cargo de la virtual viceministra de Salud, Carla Vizzotti. La funcionaria ganó espacio desde el inicio de la cuarentena y el ministerio se maneja desde entonces con doble conducción. Es la encargada de esta operación, que coloca presión sobre la necesaria autorización de la ANMAT. Es la llave para una vacunación que según el Gobierno, debería alcanzar a 10 millones de personas entre enero y febrero.